El aumento de las dietas de los senadores fue consensuada por todos los bloques y después votada a mano alzada, con las características de ese tipo de votación que requiere un rechazo explícito en caso de voto en contra. Nadie alzó la voz, ni siquiera quienes luego recorrieron medios asegurando que lo ocurrido había sido un escándalo. Sin embargo, el episodio sirvió para agregar nueva tensión al trabajo del Congreso que ingresa en un momento clave, con el inicio de la discusión del capítulo fiscal de la ley Bases en Diputados, que en caso de pasar el examen de la Cámara baja deberá tener el todavía más complicado paso por el Senado. El presidente Javier Milei supeditó su aprobación a la firma del Pacto de Mayo y ayer se dedicó a criticar a la "casta" del Congreso.
El Presidente se mandó toda una película con la votación en el Senado. Dijo que los siete senadores de La Libertad Avanza eran los únicos que habían votado en contra cuando lo que hicieron fue no levantar la mano al momento de la votación, lo que no tiene efecto en sentido práctico. Encima no estaban los siete senadores libertarios sino apenas cuatro sentados en sus bancas. Después se acordó que no tenía que pelearse con sus aliados y también dijo que algunos de Juntos por el Cambio habían votado en contra. "Nobleza obliga". Los trolls libertarios que reaccionan según sus indicaciones se la agarraron principalmente con la vicepresidenta Victoria Villarruel, que encabezaba la sesión, y con el senador y titular de la UCR, Martín Lousteau, a quien tienen de punto.
Ante el ataque, Villarruel salió a hacer su descargo sosteniendo que ella apenas se encarga de conducir la sesión, pero que no es senadora ni puede interferir en las decisiones de los bloques. "Podría haberme levantado para no que no salga mi foto y parte del periodismo y de los trolls me acusen de lo que no tengo injerencia alguna pero siempre doy la cara", contraatacó. El Presidente resolvió aceptar el argumento de su vice y lo difundió entre sus comunicadores amigos a los que les manda whatsapp mientras están al aire.
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En realidad, se trata de una historia que viene de arrastre porque a fines de febrero Villarruel y Martín Menem aumentaron las dietas un 30% acompañando las paritarias de los empleados legislativos. En uno de sus arranques, Milei ordenó dar marcha atrás y aunque quedó claro que la vicepresidenta no estaba de acuerdo, obedeció. Al Presidente se le volvió en contra porque poco después trascendió el aumento aún más generoso que se había auto concedido, que también tuvo que volver para atrás.
Quien salió a dar la cara fue la presidenta de uno de los interbloques de Unión por la Patria, Juliana Di Tullio, que criticó la hipocresía de los senadores que habían aceptado el aumento en todas las instancias en la que se discutió y "ahora fingen demencia". Subrayó que ningún bloque se expresó en contra en ningún momento y que la votación no había sido secreta, sino siguiendo el reglamento de la Cámara. Uno de los que había salido a despegarse fue el cordobés Luis Juez, quien aseguró que los siete integrantes de su bancada habían votado en contra, algo de lo que no quedó registro en ninguna parte. "Nos parece una locura, un despropósito", sostuvo Juez en diálogo con El Destape Radio.
Este cruce de acusaciones vino a poner el broche a una sesión en la que Milei había obtenido su primer triunfo legislativo: la aprobación de los seis embajadores políticos que propuso para sedes claves como las de Estados Unidos, París, India, Paraguay, OEA e Israel, la más polémica de todas. No sólo porque Milei destinó allí a su rabino Alex Wahnish, sin ninguna experiencia diplomática o política, sino por la expresada voluntad de trasladar la embajada de la capital Tel Aviv a Jerusalén, un territorio internacional según las Naciones Unidas ocupado por Israel. Lousteau volvió a mencionar la peligrosidad para la política exterior argentina llevar adelante esa medida porque el Reino Unido podría utilizarla para afirmar los derechos en las Malvinas, dado que también se trata de un territorio en disputa ocupado. Sin embargo, y esto levantó sospechas en la sesión donde se acordó el aumento de dietas, los pliegos de los seis senadores se votaron por unanimidad, incluyendo al bloque de Unión por la Patria.
Algo que había fastidiado a los senadores de todos los bloques fue que mientras ellos tenían la dieta congelada desde hacía meses, el Gobierno ascendió al vocero Manuel Adorni y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, dispuso un aumento significativa de 22 millones de pesos mensuales de las unidades retributivas que maneja su oficina. La diputada Victoria Tolosa Paz dedujo que probablemente esa suma fuera para pagar sobresueldos de funcionarios, una costumbre popularizada durante el menemismo. La novedad actuó como disparador para la decisión de los senadores, aunque luego nadie -salvo Di Tullio- se animó a justificar en público el aumento que llevó sus salarios de bolsillo por arriba de los cuatro millones de pesos.
Lo que resta conocer es qué sucederá con el aumento luego de tanta polvareda y cómo actuará en la relación de la Cámara alta con el Ejecutivo, que con Milei a la cabeza retomó el argumento de la "casta". Justo ayer, pero en Diputados, comenzó a tratarse en comisión el capítulo fiscal que acompañará a la ley Bases, con cuestionamientos a varios de sus puntos, como la reimplantación del impouesto a las Ganancias a los trabajadores en un contexto de ajuste y recesión. Si ya le resultará difícil conseguir los votos necesarios en Diputados, donde la relación de fuerza es más favorable, escalar la cuesta del Senado luego de este nuevo cortocircuito será toda una prueba.