Los legados de Patricia Burllich: De Gendarmes, Maldonado y el contrabando

02 de agosto, 2021 | 23.20

«Juntos» (ex Juntos por el Cambio), apelan a la paradoja de la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa (1896-1957): «cambiar todo para que nada cambie». Llevada al cine por el genial Luchino Visconti, «IlGattopardo» dejó notable tributo en la literatura política (el gatopardismo), que llegó hasta el sábado pasado en la confección de listas para las elecciones primarias ofrecidas por la alianza conservadora y antiperonista. Facundo Manes, lo supuestamente novedoso es propuesto como candidato por lo más arcaico del radicalismo; Rubinstein, quien acompañó a Macri en la degradación del sistema sanitario al rebajar al Ministerio de Salud a Secretaría, hoy se queja de aquella decisión. Al propio Macri hoy lo niegan sus compañeros de siempre.

Se enrocan domicilios: Vidal a la Ciudad y Santilli a Provincia, para despegar a sus protagonistas de gestiones recientes y desautorizadas por la ciudadanía. El radical, Martín Lousteau, debe haber borrado del currículum su terrible error de cálculo como ministro de economía de Cristina Fernández de Kirchner (10/12/2007 al 24/04/2008).Desde Jesús Cariglino pasando por Suarez Lastra, Ocaña hasta Stolbizer, nada nuevo expone JUNTOS, excepto alguna consigna de ocasión dictada por el marketing. 

Ya nadie es «orgullosamente» bonaerense o del PRO, ninguno celebra los créditos UVA, el «sinceramiento» de tarifas, el endeudamiento y aquello que hiciera Macri como presidente. Por el contrario, resulta que ahora pasaron a ser críticos de esa gestión (la de ellos mismos, renegando de sus propios actos). «Es hora de mirar hacia adelante dejando atrás al pasado» a Fabián «Pepín» Rodríguez Simón y a Patricia Bullrich, quien apenas pudo intercalar en el séptimo lugar de la lista de Larreta a Sabrina Ajmechet (futura segura jugadora del team Fernando Iglesias – Waldo Wolff).Sin embargo, Rodríguez Larreta podrá ocultar la presencia física de Bullrich, pero no su legado de violencia material y simbólica ejercido básicamente por la Gendarmería, cuerpo al que Bullrich avaló en todo momento a partir del trágico episodio sucedido en Salta.

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No bien asumió Gerardo Morales pidió auxilio del gobierno federal para iniciar su plan represivo contra Milagro Sala y la Tupác Amaru. El 14 de diciembre de 2015, a cuatro días de haber iniciado Macri su presidencia, se desbarrancó un micro que trasladaba gendarmes por la ruta nacional 34, a la altura de Rosario de la Frontera. Un micro en mal estado llevaba 50 efectivos a Jujuy cuando un neumático explotó y el colectivo cayó a un precipicio 25 metros antes de ingresar al puente de Balboa. Murieron 43 gendarmes. A partir de esa trágica instancia inaugural el vínculo entre la Ministra de Seguridad Nacional y el cuerpo federal, pasaría a ser relevante en cuanto a retribución de favores y protecciones. Bajo ningún aspecto Bullrich iría a «tirar un gendarme por la ventana».

El 1º de agosto se cumplió un nuevo aniversario de la desaparición, posterior muerte y encubrimiento de Santiago Maldonado, en el Pu Lof de la Resistencia de Cushamen. Los agentes federales que participaron de la represión fueron saludados por la entonces Ministra. Es más, el principal implicado, tal vez el último en ver con vida y provocar la muerte de Santiago Maldonado, el gendarme Emanuel Echazú, resultó ascendido inmediatamente tras los hechos.

Más tarde llegó un informe que produjo Gendarmería en relación a la muerte del fiscal Nisman alucinando un homicidio. La pretendida pericia vino a obstruir el dictamen realizado por el Cuerpo Médico Forense, organismo dependiente de la Corte Suprema y especializado en materia de autopsias. Gendarmería falseó un asesinato mirando fotos y croquis para terminar imaginando un ataque perpetrado por varias personas contra el fiscal. Ello a pedido de Bullrich, Macri y el lawfare.  

El lazo entre Patricia Bullrich(PRO –JUNTOS) y las fuerzas de seguridad, particularmente Gendarmería, estuvo signado desde el comienzo de la gestión de Cambiemos por la muerte, la supresión del otro, la persecución y la intimidación. Si hasta se tomaron permiso para balear con plomo y goma el ensayo de una murga de la villa 1-11-14. Entre los heridos por Gendarmería hubo niños de 3, 8 y 14 años.

Las esquirlas de las 70.000 municiones contrabandeadas a Bolivia y disparadas, en especial durante las matanzas de Senkata y Sacaba, llegaron hasta el armado de las listas para las PASO del fin de semana pasado. Podrán cambiar de bozal o pretender borrón y cuenta nueva, pero hoy los candidatos de JUNTOS endosaron, respaldaron y fueron decididos garantes de todas y cada una de las acciones emprendidas por Macri, Patricia Burllich y Gendarmería.

Ni nuevos, ni juntos, ni cambio, ni renovación, ni nada: los sospechosos de siempre.