Bajo la consigna "Diálogos por una justicia realmente humana", fiscales y jueces compartieron un encuentro con dirigentes barriales, sindicales y académicos en la parroquia Santa María Madre del Pueblo, del barrio Padre Rodolfo Ricciardelli -ex villa 1-11-14-, de la Ciudad de Buenos Aires. Entre ellos, estuvieron Juan Grabois, en calidad de abogado y profesor de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA); y secretario general de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación, Julio Piumato.
La actividad, que los propios organizadores catalogaron de "inédita", las y los funcionarios judiciales escucharon sobre diversas problemáticas que se viven en el campo popular en el contexto actual y expusieron sobre su rol institucional. Según informaron en un comunicado, la agenda de temas fue propuesto por quienes habitan el barrio: crisis del trabajo, problemas de acceso a la salud y expansión del narco.
Allí, además, el Padre Pedro, impulsor de la iniciativa, resaltó el rol de acompañamiento que cumple la Iglesia en los barrios.
“Es una etapa bisagra y difícil de nuestro país en la cual uno siente que se está rompiendo la matriz productiva y laboral, ambas cuestiones que otorgan dignidad a las personas”, sostuvo la presidenta de la Cámara nacional del Trabajo, Gabriela Vázquez. En esa línea, apuntó contra el máximo tribunal nacional y las funciones que le corresponden: “La Corte Suprema como cabeza del Poder Judicial tiene que funcionar y los demás jueces y juezas nos tenemos que comprometer la justicia al servicio del pueblo porque de lo contrario el sistema judicial no sirve para nada”, sostuvo.
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A su turno, Piumato, apuntó a la problemática del narcotráfico: “No tenemos las políticas correctas para combatirlo y, por ello, excede a la juaticia”, explicó y señaló la necesidad de abordar el “lavado de activos que acarrea el narcotráfico y los agentes que lo llevam a cabo”.
En consonancia con esa idea se pronunció el obispo Gustavo Carrara, que llamó a indagar “dónde va la plata producto del narcotráfico y cuales son las voluntades que compra”, advirtiendo sobre el rol de las organizaciones criminales en los barrios cuando el Estado se ausenta. Carrara, en ese punto, citó a papa Francisco y afirmó que “no hay verdadera libertad, igualdad o justicia social si no hay fraternidad porque fraternidad es una categoría político jurídica y sobre ella hay que trabajar mucho porque nos habla de algo previo que es la dignidad infinita de cada uno de nosotros".
“La idea de los Derechos Humanos era un consenso y ese consenso se rompió al igual que hicieron con la Carta de las Naciones Unidas", dijo Grabois a su turno, al hacer una lectura sobre la coyuntura nacional y los discursos que circulan desde los máximos referentes del Ejecutivo en contra de las políticas de memoria, verdad y justicia. A su entender, “se rompió por el fenómeno que muchas veces marcó Francisco, el nominalismo: proclamar derechos que no existen o que, en realidad, no existen para una gran parte de nuestro pueblo”, dijo dando a entender que, en realidad, hay un sector de la sociedad a la que no le llegaron ese tipo de medidas.
“Así como la dignidad humana es el límite de cualquier autoridad, la finalidad de todo Derecho es el bienestar del pueblo”, opinó el juez Alejandro Slokar, que dijo estar allí para "abrazar a los más vulnerables, para que ninguno quede al borde del camino”.