Argentina avanzará en su respuesta oficial a Chile por el conflicto bilateral generado a partir de la decisión del gobierno de Sebastián Piñera de fijar límites avanzando sobre la plataforma marítima argentina. El canciller Felipe Solá y el secretario de Malvinas y Atlántico Sur, Daniel Filmus, expondrán ante la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, en tanto que el área legal y técnica de la Cancillería trabaja en los detalles de la respuesta formal, punto por punto, que se dará en las próximas horas a la movida chilena y que puede terminar en una instancia de arbitraje internacional.
A días de las elecciones primarias, el Congreso se reactivó a partir del incidente limítrofe con varias presentaciones de senadores de diferentes bancadas, con expresiones de rechazo al sorpresivo decreto de Piñera. Una de esas declaraciones fue presentada por el propio presidente de la comisión de Relaciones Exteriores, Adolfo Rodríguez Saá, quien asumió recientemente en el puesto en reemplazo del ahora ministro Jorge Taiana. Si bien Rodríguez Saá hizo un llamado al diálogo entre los países, marcó claramente que el avance chileno era "ilegal" e "inaceptable".
Una iniciativa similar presentó la senadora del oficialismo María Eugenia Duré, pero también hubo del bloque de Juntos por el Cambio como fueron los casos del fueguino Pablo Blanco y del mendocino Julio Cobos, lo que dejó al descubierto las diferencias existentes en el macrismo respecto a puntos claves de la política exterior. La secretaría de Relaciones Internacionales del PRO, que encabeza Fulvio Pompeo, íntimo de Mauricio Macri, firmó una declaración junto a la presidenta partidaria Patricia Bullrich instando a los dos países a dialogar para resolver el diferendo, desde una posición neutra y sin tomar partido.
"Reniegan de nuestros derechos dejando de lado los intereses de la Patria", les salió al cruce Felipe Solá. Luego hubo una media desmentida desde Juntos por el Cambio diciendo que el comunicado era en verdad "un borrador" que alguien subió "por error" a las redes sociales. En realidad, no se trató de la primera declaración de Bullrich mostrando desinterés por los derechos soberanos argentinos. Lo mismo que ya sucedió otros representantes del espacio como Sabrina Ajmechet, que se postula en la boleta porteña que encabeza María Eugenia Vidal.
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Solá y Filmus, al Senado
La convocatoria a la reunión de la comisión será virtual, pasado el mediodía. Solá y Filmus darán una explicación histórica al trazado limítrofe que tuvo un hito en el Tratado de Paz y Amistad firmado por Argentina y Chile en 1984 y la plataforma extendida fijada por nuestro país a través de una ley aprobada por el Congreso el año pasado, siguiendo recomendaciones de las Naciones Unidas. Antes de llegar a esa aprobación, hubo dos presentaciones de Argentina en la ONU que Chile nunca objetó como sí hizo, por ejemplo, respecto al trazado en la Antártida, así como el Reino Unido lo hizo respecto a Malvinas.
Por eso, en el gobierno argentino tienen claro que esta sorpresiva decisión de Piñera se basa en un manotazo de la derecha trasandina, que busca sumar unos puntos de popularidad de cara a las elecciones presidenciales de noviembre para las que está muy mal posicionada. Tradicionalmente, los sectores conservadores y del poder militar chilenos reclaman una mayor dureza a sus autoridades en cuestiones bilaterales y el freno al supuesto "expansionismo" argentino les sirve para ganar algunos apoyos fáciles. La imagen positiva de Piñera es inferior al diez por ciento.
Pero Solá y Filmus no entrarán en las consideraciones políticas y se centrarán en los argumentos jurídicos. Tanto el área legal de la Cancillería como la Copla (Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental) -que en su momento declaró haber insumido 950 mil horas de trabajo para fijar la nueva plataforma- trabajaban en la respuesta oficial a los decretos de Piñera. Serán argumentos técnicos, difíciles de traducir para el público general, pero que servirán de base en el caso de que la controversia se extienda y deba recurrirse a un arbitraje.
Pese a que el canciller chileno Andrés Allamand había adelantado una posible comunicación con Solá -el vínculo entre los dos países venía siendo muy fluido- pero hasta el martes no se había producido. En la Cancillería admitían que no estaba definido cómo se resuelve un diferendo de este tipo, dado que no existe una instancia superior. Por ejemplo, descartaban la versión de una posible causa ante la Corte Internacional de La Haya. "Se podría acudir a un arbitraje, pero esperemos no tener que llegar a esa instancia", concluían.