Murió Etchecolatz: el motivo por el que la harán una autopsia

El represor falleció el sábado último, a los 93 años, en la Clínica Sarmiento de la localidad bonaerense de San Miguel, donde se encontraba internado con custodia policial.

05 de julio, 2022 | 10.47

El cuerpo del genocida Miguel Osvaldo Etchecolatz, quien falleció el sábado último, será sometido este martes a una autopsia a pedido de la defensa que lo representaba en los juicios de lesa humanidad que se tramitaban en su contra, informó hoy el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata. "El cuerpo de quien en vida fuera Miguel Osvaldo Etchecolatz será sometido a una autopsia, a pedido de la defensa", apuntó esta mañana el presidente del TOF 1 La Plata, Ricardo Basílico.

El anuncio se hizo al inicio de la audiencia de hoy del juicio unificado por los crímenes cometidos en los excentros clandestinos de detención Pozo de Banfield, Pozo de Quilmes y El Infierno, en Lanús, en el cual Etchecolatz se encontraba imputado. Etchecolatz, de 93 años, falleció el 2 de julio último a las 5.30 en la Clínica Sarmiento de la localidad bonaerense de San Miguel, donde se encontraba internado con custodia policial.

Por qué le realizará una autopsia 

Según indicaron fuentes judiciales, "se trata de un procedimiento de rutina que realizará el cuerpo médico forense de la Corte". "Etchecolatz estaba bajo la órbita del Servicio Penitenciario Federal y lo solicitó su defensa", remarcaron a Télam.

Etchecolatz tuvo a su cargo 21 campos clandestinos de detención que funcionaron en la provincia de Buenos Aires, donde ordenó la tortura y muerte de miles de hombres y mujeres alojados allí, como lo determinaron las 9 condenas por genocidio que recibió, y cumplía en la unidad penitenciaria sede Campo de Mayo.

Fue el responsable de la desaparición de estudiantes secundarios de La Plata, en el hecho que se conoció como "La Noche de los Lápices", y es quien conocía qué pasó con Clara Anahí Mariani, apropiada a los 3 meses de vida tras asesinar a su madre Diana Teruggi en un operativo de fuerzas conjuntas en la casa de la niña, en la ciudad de La Plata, el 24 de noviembre de 1976, donde estuvo presente Etchecolatz.

Los delitos que cometió Miguel Etchecolatz

Miguel Etchecolatz fue condenado 9 veces a cadena perpetua por secuestros, torturas, privaciones de la libertad y múltiples homicidios con alevosía durante la última dictadura militar en Argentina. Fue el primer represor llevado a juicio oral y público en Argentina luego de la anulación de las leyes de impunidad: ley de Autoamnistía y de Punto Final.

Se desempeñó como director de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires entre marzo de 1976 y fines de 1977, cargo desde el cual coordinó los grupos de tareas así como los 21 centros clandestinos de detención que integraban el Circuito Camps, donde luego se comprobó que existió la mayor cantidad de detenidos desaparecidos del país.

Fue el responsable de la desaparición de estudiantes secundarios de La Plata, en el hecho que se conoció como La Noche de los Lápices, y fue quien conocía qué pasó con Clara Anahí Mariani, apropiada a los tres meses de vida tras asesinar a su madre Diana Teruggi en un operativo de fuerzas conjuntas en la casa de la niña, en la ciudad de La Plata, el 24 de noviembre de 1976.

En 1986, Etchecolatz fue sentenciado a 23 años de cárcel como responsable de haber ejecutado 91 tormentos. Pero la Corte Suprema de Justicia anuló la sentencia por aplicación de la Ley de Obediencia Debida.

En el 2001 se lo detuvo por el robo de una beba hija de desaparecidos, Carmen Sanz, nacida en el Pozo de Banfield, y fue condenado a 7 años de prisión. Por su estado de salud, se le aplicó el beneficio del arresto domiciliario que le fue revocado en junio de 2006, al constatarse que poseía un arma de fuego en su domicilio.

En el 2004, en el marco del juicio que se siguió al médico de la policía Jorge Bergés, Etchecolatz fue condenado a 7 años de prisión, sentencia que fue recurrida, reduciéndose a 3 años.

En el 2006 comenzó a ser juzgado por el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, donde se oyó el testimonio de Jorge Julio López, quien dio detalles sobre el accionar de Etchecolatz en los centros clandestinos a su cargo. Desde aquel momento, Julio López sigue desaparecido.

El 19 de septiembre de 2006 fue condenado a reclusión perpetua por "delitos de lesa humanidad cometidos en el marco de un genocidio", imputación que se aplicó por primera vez en el país.

En el 2011 fue condenado por el accionar represivo y el genocidio aplicado en lo que se denominó Circuito Camps.

En el 2013, el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata unificó estas tres condenas por delitos de lesa humanidad que recibió Miguel Etchecolatz en una única de prisión perpetua e inhabilitación absoluta perpetua. Mientras se leía la sentencia, Etchecolatz tenía en sus manos un papel donde se leía el nombre de Jorge Julio López, una imagen que resultó escalofriante a más de dos décadas de retornada la democracia y en el marco del avance de los juicios de lesa humanidad.

En marzo de 2016, el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata condenó a Etchecolatz a 25 años de prisión por el secuestro y desaparición en junio de 1977 de los militantes universitarios Daniel Favero y María Paula Álvarez, aunque le fijó una pena única de prisión perpetua debido a las sentencias anteriores que ya existen en su contra.

A pesar de tener tantas condenas por genocida, Ertchecolatz seguía siendo policía de la provincia de Buenos Aires y recién en agosto de 2017 fue exonerado de la fuerza policial provincial. Cuando le fue notificada su exoneración, Etchecolatz firmó y debajo escribió "prisionero de guerra".

En octubre de 2018 fue condenado a perpetua por los delitos cometidos en los centros clandestinos de detención que funcionaron en la División Cuatrerismo de la Brigada Güemes, en La Matanza, y en la Comisaría 1° de Monte Grande, de Esteban Echeverría.

En el 2020 sumó otra condena a perpetua por los secuestros, torturas y muertes a detenidos alojados en la Brigada San Justo y finalmente, en mayo de este año se lo condenó a perpetua por los secuestros y torturas de siete personas en el excentro clandestino de Pozo Arana, entre ellas el albañil Jorge Julio López, y los asesinatos de cuatro de esas víctimas, entre las cuales está Francisco López Muntaner, uno de los estudiantes secuestrados en el episodio conocido como La Noche de los Lápices.

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