En el Gobierno habían quedado enojados por el ataque al presidente Alberto Fernández por Chubut, especialmente por el descuido que mostró la gobernación que encabeza Mariano Arcioni en el esquema de seguridad. Pero que el lunes saliera el ministro de Seguridad provincial, Federico Massoni, a responsabilizar por los incidentes al intendente de Lago Puelo, Augusto Sánchez, y al diputado kirchnerista Santiago Igón fue la gota que colmó el vaso. "No estaba prevista la presencia del gobernador Arcioni. Sabíamos que eso iba generar malestar y enojo, debido la gran cantidad de problemas sin solución que acumula la provincia", le tiró, sin anestesia, el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, a través de las redes. Y le recriminó que "en lugar de reconocer su responsabilidad en los hechos de violencia contra la comitiva presidencial, elige atacar al intendente de Lago Puelo, que está trabajando junto al Presidente para asistir a la comunidad". Por los hechos, fueron detenidos cinco docentes de la zona que luego debieron ser liberados. Está probado que los agresores se movilizaban en un vehículo registrado en la flota de la policía provincial.
La sucesión de hechos fastidió al Presidente y su comitiva, quienes viajaron el sábado temprano para anunciar ayuda financiera y en obras para las comunidades afectadas por los incendios. El ministro de Ambiente, Juan Cabandié, estaba en la provincia desde mediados de semana y había percibido un clima espeso contra el gobernador, que arrastra desde hace mucho tiempo conflictos con gremios docentes y estatales, a los que ahora se agregaron los asambleístas contra la minería. La deficiente respuesta provincial a los incendios no ayudó a mejorar la situación. Por eso, tanto desde Presidencia como el propio Sergio Massa -jefe político de Arcioni- lo llamaron para pedirle que no participara de las actividades presidenciales. Sin embargo, el gobernador apareció como si nada en la cancha de fútbol donde aterrizó el helicóptero que trasladaba a Fernández y luego, sin que nadie se lo sugiriera, también se sumó a la reunión con los intendentes de las cinco localidades afectadas para analizar el crítico panorama, en un centro de operaciones montado en Lago Puelo.
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Los asambleístas contra la minería se congregaron afuera para expresarle su rechazo al gobernador y aparecieron, como para amedrentarlos, un grupo de militantes de la UOCRA, aparentemente convocados por gente de Arcioni. La cuestión se desmadró cuando terminó la reunión y salió la comitiva presidencial. Hubo gritos de protesta -hasta ahí dentro de lo normal- pero luego volaron piedras que destruyeron los vidrios de la combi y no hirió a nadie de casualidad. En un lugar chico -Lago Puelo tiene 15 mil habitantes- se conocen todos y nadie supo identificar a los agresores, que se movilizaban en un vehículo Renault Duster. Luego se supo, figura registrado como perteneciente a la policía provincial, lo que abona la hipótesis de infiltrados dispuestos a provocar disturbios. Para más, casi no había efectivos de seguridad presentes pese a la importancia del evento. Insólitamente, el ministro de Seguridad dijo que no sabía que se iban a reunir en ese sitio.
En cambio, lo que sí hizo el ministro Massoni l lunes fue acusar al intendente Sánchez y al diputado Igón de haber provocado los incidentes. "A nuestro jefe de Estado lo han atacado personas que lo han utilizado como carnada para sus objetivos personales y electorales", se lanzó Massoni, con la venia de Arcioni. Igón es un diputado kirchnerista que venía acompañando a Cabandié en sus actividades. "Hay una cacería de brujas por parte del gobierno de Arcioni, ellos pusieron en riesgo la vida del Presidente", afirmó Igón en diálogo con El Destape Radio. Del intendente Sánchez, un ex guardaparque que por estos días busca la manera de llevar soluciones para Lago Puelo y alrededores, en el Gobierno tienen el mejor de los conceptos. La sinrazón de las acusaciones llevaron a Wado de Pedro a salir a un desacostumbrado cruce público contra Arcioni, que indudablemente midió muy mal las consecuencias de su jugada.
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"En medio del desastre buscó posicionarse señalando algún culpable, pero le salió el tiro por la culata. Ahora su relación con el Gobierno va a ser irremontable, no sé cómo va a hacer para seguir en medio de la situación caótica en la que se encuentra en la provincia", especulaba un funcionario nacional. No había oficina de la Casa Rosada donde no tuvieran algún comentario referido al gobernador, ninguno positivo. Como definió Igón: "El problema de los chubutenses claramente no era con Alberto Fernández, que venía a traer soluciones, sino con el gobernador que lo único que ha hecho a lo largo de todos estos años es seguir complicando la vida de cada uno de los habitantes de la provincia”.