Hay una pista que conduce a la Argentina en la acusación contra el magnate Joe Lewis, a quien el gobierno de Estados Unidos denunció por tráfico de información privilegiada y secreta de empresas donde tenía acciones para hacer negocios con amigos, empleados y parejas y por entregar presentaciones falsas ante la Securities and Exchance Commission (la SEC, homóloga a nuestra Comisión Nacional de Valores) para esconder su real participación en empresas.
La pista Argentina del escándalo Lewis está vinculada al caso de Mirati Therapeutics, una empresa que desarrolla tratamientos para el cáncer y que cotiza en el Nasdaq. Según la acusación en su contra Lewis traficó información a la que accedía como accionista pero que era secreta sobre ensayos clínicos y el momento de los anuncios corporativos que iban a impactar en el valor de las acciones de la empresa. Puntualmente, dice la denuncia, en 2019 Mirati realizaba ensayos sobre un fármaco para inhibir las mutaciones del gen Kras, presente en aproximadamente el 20% de los cánceres humanos. Lewis supo de antemano que los resultados clínicos eran positivos y facilitó esa data a amigos y empleados para hacer negocios. Además armó varias offshores para quedarse con más acciones de Mirati que las que le permitía la ley y le mintió a la SEC al respecto.
¿Donde aparece la pista Argentina en todo esto? La acusación dice que en octubre de 2019 "Lewis les dijo al menos a otros tres amigos -incluyendo una con quien estuvo involucrado sentimentalmente y otro con quien jugó algunas veces al poker en Argentina- que compraran acciones de Mirati" antes del anuncio de las buenas noticias de los ensayos clínicos que harían subir su valor. Así aparece textual en la denuncia del gobierno de Estados Unidos.
¿Con quién jugaba Lewis al poker en Argentina? Primero lo conocido: Lewis tiene una enorme propiedad en Lago Escondido donde se hospeda cuando viene al país. Segundo, un amigo de Lewis en Argentina es Mauricio Macri.
La denuncia no aclara con quién jugaba Lewis al poker en Argentina mientras le facilitaba información confidencial y que viola las normas estadounidenses. Podría ser un amigo extranjero a quien Lewis invitó a pasar unos días. Podrían ser los jueces y fiscales que se sabe que viajaron al menos una vez a su estancia; podrían ser los directivos del Grupo Clarín que organizaron ese viaje. Y, por supuesto, bien podría ser Macri, con quien tiene una amistad y que también visitó varias veces la mansión sobre Lago Escondido.
Lewis también es acusado de mentirle a la SEC, el poderoso organismo que controla las sociedades en Estados Unidos. ¿Cómo? Según la denuncia la empresa Mirati, de origen canadiense, se regía justamente por las leyes de Canadá que impiden que un sólo accionista tenga más del 19.99% de las acciones de la firma. ¿Qué hizo Lewis? Tenía abajo del 20% a su nombre pero en simultáneo armó sociedades offshore para adquirir más acciones sin que figurara su nombre. Puso Jasara Investments a nombre de un empleado, Newton Trust a nombre de una nieta, trianguló dinero a través del HSBC de Suiza utilizando una cuenta de una ex novia y todo para ocultar que tenía otro 4,95% de Mirati, algo que la ley no le permitía. Y le mintió a la SEC, donde afirmaba que cumplía con el régimen de tener menos del 19.9% cuando en realidad tenía entre el 24 y 29% de las acciones, siempre según la denuncia del gobierno de Estados Unidos.
Si habló del negocio en torno a Mirati con un compañero de poker en Argentina, ¿es posible que Macri fuera parte de ese armado offshore? Los antecedentes permiten plantear esa hipótesis.
La acusación a Lewis es por el tráfico de información privilegiada de 4 empresas en las cuales tenía acciones a través de su fondo de inversión y, a partir de eso, contaba con empleados suyos en el directorio para acceder a documentación secreta. Las empresas son Solid Biosciences, Mirati Therapeutics, Australian Agricultural Company, y BCTG Acquisition Corporation. Sería interesante saber si Macri compró acciones de alguna de esas empresas.
Todavía no se sabe cuantas personas hay implicadas entre los beneficiarios de este tráfico de información. De seguro sus pilotos Patrick O’Connor y Bryan Waugh, que dejaron los dedos pegados en mails y chats donde reconocen los favores que les hacía su jefe, que a su vez los utilizaba en beneficio propio como prestanombres.
La denuncia habla de amigos conocidos y hasta ahora desconocidos que se beneficiaron con estas prácticas de Lewis. ¿Estará Macri entre ellos? ¿Habrá otros argentinos? Una pista Argentina hay.