Los gobernadores del peronismo pasaron dos jornadas intensas en Buenos Aires tratando de asegurar los recursos que les garanticen el pago de los próximos salarios y del aguinaldo, vitales para transitar un fin de año en orden. El interrogante se trasladó ahora con lo que sucederá a partir de enero, con un agujero en los recursos fiscales que no saben cómo se resolverá. Por eso, algunos de ellos no estaban de acuerdo con lo que anticipó la vicepresidenta Cristina Kirchner acerca de que la presidencia provisional del Senado y la de Diputados le corresponden a La Libertad Avanza por tratarse de cargos que están en la línea sucesoria. En verdad, no es que no lo piensen, sino que entienden que es una de las pocas cartas que el peronismo, como bloque legislativo mayoritario, tiene para negociar y conseguir que la nueva gestión atienda sus reclamos, amenazados por la motosierra libertaria.
Los gobernadores valoraron los gestos dialoguistas del designado ministro del Interior, Guillermo Francos, siempre más contemporizador que las declaraciones públicas del presidente electo Javier Milei. Francos se trasladó el martes hasta la sede del Bapro y escuchó las preocupaciones de los jefes provinciales. No obstante, a ellos les quedó claro que el panorama pinta bien difícil, con una administración cuyo leit motiv será "no hay plata".
Los envíos de ayuda monetaria desde el gobierno central y la continuidad de la obra pública están en veremos a partir del 10 de diciembre, lo que representará un cambio fuerte para la realidad del interior, además del gran interrogante que persiste respecto a la coparticipación. "Que corten otros gastos y paguen los salarios", los advirtió ayer Milei.
El hueco en las cuentas provinciales se generó con la eliminación del impuesto a las Ganancias a la cuarta categoría y con la devolución del IVA a las compras básicas, dos impuestos coparticipables. El ministro Sergio Massa se había comprometido a cubrir el faltante sumando el impuesto País y el impuesto al cheque a la masa coparticipable, pero con los apuros de la campaña el proyecto nunca llegó a tratarse en el Congreso y Alberto Fernández ya avisó que no firmará un decreto. Este miércoles, Massa convocó a todos los gobernadores y les anunció que "el Estado Nacional girará Aportes del Tesoro Nacional (ATN) en el marco de las modificaciones del Impuesto a las Ganancias", a fin de solventar la reducción de recursos producida por la modificación, y hasta tanto se encuentren mecanismos permanentes para su solución.
Es decir, la urgencia quedó saldada. Ahora falta resolver cómo serán las cosas a partir de enero, ya con las nuevas autoridades instaladas. Los gobernadores piensan cómo pueden convencer a Milei de aprobar la recomposición de las cuentas provinciales haciendo coparticipables dos impuestos que. es muy probable, el nuevo presidente incluso tenga en mente eliminar. La nueva gestión, huérfana de poder territorial, seguro estará interesada en algún acuerdo que le garantice gobernabilidad en el primer tramo del mandato.
Por eso, algunos gobernadores no estuvieron de acuerdo con el tuit de Cristina en el que anticipó que, ante algunas versiones aparecidas en medios macristas, su posición era que "tanto la Presidencia Provisional del Senado como la Presidencia de la Cámara de Diputados le corresponden a un o a una representante de La Libertad Avanza, fuerza política que por amplia mayoría, en el balotaje del 19 de noviembre, obtuvo la representación popular para desempeñarse al frente del Poder Ejecutivo".
No es que los gobernadores opinaran lo contrario que la vicepresidenta. Creen que no había apuro en expresarse y que, dado que el peronismo cuenta con los bloques más numerosos en senadores y diputados, le da margen para negociar algo a cambio de no forzar una votación y colocar allí a alguien propio. En el caso de la Cámara alta, Unión por la Patria cuenta con 33 senadores, a los que podría sumar cuatro bancas de fuerzas aliadas provinciales y conseguir quórum propio. En Diputados, UP llega a 108 legisladores propios en una cámara de 257 escaños. Juntos por el Cambio, en tanto, suma 94 diputados, pero es una bancada que muy probablemente se fracture entre quienes apoyarán al gobierno de Milei y quienes prefieren mantenerse en el rol de oposición. Es decir, en ambas cámaras se necesitará del voto de Unión por la Patria.
"Toda carta para negociar es válida", argumentaba uno de los gobernadores que participó de las reuniones de estos días. Milei se impuso en el balotaje por buen margen en casi todo el territorio nacional, inclusive en varias provincias gobernadas por el peronismo. Los jefes provinciales sienten que no llegan en posición de fortaleza a negociar, por lo que no quieren regalar nada. Habrá que ver si pueden convencer a CFK de relativizar lo que ya afirmó en las redes, cuidadosa como es de los usos y costumbres institucionales.
Apenas asuma el 10 de diciembre, Milei ya anticipó que enviará al Congreso una ley ómnibus con todas las reformas de ajuste y emergencia económica que necesita que le aprueben. Todo indica que va a necesitar del apoyo de al menos una parte de la bancada del peronismo, que obviamente buscará negociar modificaciones. La recomposición para las provincias podría ser un caso. Ayer, la vicepresidenta electa Victoria Villarruel recibió a los jefes de los bloques del oficialismo luego de la Asamblea Legislativa que consagró a la nueva fórmula. En el Senado, la bancada de La Libertad Avanza apenas es de siete legisladores.