Milei exhibió su giro en política exterior, pero sin la convocatoria que soñaba

Quiere un alineamiento con EEUU, pero no vino ni Biden ni Trump, sino terceras líneas. Estuvo Orban de Hungría, pero no Meloni de Italia. La figura que se llevó todas las miradas fue el ucraniano Zelensky, a quien le prometió intentar visitarlo.

11 de diciembre, 2023 | 00.05

La asunción de Javier Milei atrajo la atención de gran parte del mundo, incluso más que en años anteriores. Ayudó la personalidad extravagante del flamante presidente argentino, pero principalmente el interés lo generó sus promesas extremas de ajuste -acompañadas como nunca por un apoyo popular- y de un giro de 180 grados en América Latina. El traspaso de poder reunió a muchos de los referentes de la extrema derecha del mundo occidental como no se veía hace tiempo, pero no dejó la postal soñada por el libertario con los máximos líderes de este movimiento como el ex mandatario estadounidense Donald Trump, la primer ministra italiana Georgia Meloni o el premier israelí Benjamin Netanyahu

Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.

SUSCRIBITE A EL DESTAPE

La victoria electoral de Milei en noviembre había provocado un saludo efusivo de Trump, del Gobierno de Netanyahu, alegre de sumar otro aliado que mudará la embajada de Tel Aviv a Jerusalén; del millonario sudafricano y aliado de varias causas de la ultraderecha global, Elon Musk, y, junto al triunfo en las urnas del neerlandés Geert Wilders, había reavivado a la aspiración de poder de la extrema derecha en Europa, que venía de sufrir un fuerte revés con Vox en España. 

Por eso, se especuló que la asunción del libertario argentino pudiera ser el escenario para una reunión de la extrema derecha mundial como no se había visto nunca. Aunque este sector se movilizó y cruzó el mundo, no consiguió la dimensión esperada. Hubo ocho jefes de Estado y Gobierno, de los cuales solo dos pueden entenderse solamente por el giro prometido por Milei en política exterior: el húngaro Viktor Orban y el ucraniano Volodimir Zelensky, dos dirigentes que, irónicamente, mantienen una relación muy tensa por el conflicto con Rusia.

El resto responden a vínculos históricos y regionales con el país: el rey de España Felipe VI y los presidentes de Chile, Gabriel Boric; de Paraguay, Santiago Peña; de Uruguay, Luis Lacalle Pou; de Ecuador, Daniel Noboa; y de Armenia, Vahagn Khachaturyan. Ninguno pertenece al G20 -aunque España (que no mandó ni a un ministro) y Hungría pertenecen a la Unión Europea que sí es miembro como bloque- ni mucho menos al G7, los dos centros de poder del mundo occidental que reivindica Milei. 

El gran dirigente regional ausente fue sin dudas el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien, aunque mandó a su canciller, Mauro Vieira, marcó un hito en el vínculo bilateral al no viajar. Por el contrario, Milei recibió a la primera plana del bolsonarismo, con el ex presidente Jair Bolsonaro y su hijo, diputado y principal armador internacional, Eduardo, a la cabeza, además de varios de los gobernadores más influyentes del país vecino

Alineamiento con EEUU e Israel

Desde el primer momento de la campaña electoral, Milei dejó en claro -y nunca dio marcha atrás- con la posición con la que quería integrarse al mundo: de la mano de Estados Unidos e Israel. O, como él los calificó, "del mundo occidental libre", una formulación sacada del manual de la Guerra Fría. Tras su victoria en las urnas, relativizó su rechazo a China y Brasil, pero no moderó el alineamiento incondicional que propone con Washington y Tel Aviv. 

El domingo, en su primer discurso presidencial, parafraseó tanto a Trump y su "Hacer grande a Estados Unidos de nuevo", como al "no hay alternativa" de la ex premier británica Margaret Thatcher. Además, su flamante canciller, Diana Mondino, adelantó que este lunes firmará la intención del nuevo Gobierno, el mismo que rechazó entrar a los Brics, de reabrir las negociaciones para ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Su alineamiento con "el mundo occidental" y "libre" de Estados Unidos e Israel, sin embargo, no tuvo el protagonismo que el flamante presidente hubiera querido en su asunción. Por un lado, Milei está sufriendo las secuelas de su alianza expresa con Trump, especialmente a solo semanas del inicio del calendario electoral en Estados Unidos. En pos de este difícil equilibrio, el libertario recién empezó hace unos días a generar un vínculo con el Gobierno demócrata de Joe Biden, quien el domingo envió una delegación diplomática encabezada por el asesor presidencial para la región Juan González y la titular del Departamento de Energía, Jennifer Granholm. Pese a las innegables diferencias con la administración demócrata, Washington no suele enviar funcionarios de primera línea a asunciones presidenciales en la región, excepto algunas pocas excepciones.

En el caso israelí, la ausencia de Netanyahu tuvo menos que ver con razones políticas y más con el complejo contexto local en su país, con renovada ofensiva militar contra la Franja de Gaza, que hace semanas enfrenta al primer ministro con la mayoría de la comunidad internacional que desde la ONU reclaman un alto el fuego sostenido para frenar las muertes de palestinos, que ya superan los 17.000, entre ellos más de 7.000 niños y menores. 

A diferencia de Biden, Netanyahu envió a su canciller, Eli Cohen, en una clara señal de apoyo político a Milei. Tuvieron una reunión cara a cara el sábado antes de la asunción y, luego de su jura como presidente, afirmó, según la embajada israelí: “Argentina es un actor estratégico en Sudamérica y bajo la presidencia de Javier Milei se fortalecerá la alianza entre nuestros países”.

Javier Milei con el canciller israelí, Eli Cohen.

“Le agradecí su firme apoyo a Israel en su lucha contra el terrorismo y su intención de declarar a Hamas como organización terrorista, así como por su llamado a la liberación incondicional de los secuestrados. Por último, invité al presidente a visitar Israel e inaugurar la embajada argentina en Jerusalén, como él ha mencionado en sus expresiones públicas en los últimos meses”, agregó el canciller de Netanyahu. Fuentes del flamante Gobierno adelantaron a El Destape que Milei analiza la posibilidad de que Israel sea su primer viaje oficial como mandatario

El protagonismo de Zelensky

Este no sería el único país formalmente "en guerra" que el flamante presidente está analizando visitar en el futuro cercano. Fuentes de Gobierno también le dijeron a este portal que, tras reunirse con su par de Ucrania en la tarde del domingo, está evaluando visitarlo en Kiev, la capital que hasta hace solo unos meses seguía sufriendo de bombardeos sistemáticos de Rusia

Sin dudas, el invitado extranjero que se llevó todas las miradas fue el presidente de Ucrania, un líder que como Milei se inició primero en la televisión y luego en la arena política. Zelensky tuvo un rápido salto a la escena internacional cuando Rusia invadió su país en febrero de 2022 e inició una guerra atrás de la cual se encolumnaron Estados Unidos y sus aliados de la OTAN. Ucrania recibió una lluvia de ayudas militares y financieras para hacerle frente a Moscú y la figura del presidente se convirtió en una suerte de héroe global para los Gobiernos de Estados Unidos, de la mayoría de los países europeos y de las fuerzas de derecha y extrema derecha que abogan por un alineamiento único con Washington y una consecuente confrontación con Rusia y China

En esta creciente polarización global, América Latina, pese a lo heterogéneo de sus gobernantes, había asumido una tercera posición, como sucedió en África y gran parte de Asia. La mayoría de la región latinoamericana condenó la invasión rusa, pidió que las tropas comandadas por Vladimir Putin se retiren de todos los territorios ucranianos ocupados -incluida la Península de Crimea- y llamó a sentarse a negociar la paz. Pero, en paralelo, no se sumó a la lluvia de sanciones financieras, comerciales y políticas que impuso Washington y sus aliados para asfixiar a Moscú, y tampoco vendieron armas a Kiev.

Zelensky intentó varias veces construir un puente con los líderes latinoamericanos para conseguir apoyos militares y diplomáticos concretos, pero hasta ahora no había conseguido una alfombra roja como la que le tendió el flamante presidente argentino. 

Los ausentes que dijeron presente

Una de las figuras que Milei y su movimiento suelen mirar es la premier italiana de extrema derecha, Meloni. Aunque envío a su ministra de Universidades, Anna María Bernini, la primera ministra envió un mensaje el domingo: "Pretendemos consolidar nuestras relaciones bilaterales y colaborar en los principales temas de la agenda internacional", tuiteó la dirigenta.

Hubo varias ausencias latinoamericanas, como la del brasileño Lula. Nadie esperaba una visita del mexicano Andrés Manuel López Obrador o del venezolano Nicolás Maduro, ambos dirigentes que criticaron públicamente y en duros términos al flamante presidente argentino. Sin embargo, sí quisieron decir presentes, aunque sea a la distancia, dos de los principales líderes de la oposición venezolana que el año próximo intentarán volver a disputar la Presidencia a Maduro en las urnas, en un proceso que ya se presenta como complicado. 

El proceso electoral venezolano sin duda atravesará el debate latinoamericano el próximo año y, hasta ahora, el anterior Gobierno de Alberto Fernández había participado de una mesa de mediación junto a la Colombia de Gustavo Petro y la Francia de Emmanuel Macron para mantener un diálogo abierto entre el oficialismo chavista y la oposición venezolana para poder tener unos comicios transparentes y que incluyan a todas las fuerzas que quieran competir.

La flamante canciller Diana Mondino aún no anunció cuál será la política de su Gobierno sobre este tema. Pero el domingo recibió el saludo especial de dos de los principales líderes del antichavismo: Juan Guaidó, el ex diputado que se reivindicó como presidente interino y durante un tiempo fue reconocido por Estados Unidos, la Unión Europea y gran parte de la región -pese a nunca haber ejercido el poder real en Venezuela-, y María Corina Machado, la dirigenta que, pese a estar inhabilitada para ocupar cargos públicos, ganó las recientes primarias opositoras, que ahora la Justicia electoral, dominada por funcionarios de abierto corte chavista- cuestiona.