Para el juez de Comodoro Py Marcelo Martínez de Giorgi, las dos decenas de visitas de los camaristas de Casación Mariano Borinsky y Gustavo Hornos al expresidente Mauricio Macri en la Quinta de Olivos y en la Casa Rosada fueron “inexistentes en su mayoría”. Su afirmación choca de frente contra la documentación oficial que da cuenta de que todos esos ingresos existieron –tal como reveló El Destape-. Y hasta fueron confirmados por sus propios protagonistas. ¿Cuál es el objetivo de desconocer esas visitas por parte del juez? Además de una reacción corporativa, no faltan en tribunales quienes creen que se haya intentado hacer un tiro por elevación a la causa Memorándum de Entendimiento con Irán, cuyo cierre está siendo revisado por el máximo tribunal penal del país al que justamente pertenecen Hornos y Borinsky. Esa causa emblemática de persecución fue reabierta por Hornos y Borinsky después de visitar la Quinta de Olivos.
El 26 de mayo pasado, el periodista de La Nación Carlos Pagni escribió que el ex hombre fuerte de la AFI, Antonio Horacio “Jaime” Stiuso, está asesorando a Mauricio Macri en pos de mejorar su situación judicial. “El ex agente de inteligencia habría sido acercado al ex presidente por Guillermo Cóppola, de quien Stiuso se sirve para algunas de sus ‘prestaciones’. Gustavo Arribas y Silvia Majdalani esperan que Stiuso ejerza su influencia, que es muchísima, sobre el juez Mariano Martínez de Giorgi, para derrumbar toda la causa sobre actividades clandestinas de la AFI que ellos conducían”, afirmó Pagni. Coincidencias o azar: en el juzgado de Martínez de Giorgi se están acumulando las causas de espionaje ilegal que inquietan a Macri.
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Un mes antes del artículo de Pagni, el 28 de abril, Martínez de Giorgi ya había resuelto los sobreseimientos de Macri, Hornos y Borinsky. Lo había hecho sin que su decisión trascendiera. El hecho se conoció este miércoles, cuando la resolución ya había sido apelada por la fiscal Alejandra Magano y tres camaristas porteños se habían excusado de intervenir en la revisión del fallo. Este viernes, se rechazó la excusación de Martín “Doctrina” Irurzun, por lo que será parte del tribunal que tenga que ratificar o rectificar lo que dispuso el titular del juzgado federal porteño Nº 8.
¿Por qué la aseveración de Martínez de Giorgi podría ser un tiro por elevación a Memorandum? Porque fue justamente en el marco de ese caso denunciado por el fiscal Alberto Nisman, que Stiuso siempre siguió con interés, que se abordaron las visitas de Hornos y Borinsky a Macri que reveló El Destape. Tan cierto es que no hay elementos jurídicos para que la decisión del juez de primera instancia afecte a esa causa que está siendo revisada por la sala I de la Cámara de Casación (el TOF 8 la terminó cerrando por "inexistencia de delito") como que tampoco los había para que Martínez de Giorgi desconociera las visitas. Y lo hizo, a punto tal de resaltar que la mayoría fue “inexistente” (dixit). Por eso, las fuentes consultadas para esta nota –jueces y abogados- estiman que con esa afirmación, que no se agregó al azar en la resolución de 21 páginas, podría estar relacionada al caso Memorándum.
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Desde la máxima instancia penal del país, Hornos y Borinsky fueron quienes reabrieron el 29 de diciembre de 2016 la causa Memorándum con Irán, que había sido cerrada en primera y segunda instancia. Se habían reunido con el entonces presidente Macri en momentos clave para la causa. Borinsky, que según documentos oficiales estuvo al menos 16 veces en la Quinta de Olivos, había visitado a Macri seis días antes de la reapertura del proceso. Para Martínez de Giorgi esa visita no existió.
Pero los más de 20 ingresos de Hornos y Borinsky a la Quinta de Olivos y la Casa Rosada fueron acreditados en la causa Memorandum con Irán por los propios funcionarios judiciales que intervinieron en ese proceso: desde el Tribunal Oral Federal Nº 8 al fiscal ante esa instancia, Marcelo Colombo. Es decir, Martínez de Giorgi confrontó con sus colegas.
El fiscal Marcelo Colombo no puede ser tildado de kirchnerista. Es más: dictaminó en contra de los intereses de las acusados en Memorándum. Pretendía que se hiciese el juicio. No obstante, durante la audiencia del 18 de agosto del año pasado, Colombo mostró filminas con cada una de las visitas y afirmó que “fue necesaria la acreditación formal de las reuniones y las visitas”. Y eso hizo. Por eso enfatizó que “existen registros que acreditan que los señores Borinsky y Hornos acudieron a la Casa Rosada y la residencia presidencial de Olivos durante los 4 años en que el expresidente Mauricio Macri gobernó el país”. Lo dijo clarito. Y hasta abundó: “Estos registros acreditan que esas visitas se dieron antes y después del dictado del fallo de reapertura de la causa” Memorándum. “Existe una regularidad de las visitas con posterioridad a esta decisión”, redundó. El fiscal Colombo habló de “numerosas visitas”.
Por su parte, la jueza María Gabriela López Iñíguez, integrante del TOF 8, dijo algo similar y en su voto del caso Memorándum hasta abordó la problemática que provocaron las visitas de Hornos y Borinsky a Macri. Sus colegas Daniel Obligado y José Michilini prefirieron no interiorizarse en el tema. Bastaba la inexistencia de delito para hacer caer el caso. ¿Qué sostuvo López Iñíguez? Que los registros oficiales fueron remitidos por Jefatura de Gabinete y, por ejemplo, “en lo relativo al Dr. Borinsky, las planillas refieren múltiples actividades deportivas que serían el motivo de su traslado a esa sede (futbol, tenis y paddle)”. “Esa sede” es la Quinta de Olivos. La jueza destacó que “dos de los tres jueces que debían tomar intervención en la decisión jurisdiccional visitaban asiduamente al Presidente de la República en funciones, Mauricio Macri, que había mostrado públicamente su interés en el ‘avance’ de dicha causa”. Y se mostró de acuerdo con el temor de parcialidad que tenían las defensas.
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En diálogo con El Destape Radio, el viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, se refirió al tema: "Me preocupa cómo se descalifican visita a Olivos que todos vimos en las planillas", dijo.
Lejos de los 20 encuentros que figuran en los registros oficiales de Casa Militar a los que accedió El Destape por un pedido de Acceso a la Información Pública, Martínez de Giorgi dijo que que “las reuniones cuestionadas” fueron “inexistentes en su mayoría”. “Sólo pudo probarse la efectiva asistencia del Dr. Mariano Borinsky a la quinta presidencial de Olivos en dos ocasiones (los días 5 de mayo de 2017 y 7 de mayo de 2018), fechas que no fueron consignadas en la denuncia. Por su parte el Dr. Gustavo Hornos, de todas las fechas cuya concurrencia a encuentros con Mauricio Macri se le atribuyeron, registró visitas tres días”, señaló. Pero eso no es así.
Hasta los propios protagonistas lo desmienten:
- Borinsky fue consultado por El Destape en abril del año pasado, apenas publicada la Operación Olivos y confirmó que concurrió a la residencia presidencial a jugar al paddle. “Pero no tantas veces”, buscó defenderse.
- Macri, al ser consultado en una entrevista con TN respecto a las visitas de Borinsky a la Quinta de Olivos, respondió: “Fue un juez que arrancó porque tenía un compromiso con el Código Penal, hizo una propuesta muy buena, y fue a jugar al tenis, varias veces conmigo, porque teníamos amigos en común”.
- En febrero del año pasado, al ser interpelado por sus pares por sus visitas a Casa Rosada, Hornos, que era presidente de la Cámara Federal de Casación Penal, dijo que mantiene una relación social con Macri de hace años y que tuvo diálogos con él sobre variados temas judiciales pero no sobre fallos puntuales.
¿En qué se basó Martínez de Giorgi para desconocer las visitas? Limitó su pesquisa a un puñado de planillas hechas a mano y que son en su mayoría de ingresos a la Casa Rosada. Y a dos testimoniales. Su planteo se asemejó más al de un abogado defensor que al de un magistrado de la Nación. Por ejemplo, no revisó en profundidad los registros de acceso a la Quinta de Olivos, más de 7.000 archivos que el propio Macri dispuso que se hicieran de forma digital y donde constan las 16 visitas de Borinsky y las 2 de Hornos.
La fiscal del caso Alejandra Mangano, en su apelación, expuso al juez por todas las medidas que no tomó. Por ejemplo, enumeró:
- Incautar los registros informáticos de Casa Rosada y Quinta de Olivos en donde estuvieran las constancias de ingreso y egreso de los visitantes.
- Tomar testimoniales a personal que estuviera en funciones en el momento de los hechos y que pudiera haber presenciado en todo o en parte esas reuniones.
- Solicitar información acerca de otras personas que hubieran entrado inmediatamente antes e inmediatamente después que los camaristas. Esos datos figuran en las planillas. En los registros aparece hora de ingreso y salida de los visitantes, con qué vehículo ingresaron (incluso número de patente) y qué actividad iban a realizar.
- Realizar un pedido de informes a otros juzgados en donde se lleven adelante causas vinculadas al mismo objeto que se estaba investigando, “entre otras tantas medidas que de momento no se han producido en este expediente”.
¿Por qué Martínez de Giorgi decretó que no existieron las reuniones que sus propios protagonistas confirmaron? ¿Por qué desconoció el caudal probatorio acumulado en otros expedientes? ¿Por qué no tomó otras medidas de prueba? ¿Con qué intencionalidad? En tribunales están quienes mencionan la sombra de Stiuso. Y el caso Memorándum, que apunta a CFK, y para el que Casación convocó este viernes a una audiencia el 29 de septiembre próximo. En ese encuentro se escucharán los argumentos de las partes. Luego, la sala I del máximo tribunal penal del país tendrá que resolver si confirma los sobreseimientos o los revierte y ordena que se realice el juicio.