"Se dio el debate de manera que quedó claro que hay tres modelos de país en discusión", resumió Sergio Massa el balance de su actuación en el primer debate presidencial. Quienes compartieron la estadía en Santiago del Estero con el ministro y candidato de Unión por la Patria aseguraron que salió muy contento porque llegaba con el peso de que el primer tema en discusión sería el económico -con todas las dificultades de la actualidad-, a lo que se sumaba el impacto del affaire Martín Insaurralde que explotó durante el fin de semana. Pero que había sorteado la situación con solvencia y que en los restantes temas pudo incluso sacar diferencia con los demás candidatos, algo que esperaban mantener en el próximo debate con una agenda más propicia. En el comando de UP mostraban un sondeo de la consultora Circuitos que lo daba ganador en este primer cruce.
El debate arrancaba con la discusión económica y Massa iba preparado para recibir artillería de todos lados. Sin embargo, no sufrió tanto y hasta pudo salir con la idea de que la dolarización que propone Javier Milei sólo se puso en práctica en Zimbabue, El Salvador y Ecuador y el bimonetarismo de Patricia Bullrich en Cuba y Venezuela. El video tuvo alta circulación en las redes. A ellos les contrapuso un modelo de desarrollo productivo, el de "los cien países que están caminando hacia la modernidad económica". "La verdad es que esperábamos más del otro lado, pero no tenían mucho. Sergio se dio cuenta de eso y fue creciendo de menor a mayor a medida que avanzó el debate", describía un colaborador del ministro.
En eso creían que había jugado a favor la estrategia conservadora de Milei -más moderado que de costumbre- y la fragilidad cada vez más notoria de Bullrich para hablar de todo lo relativo a la economía. Massa además mostró además propuestas novedosas como una moneda digital argentina que funcionaría también para vehículo de un nuevo blanqueo para facilitar el reingreso de capitales. En cambio, optó por finalmente no hacer ningún anticipo acerca de quiénes serán sus funcionarios en caso de llegar a la Casa Rosada, algo que habían adelantado desde su propio entorno. Allí habían deslizado los nombres de Roberto Lavagna para conducir al futuro equipo económico y a Leonardo Madcur para la presidencia del Banco Central.
"No quiero entrar en un revoleo de cargos", sostuvo Massa en la entrevista de ayer en C5N. El único que dio por seguro en un próximo gobierno fue al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. "Kato es un cuadro bárbaro, siempre va a tener un rol importante en un gobierno peronista. Hace más de lo que habla", lo elogió. Massa se rió del hecho que se gastó todos los derechos a réplica en el primer tramo, en el dedicado a la economía, pero le sirvió para responder a las críticas. Con los demás temas -educación, derechos humanos y convivencia democrática-, creían que había conseguido hacer diferencia incluso con hechos concretos, como que envió al Congreso un presupuesto que sube dos puntos del PBI la inversión en educación.
En el comando de UP mostraban la encuesta de Circuitos que daba a Massa como ganador en el debate con el 26,2% de las respuestas positivas. Otro de los trabajos conocidos ayer fue el de la consultora Reputación Digital, que analizó la discusión en las redes durante el debate. Mostró que, justamente, lo más destacado de Massa fueron las propuestas y declaraciones que realizó durante la primera hora de debate, cuando se habló principalmente de economía. En un contexto de una audiencia muy crítica -para todos los candidatos en general-, las opiniones negativas a Massa en las redes tuvieron que ver con su desempeño como ministro y con su oscilante historial político.
Al final, el "affaire Insaurralde" prácticamente no se discutió. Si se lo hubiera recriminado, tenía en la manga la respuesta de que Insaurralde debía renunciar a su candidatura como primer concejal en Lomas de Zamora, algo que finalmente dijo a un periodista a la salida del debate. Insaurralde acató y anunció temprano su renuncia también a esa postulación. "No somos todo lo mismo", pudo subrayar luego el ministro, haciendo referencia a los más de mil días prófugo que lleva "Pepín" Rodríguez Simón, el ex asesor de Mauricio Macri y ex parlamentario del Mercosur que se mantiene fuera del alcance de la Justicia en Uruguay.
Superada la instancia que veian como más difícil, cerca del ministro veían mejores perspectivas para el segundo debate, con temas a priori no tan complicados. Seguridad es un ítem en el que Massa se siente con credenciales que mostrar por su experiencia como intendente de Tigre. Entiende que marca una diferencia con lo que fue históricamente para el kirchnerismo, siemrep una cuestión incómoda para discutir desde una mirada progresista. Desarrollo humano, vivienda y protección del ambiente es otro rubro en el que se ve bien posicionado respecto a sus adversarios, especialmente Milei, un negacionista del cambio climático. Por último, trabajo y producción son dos puntos en los que el Gobierno y Massa puede mostrar avances, con índices de desempleo bajos y un discurso desarrollista que carecen los otros candidatos.
"Sergio se había preparado mucho para el primer debate porque se presentaba difícil. El próximo no parece tanto y él va a estar más confiado y suelto", aseguraban en su entorno. Luego del segundo debate tendrá diez días para poner toda la carne al asador en el cierre de la campaña para asegurar su pase al ballotage. En UP vieron muy floja la participación de Bullrich en la contienda y creían que el próximo debate podría terminar de clausurar sus posibilidades de torcer un rumbo que viene cambiado. El mano a mano final será con Milei, lo daban casi por hecho.