El discurso de la vicepresidenta Cristina Kirchner volvió a ocupar, una vez más, los análisis en los medios de comunicación. El viernes, desde La Plata, aseguró que los funcionarios que no se animan o son temerosos deberían buscarse "otro laburo". Lejos de generar un cortocircuito interno, las declaraciones fueron respaldadas por un ministro clave del Gabinete. El canciller Felipe Solá coincidió con el análisis de CFK, sostuvo que muchos de quienes ocupan cargos "se animan" y que, con el lawfare como herramienta, los poderes fácticos buscan disciplinarlos para que no lo hagan, para que no se animen.
Con cierto humor, Solá aseguró que no le "vendría mal otro laburo pero no tengo tiempo para otro. Ningún ministro creo que tenga tiempo". Terminado el momento jocoso, aclaró que no se sintió aludido por las palabras de Cristina pero se tomó el tiempo para echar luz sobre un par de puntos: "En primer lugar la vicepresidenta, la compañera Cristina Fernández de Kirchner, dijo que hay que animarse a firmar, proponer, decidir y autorizar. Personalmente me animo, y creo que muchos o todos mis colegas se animan".
Sin embargo, coincidió en que algunos sectores los "quieren disciplinar, en el sentido de que no nos animemos. ¿Quiénes nos quieren disciplinar? Los que impulsan los ataques de la Justicia, del lawfare". Esa conjunción entre la Embajada norteamericana, los medios de comunicación y cierto sector, mayoritario, del Poder Judicial.
El lawfare, dijo Solá, está destinado a "que los políticos tengan miedo" y recordó las palabras de Cristina: "Después dijo ‘el que tenga miedo, el que no esté dispuesto a hacer lo que haya que hacer para defender los intereses populares que se busque otro laburo”, y estoy totalmente de acuerdo con ella". De este modo, cerró la grieta en torno a posibles ruidos dentro del frente gobernante. En base a este análisis, Solá manifestó sentirse "respaldado por el Presidente, si no fuera así, renunciaría".
En su discurso por el primer aniversario del gobierno de Axel Kicillof, Cristina planteó varias cuestiones: la necesidad de repensar el sistema de salud para enfrentar nuevas pandemias y la urgencia de reactivar la economía mediante el consumo, con una alineación de salarios - jubilaciones, tarifas y precios, particularmente de los alimentos. La vicepresidenta aseguró que el peronismo volvió al poder por la unidad pero, sobre todo, por la memoria histórica, por lo hecho durante doce años de Gobierno kirchnerista en materia de ingresos y reactivación.
Pero además apuntó, por segunda vez en dos meses, contra "el famoso lawfare" que "no es solamente para estigmatizar a los dirigentes populares, es para disciplinar a los políticos" e hizo referencia a una causa que aún hoy enfrentan dos funcionarios del oficialismo, el propio Kicillof y su ministro de Producción, Augusto Costa, por el Registro de Operaciones de Exportación (ROE) creado durante el kirchnerismo.
Acto seguido, mandó un mensaje claro a los funcionarios que no funcionan: mandó un claro mensaje: "Si tienen miedo, vayan a buscar otro laburo" porque "necesitamos gente que los sillones que ocupen sean para defender los intereses del pueblo". En cualquier nivel del Estado.