Jorge Ramón Barrios es el camionero que fue acusado por el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, de tener coronavirus pero, después de muchas horas y padecimientos, el test dio negativo. El hombre denunció haber sido usado como "un conejito de indias" por parte del mandatario de Juntos por el Cambio y dejó al descubierto el desastroso operativo de seguridad y control implementado por la provincia en la frontera con Salta, donde se suelen dar demoras de más de ocho horas.
"Gobernador, saliste a hablar y me tuviste como un conejito de indias. Dijiste que gracias al procedimiento... ¿qué procedimiento?, ¿estar tirado ocho horas en la ruta bajo el calor? Armaste todo un circo. Te pregunto ¿alguno salió a decir que se equivocaron? Tu dispositivo no sirve", se descargó Barrios tras días de ataques y escraches en redes sociales y medios de comunicación locales.
El episodio ocurrió el martes cuando el chofer viajó de Córdoba a Jujuy. "Estás desde las 9 de la mañana tirado en la ruta hasta las 17.30, bajo el pleno sol y si no llevás algo para comer o tomar te tenés que cagar de infeliz", remarcó en un audio al que accedió El Destape y sostuvo que "es la realidad que estamos viviendo todos los camioneros en el límite de Jujuy con Salta".
Barrios contó que, durante el recorrido, le tomaron la temperatura después de horas de espera. En ese entonces, el termómetro arrojó 37º y le dieron un papel para poder circular. Sin embargo, él estaba tranquilo porque la empresa de transporte y la distribuidora de combustible para las que trabaja realizan esos procedimientos preventivos antes de comenzar a circular.
El chofer siguió su camino pero se topó con un nuevo control en el que le pidieron su certificado y le realizaron un test de sangre en el lugar. Fue en un contenedor "donde están amontonadas cuatro o cinco personas en dos metros", sin respetar el distanciamiento social. El resultado iba a demorar 15 minutos pero le dijeron que podía circular porque tenía en su poder el papel que le habían entregado anteriormente. Sin embargo, le advirtieron que si daba positivo la policía lo iba a buscar.
A los 20 minutos, según su relato, lo llamaron por teléfono y le ordenaron que espere una patrulla. Cuando llegaron al lugar, bajaron tres oficiales que le gritaron que no baje del camión y se ponga un barbijo, sin explicaciones. Estuvo una hora y media hasta que aparecieron dos patrulleros más para ir al Hospital de Campaña a hacer una contraprueba porque el test le había dado positivo.
En ese momento manifestó sentir mucha vergüenza y angustia ante la situación. No sólo por los gritos sino porque nadie le explicó qué pasaba. Al llegar al Hospital, bajó con una custodia policial y de enfermeros que lo hicieron caminar 200 metros "siendo que tengo que estar aislado". En su relato, aseguró que fue víctima de "maltrato porque a una persona que está padeciendo algo tenés que tratarla bien, no gritarle porque la vas afectando psicológicamente. Nadie te dice nada".
Una vez en el lugar, le realizaron placas y el hisopado para luego llevarlo a un contenedor frío. "Nadie te viene a ver, sólo para hacerte un control, y al lado tenés un baño químico. Si queremos restringir una epidemia no podés tener un baño químico en cada módulo".
Estuvo "toda la noche encerrado ahí" y después del padecimiento, todos los controles le dieron normal, dijo no tener síntomas y que, pese a ello, lo "escracharon por todas las redes, las radios salieron a hablar" y le exigió al gobernador Gerardo Morales que desmienta la información vertida sobre su persona.
A raíz de ésto, Pablo Moyano, secretario adjunto del Sindicato de Camioneros, denunció que los trabajadores tienen "ocho, diez horas de espera, sin un baño, sin algo para comer o asearse" y agregó que "el manoseo con los compañeros es una locura". Por eso, pidió que "dejen de forrear" a los camioneros porque "se van a cansar y puede haber un desabastecimiento".