El impacto de la Operación Olivos, en la que se reveló las visitas de jueces y fiscales a la Quinta de Olivos para ver a Mauricio Macri, se hace sentir en la Cámara Federal de Casación Penal. Este jueves fracasó una autoconvocatoria en la que se pretendía discutir dos temas: si el magistrado Gustavo Hornos puede seguir siendo el presidente del cuerpo luego de que se conocieran sus contactos con Macri antes de fallar en causas de Lawfare; y el caso de los chats misóginos que el camarista Juan Carlos Gemignani envió a dos colegas en el Día Internacional de la Mujer. Solo se presentaron tres de los trece jueces de la Casación. Los restantes diez brillaron por su ausencia en lo que se interpretó como un mensaje de blindaje a Hornos y al otro visitante de la quinta, el camarista Mariano Borinsky. De esa decena de camaristas ausentes, cuatro están denunciados en el Consejo de la Magistratura y otros cinco fueron designados por Macri.
Según dejó asentado la secretaría de la Cámara de Casación, este jueves a las 11 se recibió una comunicación de los camarista Alejandro Slokar, Ángela Ledesma y Ana María Figueroa –las últimas dos agredidas por Gemignani- quienes hicieron “saber su disponibilidad para llevar adelante la autoconvocatoria a Acuerdo Plenario previamente anticipada, solicitando la conexión al mismo por medios telemáticos, lo que fue puesto en conocimiento del resto de los magistrados integrantes del cuerpo”. Pero ninguno de sus colegas se sumó al encuentro, que solo podía iniciarse al reunirse siete votos.
El encuentro había sido solicitado este lunes por Slokar y Ledesma. En un oficio que habían dirigido al titular del tribunal, ambos camaristas hicieron referencia a “una crisis de inédita y creciente magnitud, que merece la debida corrección” y pidieron –una vez más- la renuncia de Hornos a la presidencia del cuerpo.
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Esta situación volvió a dejar expuesta las internas que cruzan al máximo tribunal penal del país, que está paralizado y envuelto en una severa crisis.
Los problemas institucionales de la Casación comenzaron cuando se conocieron los ingresos de Hornos al despacho privado de Macri en la Casa Rosada, contactos que el camarista justificó en una “relación social” que mantiene con el líder del Pro. Como esos ingresos coincidieron con fallos en contra de los opositores a Macri en pleno Lawfare, Hornos fue denunciado en la justicia penal el 11 de febrero pasado y se requirió la remoción ante el Consejo de la Magistratura (donde ya se pidieron medidas de prueba). Slokar y Ledesma vienen reclamando que renuncie a la presidencia del cuerpo desde aquel entonces por las graves faltas éticas que cometió.
Luego se produjo el escándalo de los chats misóginos que Gemignani envió s sus colegas Ledesma y Figueroa en un chat grupal e institucional, en el Día Internacional de la Mujer, hecho por el que recibió diversas denuncias en el Consejo de la Magistratura. Este jueves se cumplió exactamente un mes de esa agresión sin que aún el presidente del tribunal -que es Hornos- certifique los mensajes tal como le reclamaron desde el órgano que selecciona y sanciona jueces. También se interiorizó en el caso la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gómez Alcorta.
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En los últimos días, El Destape reveló la “Operación Olivos”, que comprometió aún más a Hornos y a otro integrante de la Casación, el juez Mariano Borinsky, quien tal como publicó este medio ingresó al menos 15 veces a la quinta de Olivos durante el macrismo. En la mayoría de las ocasiones fue a jugar al paddle, tenis o fútbol. Las visitas coincidieron con fallos suyos que perjudicaron a opositores a Macri, en plena persecución judicial. Firmaba en tándem con Hornos en la sala IV y la sala I de Casación. Borinsky también fue denunciado ante el Consejo de la Magistratura.
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En el marco de esta crisis, la Casación quedó paralizada porque su presidente no llama a reunión de autoridades ni a un plenario por temor a que se trate su caso. En ese contexto, se dio la autoconvocatoria, que requiere de siete votos para poder realizarse.
Además de Hornos, Borinsky y Gemignani también faltaron a la reunión de este jueves Eduardo Riggi –denunciado ante el Consejo de la Magistratura por retener el expediente del caso del Grupo Indalo - y otros cinco jueces designados por Macri: Carlos Mahiques –exministro de María Eugenia Vidal-; Guillermo Yacobucci; Javier Carbajo; Diego Barroetaveña y Daniel Petrone. Este último camarista, por ejemplo, se excusó de intervenir en el D’Alessiogante por su “íntima amistad” con Germán Garavano. La décima ausente fue la camarista Liliana Catucci.
“En una clara falta de compromiso con la función, los jueces ausentes decidieron no hacerse cargo de la situación que atraviesa la Cámara Federal de Casación Penal, negando y desconociendo una crisis inédita”, hicieron circular desde uno de los despachos del máximo tribunal penal del país.
La incógnita que se abre ante el nuevo escenario es cuánto tiempo más podrá estar la Casación sin realizar reuniones plenarias y de autoridades y cuánto se extenderá la protección interna hacia Hornos, Borinsky y Gemignani.