Otro favor judicial para Mauricio Macri. Los camaristas Martín Doctrina Irurzun y Roberto Boico confirmaron el archivo de la causa en la que se investigaban las reuniones de su colega Mariano Llorens con Macri en la Quinta de Olivos y la visita del magistrado a la Casa Rosada. Llorens no es un personaje menor. Actualmente preside la Cámara Federal de Comodoro Py, fue uno de los que intervino para que citen a CFK en la mediática “Ruta del dinero K” y no solo se negó a excusarse en las causas de espionaje en la era Macri sino que fue coautor de la teoría del cuentapropismo de los espías.
Al igual que con los otros jueces que visitaban el ex presidente, Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, Comodoro Py está decidido a hacer la vista gorda. Esas reuniones, que constan en documentos oficiales y fueron confirmadas por los asistentes, no existieron. Las de Llorens no negaron su existencia, sino que le creyeron al juez cuando dijo que fue una visita de “estricto índole institucional” y que no se puede saber si fue para otra cosa. Es falso, ya que Llorens no tenía ningún cargo institucional cuando fue a ver a Macri a Olivos. Pero archivo y punto. No investigaron nada más.
Los documentos muestran lo siguiente:
- El juez Llorens ingresó a la Casa Rosada, según los registros de acceso, el 17 de diciembre de 2018. Entró a las 14.07 al despacho de Asesores. Allí atendían entre otros José Torello y el actual prófugo Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, dos miembros de la Mesa Judicial macrista. Pero además a la misma hora y al mismo lugar ingresó Juan Bautista Mahiques, la punta de lanza de las operaciones judiciales de Macri hoy cobijado por Horacio Rodríguez Larreta como jefe de los fiscales porteños.
- Llorens entró a la quinta de Olivos el 6 de septiembre de 2019. En la planilla figura que fue a ver a Macri, que ingresó a las 16.45 y se retiró 15 minutos después. Llegó en el auto con Pierre Pejacsevich, un ex gerente del Banco Macro que tiene una consultora financiera y es compañero de partidas de bridge de Macri.
¿Qué hacía un camarista federal en la sala de Asesores del presidente Macri? ¿Por qué fue a la Quinta de Olivos a ver a Macri? La explicación de Llorens sobre su visita a Olivos fue que se trató de una visita de “estricto índole institucional”. Esa respuesta fue en el marco de otra causa vinculada al espionaje en la era Macri, donde se lo intentó recusar por su cercanía al ex presidente. Nunca respondió sobre la primera.
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La corporación judicial lo apoyó. El presidente de la Asociación de Magistrados Marcelo Gallo Tagle dijo en El Destape Radio que “Llorens fue a ver a Macri por ganancias. Los otros que digan sus motivos”. Pero lo cierto es que al momento de la visita Llorens no tenía ningún cargo institucional que habilitara una reunión con el entonces presidente Macri. ¿Fue a darle su opinión sobre el pago de ganancias por parte de los jueces de forma individual? Poco creíble.
La denuncia contra Llorens recaló en el juzgado de Sebastián Casanello. La hicieron los abogados Rafael Resnick Brenner, Jorge Chueco, José Ubeira, Andrés Albor y Héctor Rodríguez. Los denunciantes citaron la nota periodística que publicó El Destape y dijeron que la afirmación de Llorens de que fue a ver a Macri por un tema institucional incurrió en “falsedad ideológica” ya que “Llorens no estaba capacitado ni autorizado para hacer esa reunión por razones funcionales”. Es cierto: era un camarista federal, sin otro cargo representativo.
El 20 de diciembre de 2021, tal como informó El Destape, el juez Casanello requirió a la Secretaría General de la Presidencia que informe si Llorens “registra una visita a la Quinta Presidencial de Olivos el día 6 de septiembre de 2019”. Tardaron más de 3 meses en contestarle. Finalmente Casanello archivó el caso por falta de mérito. Dijo que “no hay discusión acerca de la presencia del camarista en la residencia presidencial. Los registros oficiales así lo demuestran, pero nada dicen sobre el motivo. En este sentido, no hay información disponible en el Registro Público de Audiencias de Gestión de Intereses, pese a las imposiciones del Decreto 1172/03. Esta ausencia le ha restado transparencia al suceso mas no permite avalar, por la mera opacidad, la versión de la querella; sobre todo, frente a la palabra del magistrado, cuyos actos, por principio, se presumen legítimos”. Ese es el punto: Macri se juntó con Llorens y no lo incluyeron en el registro público de audiencias. Acto seguido Casanello afirmó que no se puede plantear la falsedad ideológica de lo que afirmó Llorens al rechazar excusarse ya que eso “no es un documento público destinado a dar fe de algo. Se trata más bien del espacio donde el juez debe argumentar acerca de su imparcialidad”. O sea, lo que dice Llorens “se presume legítimo” y si miente eso no es un documento válido.
Los denunciantes apelaron la decisión de Casanello pero ahora Doctrina Irurzun y Boico la confirmaron. Dato: si no se ponían de acuerdo el desempate hubiera quedaron en manos de Leopoldo Bruglia o Pablo Bertuzzi, que aún siguen en sus cargos puestos a dedo por Macri gracias al guiño de la Corte. En un mismo lodo, todos manoseaos.
Irurzun y Boico se limitaron a mirar si cuando Llorens rechazó la recusación en una causa de espionaje alegando que visitó a Macri por razones de “estricto índole institucional” cometió falsedad ideológica. O sea, si mintió. En su voto, Boico plantea que el documento con el que Llorens rechazó apartarse de una causa por espionaje “no es otra cosa que la articulación argumental de una explicación de los motivos por los cuales el juez decide apartarse o mantenerse en el conocimiento de una causa, y nada más que ello. Ello impone decir la verdad, ¡claro!, pero nadie podría invocar un delito de falsedad si es que lo explicado por el juez, en hechos y derecho, no se condice con la verdad material”. SIC.
“Está claro que el/los encuentro/s de un magistrado con un miembro de otro Poder del Estado, por sí solos, no constituyen un delito”, planteó Irurzun en su voto. Dijo que Llorens contó que fue un encuentro de “estricto orden institucional” pese a que no estaba obligado a manifestarse sobre el tema y que “corresponde, entonces, otorgarle a la referencia el valor de veracidad”. Por último le dedicó varios párrafos a criticar que pudiera existir “una suerte de complot generalizado” cuando se cruzan las reuniones de Macri con jueces y los fallos judiciales. No hay que ser muy lúcido para entender el mensaje: es un aval al cierre de la otra investigación vinculada a las reuniones de Borinsky y Hornos con Macri.
Todo parte de la investigación Operación Olivos, donde El Destape reveló que el camarista Llorens estuvo tanto en la quinta de Olivos como en la Casa Rosada. Llorens fue designado en el cargo por Macri aunque a diferencia de sus compañeros de la Sala I de la Cámara Federal, Bruglia y Bertuzzi, no a dedo sino luego de un concurso. Sus vínculos con altos funcionarios del macrismo como el viceministro de Justicia Santiago Otamendi o el jefe de los espías Gustavo Arribas fueron clave para su llegada a Comodoro Py. Una vez allí se asentó y logró desplazar a Doctrina Irurzún como presidente de la Cámara Federal. No solo sus reuniones con Macri no tuvieron efecto jurídico: a su entronización en Comodoro Py le sumó la vicepresidencia de la Asociación de Magistrados. La corporación se autoprotege y legitima.
Llorens juró en el cargo el 12 de junio de 2018. A los pocos días de asumir, el 28 de junio, confirmó los procesamientos y embargos contra Lázaro Báez en la causa bautizada como la “Ruta del dinero K”. Firmó junto al camarista Doctrina Irurzun. El 31 de agosto de 2018 el juez Llorens fue clave para que se convoque a declaración indagatoria a CFK en la causa de la “Ruta del dinero K”. El pedido lo hizo la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo antilavado que el macrismo reconvirtió para su esquema de persecución de kirchneristas. Y Llorens se sumó al voto de Doctrina Irurzun para darle lugar. Llorens argumentó que “de hacer lugar a lo peticionado, no solo se verán beneficiados los acusadores, sino también la defensa, en tanto se le habilitarán todos los recursos que, como parte, le corresponden para ejercer su derecho en igualad de armas”
CFK recusó a Llorens y a Irurzun y entonces apareció Bruglia, puesto a dedo por Macri, para rechazar la recusación el 8 de octubre de 2018. CFK insistió y fue entonces el juez Gustavo Hornos el que rechazó finalmente el pedido. Justo Hornos, por entonces presidente de la Cámara de Casación, que estuvo 6 veces con Macri en la Casa Rosada y dos en Olivos. Un laberinto sin salida.