Todo es extraño en este Gobierno. Pöco antes de que Javier Milei inicie otro de sus viajes a Estados Unidos por motivos particulares, la Oficina del Presidente anunció la renuncia del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el funcionario a cargo de la administración del Estado, y su reemplazo por el hasta ayer ministro del Interior, Guillermo Francos. La salida de Posse había quedado sellada luego de que Milei no lo confirmara en su cargo en su última entrevista periodística. El ahora ex jefe de Gabinete faltó a la excéntrica presentación presidencial en el Luna Park y luego Milei no lo saludó en el acto del 25 de mayo en Córdoba. Su reemplazo por Francos da cierta idea de continuidad, porque los tres -Milei, Posse y Francos- trabajaron varios años juntos a las órdenes del empresario Eduardo Eurnekián. El cambio también modificará la conducción de la AFI, la central de inteligencia donde Posse había ubicado a su gente de confianza con Silvestre Sívori a la cabeza.
Posse era la mano derecha de Milei hasta hace unas semanas y se ubicaba en el grupo de funcionarios que el Presidente consideraba "firme como rulo de estatua". Pero hubo una puja política que Posse perdió con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y el asesor Santiago Caputo, las dos personas que más influyen sobre el Presidente, y su estrella se convirtió en fugaz. Hace un tiempo, Milei le respondía a quienes le pedían algo "hablalo con Nicolás"; ahora había quedado reducido a una sombra. En Gobierno le achacaban la parálisis de la gestión, incluyendo la falta de nombramientos de cientos de funcionarios en lugares clave. Junto a este cambio se designará al asesor sin cargo Federico Sturzenegger al frente de un nuevo ministerio de Modernización, donde podrá continuar con su prédica desregulatoria.
Milei y Posse son -o eran- amigos desde hace años. Ambos en algún momento cayeron en desgracia como ejecutivos de la Corporación América y se hicieron compañía en el destierro, hasta que Francos los rescató para llevarlos a Aeropuertos 2000. Posse, además, acompañó desde el principio la aventura política de su amigo y fue lógico entonces que lo designara jefe de Gabinete. Incluso con algunas prerrogativas, como la no atender a la prensa. Pero, como ya sucedió varias veces en poco tiempo, no es nada anormal que quien es la persona de mayor confianza de Milei, de repente caiga en desgracia: Daniel Giacomini, Carlos Maslatón y Carlos Kikuchi son personajes que corrieron esta suerte. Según la comunicación de jefatura de Gabinete, Posse continuará ligado a la gestión libertaria desde algún otro puesto que se dará a conocer en los próximos días. El comunicado de la Oficina del Presidente no aclaraba nada al respecto.
El ascenso de Francos es un premio a la persistencia. Al inicio de la gestión, el ministro del Interior trazó contactos con gobernadores, sindicalistas, legisladores y dirigentes de distintas extracciones que luego fueron dinamitados gracias a intempestivas salidas presidenciales, muchas veces insultantes. Sin embargo, Milei siempre lo destacó en público por ese trabajo ingrato que le tocaba y por el que Francos nunca se quejó. El tiempo le terminó dando la razón: ya quedó claro que el Gobierno no va a poder sacar ninguna ley si no negocia con la oposición dialoguista, lo mismo que no podrá conseguir ablandar a la CGT si no genera circuitos de diálogo.
Por sobre todas las cosas, el recambio es una señal hacia la política. Francos es, con mucha diferencia, el funcionario de más experiencia de la gestión, de diálogo con todos los sectores. Además, asumirá una súper jefatura de Gabinete porque, de acuerdo al comunicado de Presidencia, absorberá las funciones de su anterior cartera, con la secretaría de Interior a cargo de Lisandro Catalán.
Con Milei ya en viaje, el flamante jefe de Gabinete estrenará el cargo en una reunión clave junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel. Pasado el mediodía, recibirán a los representantes de los bloques de la oposición dialoguista en el Senado, con quienes esperan cerrar las negociaciones por el proyecto definitivo de ley Bases. La iniciativa tuvo muchas modificaciones, pero los senadores opositores reclaman varios más. Ahora empoderado, Francos tendrá mayores posibilidades de alcanzar acuerdos con gobernadores y legisladores de la oposición, que tenían muchas dudas acerca de quién era el interlocutor adecuado del Ejecutivo con quien debían conversar.
El Presidente definió la sanción de la ley Bases como "un hito", que pondría a todo su gabinete bajo revisión. Sin embargo, anoche, pasado el sacundón del cambio de Posse por Francos y el consecuenta en la conducción de la AFI, en la Casa Rosada relativizaban esa idea. Es un hecho que el asesor informal Federico Sturzenegger asumirá en un nuevo ministerio que se denominará de Modernización o de Reforma, con el objetivo de seguir el camino de desregulación total emprendido con el DNU 70/2023 y la ley Bases de su autoría. En verdad, escritos en conjunto con estudios jurídicos que trabajan para grandes grupos económicos. Pero, más allá de este ingreso rutilante, anoche veían muy probable que todo siguiera sin otras modificaciones. Igual, si algo no ofrece la gestión libertaria, son certezas.