Juntos por el Cambio celebró el triunfo en las elecciones generales pero no consiguió el objetivo planteado después de las PASO. Después de la victoria en septiembre, la plana mayor de la oposición se propuso alcanzar el 45% de los votos en noviembre y no le alcanzó. Quedaron a poco, pero se limitaron a - prácticamente - conservar el porcentaje sacado dos meses antes, el 42%. Un mantenimiento numérico que se vio en dos distritos clave para la alianza como son la Ciudad y provincia de Buenos Aires, territorios donde no tuvieron filtraciones de voluntades pero tampoco registraron crecimientos abruptos. Eso no empañó el festejo que incluyó canciones, bailes, gritos y el clásico del peronismo, "vamos a volver". Lograron el objetivo de dificultar el quórum oficialista en el Senado y crecieron en Diputados. De yapa, Horacio Rodríguez Larreta aprovechó la ocasión para lanzar su candidatura presidencial frente a Mauricio Macri y Patricia Bullrich en medio de una definición clave: deberán decidir, este lunes a la tarde, si aceptarán el llamado al diálogo del Gobierno o harán oídos sordos.
Casi como un juego para encontrar diferencias, los búnker de septiembre y noviembre no se parecieron. Esta vez, incluyó la presencia y el protagonismo de la mesa de Juntos por el Cambio, las figuras recorrieron más allá de los límites VIP para brindar declaraciones, no registraron demasiadas sorpresas electorales y Larreta decidió cerrar el prime time político opositor desde el escenario, ante 2.000 simpatizantes. Algo que no había hecho en las PASO. "Está en campaña", fue una de las frases que sonaron desde el equipo de que tiene su base operativa en la calle Uspallata. Artífice de las candidaturas taquilleras, prefirió aguardar casi en silencio, ponerse varias campañas al hombro y celebrar un resultado consolidado, no gritar el gol antes de tiempo.
El jefe de Gobierno, cariñoso, le agradeció por el triunfo a todo el mundo, incluido Mauricio Macri. El ex presidente subió al escenario pero no habló, nunca estuvo pautado que lo hiciera. Tampoco formó parte de la conferencia de prensa de la dirigencia nacional pero recibió el reconocimiento de dos figuras alejadas de su manera de construir pero sin intenciones de romper. Larreta fue una de ellas y María Eugenia Vidal fue la otra. La futura diputada nacional destacó que el dirigente PRO estuvo presente pero le dio las gracias al jefe de Gobierno por "confiar siempre" en la lista que ella encabezó. Como si nadie más lo hubiera hecho.
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Vidal no hizo la mejor elección de la Ciudad pero tampoco fue mala. Retuvo los votos de su interna, esos que cosecharon Ricardo López Murphy y Adolfo Rubinstein, algo que destacaron desde su entorno en un contexto complejo, de muchas filtraciones. En caliente, analizaron que el crecimiento de Javier Milei tuvo su causa en la orfandad generada por aquellas fuerzas que no superaron las PASO y destacaron, por otro lado, la performance de Myriam Bregman. La dirigenta macrista, con estos números, retendrá siete de diez diputados en juego; el Frente de Todos renovará tres de tres; el liberal sumará dos y la izquierda uno.
Pero la mayor sorpresa estuvo en Buenos Aires. Una hora y media después de conocidos los resultados, Cambiemos todavía intentaba procesar el motivo de un resultado tan diferente al esperado. Según los cálculos, la oposición podría haber ganado por entre tres y nueve puntos pero la distancia se achicó a casi uno. "Ganamos, que no es poca cosa sobre todo después del 2019" y la derrota abultada que todavía pesa sobre los hombros de Vidal, dijo Jorge Macri desde la sala de conferencias emplazada en Costa Salguero. No todos lograron perdonarle la elección ejecutiva a la nueva porteña y quedaron algunas rispideces que, cada tanto, se hacen ver.
Macri primo reconoció que les hubiera gustado ganar por una diferencia mayor pero decidió quedarse con la victoria, sin importar la distancia, dado que se enfrentaron al aparato estatal y la mayor actividad de los intendentes oficialistas. Alfredo Cornejo, presidente de la UCR, agregó que el resultado de las PASO los sorprendió, que no creyeron que iban a poder salir triunfales en territorio bonaerense y que aún así pudieron hacerlo en dos oportunidades. En La Plata, sin posibilidades de una foto de unidad con los nacionales, Diego Santilli y Facundo Manes lo celebraron como un trabajo en equipo.
En lo que a diputados se refiere, la oposición logró incrementar su caudal bonaerense pero redujo el porteño sin posibilidades, al menos por ahora, de compensar la pérdida con una alianza sólida con el liberalismo. Cornejo lo dejó en claro: Juntos por el Cambio se unió en base a coincidencias que, en la actualidad, no son compartidas con Milei por lo que la discusión no se dará ahora, aunque no lo descartó en un futuro.
De este modo, Cambiemos logró repetir casi todos los resultados obtenidos en las PASO. En Diputados, volvió a ganar las provincias conquistadas en septiembre a excepción de Chaco y Tierra del Fuego, donde el kirchnerismo dio vuelta el resultado. Con esos números, el Frente de Todos pasaría a tener un bloque de 118 legisladores y JxC de 116, según los datos del domingo a la noche, plausibles de cambios. La pretensión de quedarse con la presidencia de la Cámara Baja deberá esperar: "Es una cuestión de números, no de sucesión", dijo Patricia Bullrich en conferencia de prensa y agregó que lo analizarán en la mesa nacional con los datos finales analizados. El escrutinio terminará de revelar si les alcanza o no.
La mesa nacional se reunirá este lunes a las 16 para charlar eso pero, sobre todo, la posibilidad de sentarse a dialogar con el Gobierno. Sobre este punto, el discurso continuó en la misma línea que el último mes: el oficialismo tiene que resolver sus internas, ponerse de acuerdo y convocar a un ámbito de debate en el Congreso. Ni sí, ni no.
Pero lo más celebrado, lo más comentado de la noche fue el resultado en el Senado. En soledad, Juntos por el Cambio puso en juego ocho de 25 senadores, número que renovaron para sumar otros seis y quedar con 31. Junto a aliados, pueden llegar a 34, empatar con el Gobierno y dejar a los bloques más chicos en una posición protagónica. Concretamente, obtuvieron dos diputados en Chubut, Corrientes, Córdoba, La Pampa, Mendoza y Santa Fe pero también sumaron uno en Catamarca y otro en Tucumán.
El objetivo estuvo cumplido pero no, según dijeron, para arrancar el camino de una "transición", como pidió Macri temprano a la mañana, sino para hacer que el Frente reoriente su política económica, social e internacional y que no queden trabadas algunas iniciativas en el Congreso. Parte de esa construcción electoral lo tuvo a Marcos Peña, consultor y asesor externo de la campaña, como uno de los protagonistas. Lejos de la visión del público, estuvo en el búnker resguardado en el VIP junto a otras figuras del pasado macrista, Nicolás Dujovne y Francisco Cabrera. Ninguno apareció públicamente pero no quisieron perderse el festejo.
Ahora, con la victoria en el bolsillo, sin haber crecido considerablemente y sin la posibilidad cercana de volver a alzarse con el poder que otorga un triunfo electoral cercana, la oposición arrancará otra carrera, la presidencial. Con varios anotados, habrá internas feroces dentro del PRO, dentro del radicalismo y entre ambos espacios. Algo que empezó a verse antes de estos comicios y que se acentuará a partir del lunes.