El ministro de Justicia y Seguridad porteño, Marcelo D’Alessandro, denunció penalmente al diputado del Frente de Todo Rodolfo Tailhade en los tribunales de Comodoro Py por la nueva filtración de presuntos chats de su celular. El funcionario de la Ciudad dice que fue víctima de espionaje ilegal y vinculó en esa maniobra al legislador kirchnerista. Pidió su indagatoria y procesamiento. En el escrito, D’Alessandro reconoció las conversaciones que se hicieron públicas pero afirmó “que en su mayoría se encuentran editadas y sacadas de contexto”.
El ministro de Horacio Rodríguez Larreta aseguró que hay diversos elementos que lo “hacen sospechar" que está "siendo víctima de maniobras de espionaje ilegal”. En pos de intentar contener el escándalo que provocó la nueva filtración, que involucró a la Corte Suprema de Justicia, D’Alessandro dijo en su denuncia que es víctima “de un plan criminal sistemático dirigido a dañar ante la opinión pública no sólo mi imagen y reputación como Ministro de Seguridad y Justicia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sino inclusive la de otros Funcionarios y Magistrados, que cumplen sus labores con honestidad y probidad en distintas áreas y poderes del gobierno”.
Entre los intercambios que se hicieron públicos recientemente figuran contactos del funcionario porteño con Silvio Robles, vocero y mano derecha del presidente de la Corte Horacio Rosatti; Silvia Majdalani, ex Nº 2 de la AFI macrista; y todo indica que Juan Ignacio Bidone, quien era el fiscal de Mercedes, integrante de la banda del espía ilegal Marcelo D’Alessio, entre otros.
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Una primera filtración de presuntos chats del celular de D’Alessandro, difundida a principios de diciembre pasado, hacía alusión a la forma en que el ministro porteño, cuatro jueces federales, el jefe de los fiscales de la Ciudad, un empresario y un ex espía intentaron encubrir un viaje a la mansión del empresario británico Joe Lewis en Lago Escondido, pagado por Clarín. Ese viaje está siendo investigado por la justicia federal de Bariloche. Todo indica que los involucrados incurrieron en el delito de dádivas.
En la nueva denuncia que hizo D'Alessandro, que fue sorteada este lunes y recayó en el juzgado que comanda Daniel Rafecas, el ministro vinculó el nuevo episodio a aquella primera filtración y a una denuncia previa por la duplicación del chip de su celular: “Con anterioridad a esta presentación formulé una denuncia de similar tenor ante la Justicia Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con motivo de las abrigadas sospechas que me generaba haber tomado conocimiento que fui víctima de un robo de identidad ante la prestadora de servicios telefonía correspondiente a mi abonado particular con el objeto de duplicar el ‘chip’ de mi celular para así poder acceder a mis conversaciones privadas”, denunció. “Pocos días después de haber formulado esa denuncia tomó estado público en redes sociales –específicamente en ‘twitter’- que sujetos desconocidos estarían ofreciendo a la ‘venta’ el contenido de ‘chats’ supuestamente filtrados desde mi teléfono celular”, agregó.
Luego, el ministro porteño reconoció los contactos que surgen de la filtración. Y lo hace porque sino sería muy difícil para él poder sostener la tesis del espionaje. Pero dice que “las transcripciones de esas conversaciones” que se difundieron “en su mayoría se encuentran editadas y sacadas de contexto”.
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Como las filtraciones de las conversaciones muestran los engranajes del Lawfare, en su escrito D’Alessandro aseguró que el “plan delictivo” que denunció “está dirigido a instalar en la opinión pública dudas sobre el regular funcionamiento y legitimidad de las instituciones que resultan ser el pilar fundamental sobre el que reposa todo el sistema republicano y democrático de gobierno; coincidentemente a pocos días de haber sido condenada la actual Vicepresidenta de la Nación”.
La nueva denuncia apuntó contra Tailhade porque, según el ministro, fue el primero en difundir el tema. “Esta nueva denuncia se formula a raíz de los hechos de los que me anoticié a partir de una nueva publicación en la red social ‘twiter’ por parte del Dr. Rodolfo Tailhade, quien no sólo hacía referencia en una entrevista radial de haber tomado conocimiento del contenido de nuevas conversaciones que atribuyó al suscripto, sino que inclusive y con total desparpajo, brindó a la opinión pública la dirección de un sitio web donde poder consultar esas conversaciones, cuyo contenido fueran o no reales, con lo cual, no podía desconocer dada su investidura el origen ilícito de las mismas”. D’Alessandro se preguntó en su presentación cómo Tailhade “tuvo a su alcance tales conversaciones antes que cualquier otra”.
Pero lo cierto es que era vox populi entre periodistas y diversas fuentes que existían nuevas filtraciones del celular del ministro y que se encontraban en una dirección puntual de un sitio web. Y se conocían desde días antes de que Tailhade las comentara en una entrevista.