"Esto va para largo. Se irán dando una serie de pequeñas batallas como la del otro día hasta que llegue el momento de las definiciones", comentaba un funcionario cercano al presidente Alberto Fernández respecto a la sucedido en el primer encuentro de la mesa política del Frente de Todos en la que cada sector tuvo algo para mostrar. Para empezar, la recuperada centralidad de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que recibirá una comisión para escuchar el pedido de que revea su decisión y sea candidata. Pero también mantener las PASO como forma de resolver las diferencias, una máxima albertista, que quedó ratificada en el documento final. El discurso presidencial de apertura de sesiones ordinarias del 1 de marzo, las movilizaciones kirchneristas previstas para el 9 y el 24 de ese mes aparecían como los próximos escenarios de esa pulseada interna.
"Alberto no se va a bajar, sería tonto hacerlo ahora", añadía el funcionario. La pulseada, interpretaba, tenía que ver más con el liderazgo del oficialismo y el poder de negociación al momento de diseñar las listas que con las candidaturas reales, que van por otra cuerda. El Presidente inició con el año un discurso de puesta en valor de su gestión, que cree tiene una peor imagen de lo que se merece dadas las circunstancias que le costó atravesar.
"Si la gestión gana en reconocimiento le va a servir a cualquiera que sea el candidato del oficialismo", sostenían en la Casa Rosada. Por eso, el pedido para que terminen las críticas internas, algo de lo que llegó hablar el propio ministro Sergio Massa con Cristina y que se reiteró en la mesa del jueves. En ese sentido, tuvo mucha repercusión el video paródico de la serie Peaky Blinders que subió a las redes el equipo de difusión del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis.
En esa línea, existe internamente la convicción de que sería muy difícil llevar adelante una primaria contra Alberto porque su adversario -ya sea un gobernador o un ministro- estaría casi obligado a criticar su gestión. "No niego que sería una situación rara, pero esta es una coalición que ha tenido rarezas", admitió el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, en diálogo con El Destape Radio.
En las últimas reuniones de las que participó, siempre hubo alguien que le reclamó al Presidente que apurara la definición de si irá o no por la reelección para así facilitar la organización del oficialismo. Lacónico, Alberto respondió apenas que "tomaba nota" de la inquietud pero que lo decidirá cuando llegue el momento. "Puede ser candidato, pero si hay otro u otra que esté en mejores condiciones, va a aceptar esa situación, no es obstaculo para que el Frente de Todos tenga un diseño más potente a nivel electoral", completó Rossi.
Ni los más íntimos de Alberto se animan a decir si realmente piensa en la reelección o no, pero en lo que todos coinciden es que si anuncia ahora que desiste de ir por otro mandato quedará de inmediato relegado a un papel decorativo en el esquema de poder. Así le sucedió al kirchnerismo duro, que sintió la pérdida de gravitación luego de que Cristina dijera que no sería candidata este año. La campaña contra la proscripción no generó el entusiasmo pensado y de ahí la propuesta para convencer a la vice de volver a colocarse en la grilla. La comisión para persuadirla por ahora no tiene ni integrantes ni fecha, pero ya sirvió para reconfigurar el panorama interno.
Cristina es largamente quien tiene mayor intención de voto en el oficialismo. El intendente de Ensenada, Mario Secco, kirchnerista convencido, habló en El Destape Radio de un 35% de intención de voto a la vice en la Primera y Tercera Sección Electoral sin que todavía haya anunciado que se postulará. Pero eso es en el Conurbano. Los encuestadores marcan que es diferente la situación en el resto del país y que se necesita un 45,1% para ganar en primera vuelta.
Habrá que esperar qué responde Cristina a la comisión, si es que irá por la presidencia, por algún otro cargo como la senaduría en la Provincia o si se mantendrá en su postura de no presentarse. De hecho, las condiciones de persecución judicial por las que dijo desistir no se modificaron, ni seguramente lo harán en estos meses.
"Cristina va a hacer lo que haga falta para ganar", comentaba un dirigente que participó de la mesa del jueves. "Si cree que gana yendo ella, se presentará. Y si le parece que no gana, buscará quien pueda hacerlo, como hizo en 2019", agregaba. En principio, desde el kirchnerismo ya pusieron en agenda las movilizaciones del próximo 9 de marzo -día que se conocerán los fundamentos de la sentencia de la causa Vialidad- y del 24 -aniversario del golpe- como hitos en defensa de la democracia contra las mafias. "Lo del jueves le permitió al kirchnerismo recuperar el manejo de la agenda y mantener vivo el mensaje que buscan instalar", admitían en Gobierno.
Desde los dos sectores coinciden que el candidato que mejor cierra la ecuación sería Massa, hoy un nexo entre Alberto y Cristina. Además sumaría el apoyo de la CGT y también es bien visto por buena parte de los gobernadores, que ya están más metidos en las campañas en sus distritos que en la desgastante discusión nacional.
Venía todo encaminado en esa dirección hasta el último índice de inflación que desinfló la promesa massista de bajar el porcentaje de forma progresiva hasta llegar al 3% al momento de las definiciones. Los números de febrero y marzo se anticipan altos y recién en abril podría pensarse en una baja. Ese índice se conocerá a mitad de mayo, plazo que se considera límite para presentar en sociedad a un precandidato.
Massa apuesta a la hiperactividad, sin descanso ni feriados ni fines de semana. "No hace falta que muestre una gran baja de inflación", sostenía un colega de gabinete. "Sí mantener la economía ordenada y aunque sea alguna tendencia a que la inflación va a ir bajando. Dar la señal y de que empezó algo que puede continuar en el próximo mandato si es presidente", agregaba. Recrear las esperanzas de la gente, frustradas durante esta gestión. El plazo es hasta mediados de mayo. "Si no logra generar esas expectativas, bueno, ahí te digo que estamos complicados", concluía el ministro.