El anuncio de un nuevo gabinete que se esperaba para esta tarde para poner fin a la crisis desatada por la salida sorpresiva del ministro de Economía, Martín Guzmán, ayer sábado, se demoraba este domingo porque el presidente Alberto Fernández se niega a hablar directamente con la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, un paso requerido por sectores que estuvieron negociando a lo largo de la jornada para sumarse al Ejecutivo, según informaron fuentes cercanas al Gobierno a El Destape.
Con el pasar de las horas, las negociaciones fueron sumando actores y expectativa en la Quinta de Olivos. Un desfile de funcionarios de primera línea del Gobierno y de miembros del entorno íntimo del presidente fueron ingresaron en el predio, ante la mirada atenta de los medios de comunicación que no lograban sortear el hermetismo que dominó las reuniones de hoy.
Con el recalentamiento de las negociaciones, interlocutores cercanos del presidente, la vicepresidenta y de otros protagonistas de las conversaciones en Olivos conversaron y se intercambiaron mensajes. Sin embargo, al caer la noche, quedaba claro que la única forma de destrabar esta situación era un diálogo directo entre los dos miembros del Poder Ejecutivo que no se daba.
Esta situación no hizo más que alimentar la lluvia de rumores y versiones que circulaba entre los teléfonos del círculo rojo político y mediático. Una de las versiones que tensaron aún más el clima fue el que gobernadores, intendentes y dirigentes sindicales le dieron un ultimátum al mandatario para que llame a su vice, una demanda que Alberto Fernández resistió.
Un posible nuevo gabinete
A lo largo del domingo, Olivos se convirtió en el epicentro de las negociaciones para reconfigurar el gabinete nacional y terminar con el cimbronazo que provocó la salida de Guzmán. Según confiaron a El Destape fuentes cercanas a la reunión que el mandatario compartió este domingo con el tercer socio de la coalición oficialista y actual presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, en Olivos, los cambios podrías incluir una fuerte reducción de las carteras y el ingreso de Massa como nuevo jefe de Gabinete. Esta versión sostiene que si el actual diputado acepta, Juan Manzur se quedaría dentro del Gobierno pero como ministro del Interior, desplazando a Wado de Pedro -uno de los principales interlocutores de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en el Ejecutivo- a Justicia.
Siempre según esta versión, aún no estaría definido quién iría a Economía. Se barajan varios nombres, entre ellos el de Marco Lavagna, actual titular del Indec y hombre del massismo, y el economista Emmanuel Álvarez Agis, una persona que sonó varias veces en el último año como un posible reemplazo de Martín Guzmán.
La salida de Guzmán
El ahora ex ministro presentó ayer su renuncia al cargo a través de una carta en la que hizo un repaso de su gestión al frente del Palacio de Hacienda, le agradeció al Presidente la confianza que tuvo en él y en su equipo y dijo que la persona que designe en su lugar debe tener las "riendas" de la cartera como condición esencial para poder cumplir con su misión.
El ahora ex ministro era uno de los funcionarios más cuestionados dentro del oficialismo nacional -no solo por parte del kirchnerismo, sino también por dirigentes del Frente Renovador-. Entre las principales críticas se destacaban la continua alza inflacionaria que marcó su gestión y el acuerdo para renegociar la deuda tomada por el macrismo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).