La primera encuesta posterior al acuerdo de Javier Milei con Mauricio Macri y Patricia Bullrich ubicó a Sergio Massa tres puntos arriba en el balotaje. Es una diferencia que está en los márgenes de error y obliga al oficialismo a mantenerse en el mismo nivel de alerta que le permitió revertir la derrota en las PASO. "No hay que mostrar ningún triunfalismo y seguir trabajando con toda humildad", advertían en el equipo del candidato. El objetivo trazado en el comando de campaña es que la elección sea un plebiscito sobre Milei y su personalidad inestable para ocupar el cargo de presidente de la Nación. "Hace falta templanza, equilibrio emocional, racionalidad y conocimiento del mundo", enumeró anoche Massa las condiciones necesarias para pilotear la Casa Rosada.
El sondeo fue realizado por la consultora Zubán Córdoba y Asociados en todo el país durante el fin de semana pasado. Es decir, cuando ya estaba digerido el acuerdo del candidato de La Libertad Avanza con el ex presidente y la fallida candidata de Juntos por el Cambio, con la que se habían dicho de todo durante la campaña, al punto que existían causas judiciales de por medio. Las encuestas previas conocidas -de las consultoras Proyección y Analogías- le otorgaban a Massa una ventaja más holgada, pero se hicieron inmediatamente después de su triunfo en las generales y antes de que se conociera la alianza entre las fuerzas de la derecha y la ultra, que implosionó a JxC.
Este nuevo trabajo le otorgó a la fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi el 46,8% de intención de voto contra el 43,9% de Javier Milei-Victoria Villarruel, con un 3,4% de los encuestados que dijeron que votarían en blanco, un 2,9% que adelantó que no concurrirá a votar y un 3% que todavía se muestra indeciso. El conteo de los votos afirmativos, como se contabiliza en el caso del balotaje, le otorga a Massa-Rossi el 49,9% contra el 46,9% de Milei-Villarruel, tres puntos exactos. Tan apretado el margen que el escaso 3,2% de indecisos podría revertir el resultado.
"De acuerdo a las respuestas que recibimos, entendemos que irá a votar más o menos la misma cantidad de gente que en las generales", explicó Gustavo Córdoba, director de Zuban Córdoba y Asociados. En las elecciones de octubre participó el 77,7% del padrón, bajo para la media histórica, pero más alto que lo que se especulaba dado la merma que se había visto en las elecciones provinciales y en las primarias que se hicieron a lo largo del año. La mayor participación resultó clave para la recuperación de Massa. El Gobierno decidió no modificar el fin de semana largo previsto que coincidirá con el balotaje, una buena excusa de paseo para quienes no tienen ganas de votar. Lo lógico es pensar que estarán en esa situación muchos de los votantes de las opciones que quedaron afuera: Bullrich, Juan Schiaretti y Myriam Bregman.
En el contexto de gran paridad que arrojó el sondeo, Milei le sacó una muy pequeña ventaja en imagen a Massa, lo mismo que Villarruel a Rossi. Pero la imagen no siempre se traduce en votos, como bien puede testimoniar Horacio Rodríguez Larreta, que durante mucho tiempo fue el político de mejor imagen del país y terminó perdiendo las internas de su coalición. De acuerdo al análisis de Córdoba, el balotaje se definirá en buena medida en la pulseada entre la provincia de Córdoba y la de Buenos Aires. En Córdoba, segundo distrito electoral del país, de acuerdo a sus números Milei podría obtener una victoria de 70 a 30%. Para contrarrestar, Massa debería conseguir una buena victoria en la Provincia. "El NEA y el NOA pueden ser muy buenos también para Unión por la Patria", añadió.
El debate del domingo previo al comicio será fundamental. En el equipo de Massa plantean la segunda vuelta como un plebiscito sobre Milei, a quien la gente ve como una persona sin la suficiente estabilidad emocional para ocupar la presidencia. El ministro de Economía lo subrayó anoche en una entrevista en TN -"hace falta equilibrio", deslizó-y también puso de relieve los vaivenes del candidato libertario. "Pactó con la casta, la misma que criticaba. Dijo que Macri era uno de los peores fracasos como gobierno, que Bullrich era una montonera asesina y termina abrazado de ellos", remarcó. Aclaró que esta vez en el debate no se podrán leer apuntes, herramienta a la que echó mano Milei en los cruces anteriores. "Imagínese que ya sobre la sospecha de que puede haber dos jefes, y además hay alguien que escribe, guionado, bocetado. No son buenas esas experiencias, hay que contarle lo que sentimos a los argentinos", concluyó Massa.