La primera jornada de lo que será una largo debate en la Cámara de Diputados de la ley ómnibus arrancó este miércoles con mucho debate político, acusaciones, cruces y hasta un intento fallido de Unión por la Patria de que el dictamen vuelva a comisión. El debate que surge mientras se desarrolla la sesión es si habrá cuarto intermedio y cuándo. Se analiza si será antes o después de la votación en general. Hay quienes temen que aquellos diputados que votarán a favor en general, no vuelvan para la discusión en particular.
Con 137 diputados y diputadas presentes pasadas las 10 de la mañana empezó la sesión que se desarrolla en este período de sesiones extraordinarias, la primera del gobierno de Javier Milei . Hubo 12 cuestiones de privilegio planteadas por Unión por la Patria y la izquierda dirigidos principalmente contra el Presidente y el titular del cuerpo, Martín Menem.
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El peronismo buscó sin éxito que el dictamen vuelva a comisión después de que se anunció la eliminación de 133 artículos y anexos. A los cambios ya conocidos del dictamen que tuvo una versión blue en paralelo al oficial y tras la quita del capítulo fiscal, ahora se retiraron las reformas que se buscaban referidas a pesca, impuestos internos y los que eliminaban la zona fría de la tarifa de gas y la existencia del Fondos de Garantía de Sustentabilidad. Tampoco habrá cambios en el Código Penal que se pretendían regular los derechos de reunión y manifestación.
Hubo dos momentos de mayor tensión antes de que se comience con el tratamiento de la ley Bases, conocida mediáticamente como “ómnibus” y que tras los distintos recortes pasó a ser “combi” y hasta irónicamente algunos la llaman “fitito”. El primero de ellos fue cuando los diputados Germán Martínez, Cecilia Moreau y Miguel Ángel Pichetto requirieron a Menem que eche de los balcones a una persona que había insultado a la legisladora Myriam Bregman.
Como ocurrió en las cuestiones de privilegio, el peronismo buscó probar la muñeca política de Menem para dirigir una sesión tensa que se espera dure casi 21 horas desde el comienzo del tratamiento y si no hay extensiones de los discursos ni interrupciones. Como le ocurrió en la sesión preparatoria y en la reunión de labor parlamentaria de ayer, Menem buscó eludir el conflicto aunque no consiguió imponer su voluntad. “No voy a pedir el VAR”, lanzó irónicamente al referirse al sistema que en el fútbol permite compensar errores humanos.
Menem quiso evitar tener que pedir que retiren a ese agresor, pero un guiño de Silvia Lospennato lo habilitó. No hubo ninguna expresión del jefe de bloque de La Libertad Avanza, Oscar Zago, que se mantuvo en silencio y no respaldó a Menem. Ese fue un punto para el tándem peronismo-kirchnerismo-izquierda.
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El otro momento de tensión fue cuando Cecilia Moreau denunció la presencia en el edificio de Leonardo Sosa, integrante de Revolución Federal y procesado en la causa que se investiga el atentado contra Cristina Kirchner. “Cuide la integridad de los diputados y retire a esta persona”, requirió la legisladora y sumó: “Arme un sumario para saber quién lo invitó y le dio una pulsera”. Según describió, estaba con una identificación que le permitía circular como invitado.
La oposición dura chocó contra la dialoguista cuando el jefe de bloque de UP, Germán Martínez, requirió una moción de orden para que el expediente vuelva a la comisión y así buscar impedir que prospere la iniciativa. Se votó de manera nominal y ese pedido recibió 149 votos en contra y 103 a favor. Entre los que votaron en contra estaban los tres diputados tucumanos que responden al gobernador Osvaldo Jaldo y que tras romper UP formaron el bloque Independencia para darle quórum y sus votos a la media sanción que quiere Milei. Entre los que estaban a favor, además de UP y la izquierda, estaban los dos legisladores santacruceños referenciados en el gobernador Claudio Vidal.
Aunque hubo un momento que generó molestia cuando se leyeron los artículos y anexos que se quitaron del dictamen de mayoría. El secretario parlamentario, Tomás Figueroa, tuvo inconvenientes al enumerar los puntos que no permanecerán ya que se confundía y complicó el seguimiento por parte de los diputados. No faltó quien hiciera un paralelismo, con cierto humor, al famoso juego Bingo.
No hay un horario preciso de cuándo podría votarse el proyecto y todo dependerá desde cuándo y hasta qué hora será el cuarto intermedio previsto. Los libertarios sumaron a los siete votos de bancadas pequeñas aliadas los apoyos del PRO, UCR y Hacemos Coalición Federal a excepción de los socialistas Mónica Fein y Esteban Paulón. Resta saber el número general, pero una versión que circuló en las últimas horas es que si es amplio el respaldo no se descarta que haya abstenciones y entre ellas estén las de algunos radicales.
El radicalismo, como gran parte de Hacemos y a diferencia de sus ex socios del PRO, rechazan los anexos de privatizaciones. Como contó El Destape, pese a las concesiones que hizo el oficialismo, así como está conformado el bloque de empresas públicas sujetas a privatización no lo apoyarán. “Qué lindo sería voltearle las privatizaciones a Milei”, soltó una diputada de Hacemos.
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No solo se sumarán los socialistas y muy posiblemente la Coalición Coalición Cívica sino también Florencio Randazzo por ser un ferviente opositor a la privatización de los trenes. Quien fuera uno de los impulsores de la ley de estatización en 2015 sostiene que está demostrado el fracaso de la gestión de capitales privados en el manejo de ese sector del transporte.
De los 664 artículos que originalmente tuvo esta ley Bases hasta acá quedarán poco más de 300. Un brutal recorte que tuvieron que permitir Milei y el autor intelectual del proyecto, Federico Sturzenegger, para conseguir su aprobación. Los gobernadores y diputados de lo que supo ser Juntos por el Cambio hicieron más por esta ley que el propio Gobierno con contradicciones entre sus negociadores y escasa defensa de los legisladores propios. La ley se encamina a la media sanción, restará saber qué pasará con el artículo por artículo.
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