Junto a la decisión de Javier Milei de echar a Diana Mondino por el descontento que le generaban decisiones que no se alineaban con su ideología, especialmente el voto contra el bloqueo a Cuba, el Presidente ordenó una auditoría “ideológica” en la Cancillería. La novedad no cayó bien en el cuerpo diplomático y en el PRO se encendieron las alarmas. En el partido liderado por Mauricio Macri dejaron trascender su “sorpresa” por el anuncio y pese que un sector pondera el nombramiento de Gerardo Werthein como sucesor, hay un sector del macrismo que advirtió que la decisión de controlar al personal “debilita a la nueva conducción”.
A diferencia de La Libertad Avanza, el PRO cuenta con un grupo de internacionalistas que formaron parte de la gestión de Cambiemos y que mostraron sintonía en torno a un programa de propuestas pese a la interna que atravesó la coalición opositora en las últimas elecciones. Referenciados en la Fundación Pensar, entre ellos se destacan Fulvio Pompeo, Fernando Straface, Federico Pinedo, Jorge Faurie, Diego Guelar, Horacio Reyser y Ricardo Lagorio. Este último es el embajador ante la ONU que Milei había ordenado desplazar, pero como todavía no se había oficializado su salida fue quien ejecutó el votó contra el embargo de los Estados Unidos a Cuba.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Sobre la saliente Mondino, en el PRO resaltaron que a pesar de la serie de errores y descoordinaciones con Casa Rosada y “formas amables” en los encuentros bilaterales, “no fue una canciller que haya corporizado un nivel de autoridad en materia de política exterior” por lo que “no le resultó costoso al presidente sacarla”.
En diálogo con El Destape, hay coincidencias en que es un error por parte de Casa Rosada emprender una auditoría en el Ministerio de Relaciones Exteriores ya que se trata de “gente de carrera y que concursó” para llegar a su función, además de que varias de las votaciones que ahora Milei desconoce forman parte de una tradición de posiciones que se mantuvieron aún entre gobiernos ideológicamente contrapuestos como los de Cristina Kirchner y Mauricio Macri.
Uno de los referentes de este grupo y de diálogo frecuente con Macri le confió a este medio que “en política exterior la Argentina debe tener una política de Estado que trascienda los gobiernos porque representa la posición de un país y no la de un gobierno”. Coincidente con esta mirada, otro de los internacionalistas amarillos analizó que lo ocurrido con Mondino coincide con otras decisiones que evidencian un alineamiento con el pensamiento de Milei. “Es un episodio más de un gobierno que concentra el poder en la figura de Milei. Ocurre con la política exterior, con la política económica y con la batalla cultural por las ideas”, describió.
Milei ejerce lo que en política exterior se conoce como “diplomacia presidencial”, que es toda práctica en la que el Presidente deja de lado la “diplomacia institucional” que encarnan el canciller y los embajadores para inmiscuirse en las decisiones de política exterior. Así lo demostró en su primer discurso ante la Asamblea de las Naciones Unidas cuando prometió: “Argentina va a abandonar la posición de neutralidad y va a estar a la vanguardia en defensa de la libertad”.
Un mensaje a la comunidad internacional respecto de que el país no tendrá más lo que él considera como un “alineamiento automático” junto a algunos países y ante ciertas votaciones. Tal es así que se molestó cuando Argentina rechazó el bloqueo comercial a Cuba. Solo Estados Unidos e Israel se opusieron a 187 países que reclamaron el fin del embargo. “Son los mismos votos que necesitás para impulsar tu reclamo por las Islas Malvinas”, señalaron en el PRO para resaltar lo que consideran un posicionamiento erróneo de Milei.
En cuanto al hecho puntual de la votación en contra del bloqueo a Cuba, que en Cancillería horas antes de que se conociera el despido de Mondino defendían que se trataba de “un voto a favor del libre comercio”, en el PRO creen que se trató de una sobredemostración que no exigían Estados Unidos e Israel. “A ellos no les importa que votes en contra del embargo porque les resulta un tema de baja intensidad que no les cambia la idea que tienen de la gestión de Milei”, analizó uno de los internacionales del PRO con buen diálogo con ambos países.
En el comunicado de la Oficina del Presidente, tras anunciar la renuncia de Mondino, se advirtió que en defensa de los principios de la “libertad, soberanía y derechos individuales” se llevará a cabo sobre el cuerpo diplomático una “una auditoría con el objetivo de identificar impulsores de agendas enemigas de la libertad”. Una especie de “deep state” (estado profundo) que Donald Trump denunció cuando llegó a la Casa Blanca para denunciar que había una red de funcionarios que obstaculizaban sus políticas.
Para el PRO esto fue una “sorpresa” porque parece “una intención de purga” y evidencia la falta de comprensión respecto del profesionalismo de los miembros del servicio exterior. “No caen bien esos mensajes. No son locos que votan cualquier cosa sino que siguen posiciones del Estado argentino”, resaltaron.
En el PRO hay posturas disímiles respecto de Werthein, quien dejará su cargo de embajador en los Estados Unidos tras las elecciones de ese país. Hay quienes creen que al estar su designación en el mismo anuncio que la auditoría eso “debilita el nombramiento de la nueva conducción", soltaron con preocupación pero también con la intención de marcar un desafío que tendrá que enfrentar el futuro ministro.
Sin embargo, también están quienes sueltan elogios y le dan crédito entre los internacionalistas del PRO. Un dirigente que lo conoce y lo trató hace poco ponderó su trabajo en Estados Unidos: “Articuló política exterior con generación de oportunidades de inversiones. Mostró un pragmatismo que le hace bien al ejercicio de la diplomacia. Se lo ve más alineado que Mondino respecto del pensamiento de Milei”.
MÁS INFO
No fue solo Cuba
Mondino no fue echada solo por la votación a favor de Cuba. En estos diez meses de gestión se le objetaron una serie de decisiones y hechos como cuando se la acusó de no informar la presencia de un representante de Palestina en un acto al que Milei iba a asistir y que finalmente no hizo. Se suma a su desafortunada frase acerca de que “los chinos son todos iguales”
La seguidilla de furcios y objeciones desde Casa Rosada dejaron condicionada a Mondino. Karina Milei le intervino la gestión con la designación de Úrsula Basset a lo que se sumó el traspaso de la Agencia de Inversiones a la órbita de la Secretaría General de la Presidencia. En el último tiempo asumió en la Secretaría de Culto, Nahuel Sotelo, ligado a Santiago Caputo.
Estos movimientos dejaron desorientados a los embajadores de otros países que no sabían quién era su interlocutora válida. Como una enviada especial, Karina Milei viajó a Francia -país al que le pidió perdón por los dichos de Victoria Villarruel- entre otros encuentros y diálogos con funcionarios extranjeros que dejaban a en una posición incómoda a una Mondino sin una pisada completa en Cancillería y apegada a la diplomacia institucional. “Este diseño político no tolera ninguna institución paralela a la acción presidencial”, analizaron en el PRO. El próximo paso de “El Jefe” en el plano internacional será viajar a China.
Las diferencias en esta materia, como ocurre en otras, no las oculta el PRO. Ya sea en entrevistas, en mensajes a través de redes sociales como también en los documentos de la Fundación Pensar que conduce María Eugenia Vidal suelen resaltar algunas medidas pero también ponen la lupa sobre algunas cuestiones. El secretario de relaciones internacionales del partido, Fulvio Pompeo, coordinó un pronunciamiento a fines de octubre para criticar al gobierno de Milei por “disociar” a Argentina del Pacto del Futuro, un acuerdo global para afrontar distintos desafíos actuales y futuros.
En el comunicado resaltaron la importancia de estar integrados a un mundo al que ven "más como oportunidad que como amenaza". Y que los distintos problemas que afrontan los países "requieren respuestas coordinadas a través del diálogo regional y global". También apuntaron que "una política exterior inteligente es aquella que permite tender y mantener puentes con socios relevantes en un marco de respeto a las diferencias, evitando confrontaciones ideológicas que dañen oportunidades de inversión y comercio que tanto necesita la Argentina para crecer".
Las formas “violentas” de Milei son una de las observaciones que hace Macri para diferenciarse del Gobierno. En relación a geopolítica, se ubica la puesta en escena que protagonizó Milei cuando decidió mostrarse de fajina junto a la jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura Richardson; y el embajador de ese país, Marc Stanley; en Tierra del Fuego, provincia de especial interés para China. En el PRO tildaron ese acto como “una desmesura” que contrasta con la actual primavera que goza el vínculo con el gigante asiático.
Este como tantos otros episodios, como peleas con socios estratégicos como España y Brasil, no gustan en el PRO y dejan en claro que de haber llegado al Gobierno su política exterior hubiese estado distinta. Por eso, Milei obtura el desembarco de macristas en Cancillería a excepción de Federico Pinedo, que llegó allí más por su vínculo con Bullrich que por Macri. De hecho, en el PRO hay quien se anima a decir que el ex presidente provisional del Senado “está alineado con Milei” en la política exterior.