Horacio Rodríguez Larreta experimenta sus primeros meses fuera de la gestión y en las primeras semanas del año intercaló tiempo libre junto a su familia con reuniones políticas. Mientras ultima los detalles para reaparecer públicamente en marzo cuando presente su fundación, está pendiente de los primeros pasos de Javier Milei. Desde sus críticas a las formas del Presidente por el manejo de la ley ómnibus, envía mensajes a la interna del PRO en una clara disputa con Mauricio Macri y Patricia Bullrich por la identidad del partido.
Todavía en la búsqueda de respuestas de su derrota en las PASO, lo que en su mesa chica llaman “autopsia”, Larreta se mostró en reuniones de Gabinete provincial y junto a gobernadores que lo acompañaron en su trunca precandidatura a Presidente. Define como “improvisado” al gobierno nacional en el manejo político y comunicacional aunque desde su entorno aseguraron a El Destape que no quiere mostrarse como un crítico duro sino que se siente cómodo en el sector de la oposición dialoguista. “Cree que todavía tiene crédito Milei y que hay que darle gobernabilidad”, apuntaron.
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Su último mensaje a través de las redes sociales, la recurso que eligió hasta el momento para aparecer en la escena pública, grafica no solo su pensamiento e intención del proyecto político que pretende encarar sino también el perfil del partido que integra desde sus orígenes. Sin personificar, cargó contra Milei: “Tanto el consenso como la gestión son valores que este Gobierno desprecia”. Larreta se enfoca en las formas utilizadas en torno al DNU y la ley ómnibus y no sobre el fondo ya que, por ejemplo, estaba de acuerdo en el capítulo fiscal que retiró Luis Caputo.
Una diferenciación de esas formas se ejemplifica en que Larreta ya tenía preparados algunos pliegos licitatorios de obras que pensaba ejecutar ni bien asumiera. Y a sabiendas de que no iba a poder contar con una mayoría automática para aprobar leyes, hablaba de construir un consenso con el 70% del sistema político para avanzar no con una ley ideal como quería sino con una ley posible. “Mi visión de país se traducirá en leyes porque sin ley no hay cambios”, repite ante sus interlocutores.
Gobernadores y fundación
Larreta dejó la gestión, pero rápidamente buscó mantenerse activo y así se mostró en contacto con gobernadores al participar de reuniones de gabinete provinciales de Maximiliano Pullaro (Santa Fe) y Marcelo Orrego (San Juan). A los mandatarios con los que mantiene diálogo se le suman los de su propio espacio: Rogelio Frigerio (Entre Ríos) e Ignacio Torres (Chubut). A partir de un vínculo de afecto e identidad que mantiene con ellos, intercambia visiones sobre determinados temas y aporta opiniones a partir de su experiencia al frente de la administración porteña.
En esos diálogos estuvo presente la discusión en torno al DNU y la ley ómnibus, ahora tirada a la basura por el propio Gobierno, que se debatió en la Cámara de Diputados. El bloque del PRO fue el mayor aliado del oficialismo y en entre esas 38 bancas hay varios con los que Larreta se siente representados. Tal es el caso de Álvaro González, Silvia Lospennato y Diego Santilli, aunque “El Colo” mostró juego propio tras su derrota en la provincia de Bueno Aires y aportó fiscales en ese territorio en el ballotage que ganó Milei. A ellos se suman su amiga María Eugenia Vidal y de otras provincias aunque en su equipo aseguran que tiene diálogo con gran parte del bloque.
En la discusión que se dio estas semanas Larreta prefirió no tensar la división interna entre los más alineados al oficialismo y los que prefieren una prudente distancia, que hasta acá Cristian Ritondo consiguió aplacar. Le gusta repetir que no exige alineamiento con su postura. “Las personas no son de nadie, son de ellos mismos”, transmite en declaraciones públicas y privadas.
Tras estas apariciones, Larreta se tomará unos días de descanso en familia y luego retomará el proyecto de su fundación, que aún no tiene nombre. Con actualizaciones, le volverá a dar impulso al programa de políticas públicas que deseó implementar para el país. Abarcará ejes como economía, educación, salud, relaciones internacionales e infraestructura.
En estos días se estará definiendo quién dirigirá la fundación y la persona que coordinará los programas. Los primeros nombres que supo El Destape que lo acompañarán son el exministro de Economía Hernán Lacunza y el subsecretario de relaciones Internacionales de la Ciudad, Francisco Resnicoff, quien en la gestión larretista dependía de Fernando Straface. Otra de las colaboradoras es Julia Pomares, quien fuera la jefa de asesores de Larreta en Ciudad y con su experiencia a cuestas con el plan de gobierno del exPrecandidato.
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Una autopsia de la derrota
Larreta se mostró golpeado luego de quedar afuera de la carrera presidencial en las primarias pese a los recursos económicos y la estructura a nivel país que mostró. En su equipo describen como una “autopsia” el proceso de analizar cómo se llegó a esa derrota. Admiten que gran parte de esa explicación se encuentra en un daño autoinfligido más allá de los movimientos de Macri y el clima de época.
“No supimos administrar el triunfo del 2021”, expresó sin rodeos un dirigente larretista pura cepa que apuntó a errores de estrategia de una campaña que llevó a Larreta a lugares en los que una persona tan metódica como él no se mostró cómodo. “Se desperfiló”, sentenciaron.
Hacia dónde va el PRO
La última elección dejó las derrotas de la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, y de Larreta, a quien muchos daban como un ganador puesto allá por 2021. Quedó ratificado el liderazgo de Mauricio Macri, propuesto ahora para conducir el partido a nivel nacional a instancias de representantes del espacio en el interior como también de diputados y exfuncionarios alineados.
Lo que está en discusión es qué rumbo deberá tomar el PRO y cuál será su relación con Milei. Sin chances de ocupar ese lugar, al que podría haber accedido si llegaba a la Casa Rosada, en el larretismo aseguran que el exJefe de Gobierno porteño quiere dar esa discusión. Prefiere que haya renovación de la conducción y no ve con malos ojos que sea un dirigente con responsabilidad de gestión el que esté en ese lugar.
Lo que transmitió que le preocupa es el rumbo del partido. No comparte que haya una fusión con La Libertad Avanza, como pretende Bullrich, sino que quiere el partido retome sus características originales.
“Quiere un PRO que vuelva a su origen republicano, liberal y moderno. Que no sea obtuso en el razonamiento”, explicó un larretista a este medio, mientras que también se preguntan en su equipo: “¿Queremos ser un satélite del Gobierno o una fuerza que conserve los valores de lo que fue?”. Si no logra imponerse esta visión queda abierta la duda sobre si él y otros dirigentes que no se sientan identificados querrán quedarse allí.