María Esperanza Casullo: "Encontramos señales de alerta, de profundización de ciertas promesas autoritarias"

La politóloga e investigadora, dirigió el trabajo de investigación del centro Asuntos del Sur (ADS) y, en diálogo con El Destape 1070, explicó cuáles fueron las principales características del primer año de gobierno de Javier Milei.

16 de diciembre, 2024 | 18.46

El centro de investigación Asuntos del Sur (ADS) realizó un análisis sobre las políticas implementadas durante el primer año de gestión de Javier Milei. Los resultados del informe permitieron alertar sobre la existencia de rasgos de autoritarismo, una conclusión a la que se arribó tras abordar algunas variables como el rechazo o bajo compromiso con las reglas del juego democrático, la negación de la legitimidad de los oponentes políticos, la tolerancia o promoción de la violencia y la restricción de libertades civiles.

El estudio exploró cuatro dimensiones fundamentales, como el “rechazo a las reglas democráticas” con el uso excesivo de DNUs o vetos; la “negación de la legitimidad de opositores” a través de la criminalización de la protesta; la “tolerancia o promoción de la violencia” mediante la retórica polarizante y la “restricción de libertades civiles” plasmadas en la represión a la protesta social o despidos ideológicos. Para el caso argentino, el análisis incorporó la que considera el negacionismo.

María Esperanza Casullo, politóloga e investigadora, dirigió el trabajo de investigación y conversó sobre sus resultados con El Destape 1070. Destacó no sólo el volumen de los decretos firmados por el presidente sino también el rol de la oposición, sobre todo aquella que está abierta al diálogo con este tipo de proyectos políticos, y la aparición de una nueva represión, la de la sociedad civil.

- ¿Cuáles son las conclusiones a las que se llega con este informe de ADS?

- El informe, en cierto sentido, es una continuación de otro que Asuntos del Sur hizo el año pasado. En el 2023, se analizaron los discursos de los principales candidatos a las elecciones y el primer dato es que existe una continuidad muy grande. En ese momento, Javier Milei tenía más rasgos autoritarios, en su discurso, que Sergio Massa y esto lo podemos ver hoy. El segundo dato es que la Argentina es una democracia, es decir, siguen funcionando las instituciones fundamentales del sistema democrático, pero encontramos señales de alerta, señales de profundización de ciertas promesas autoritarias. Algunas de ellas se están empezando a cumplir.

- En el informe mencionan, por ejemplo, el uso excesivo de los decretos y los vetos...

- Tanto el DNU como el veto son mecanismos constitucionales. Un gobierno no es automáticamente autoritario por usar esas herramientas. La verdad, tanto los DNU como los vetos siguieron los pasos institucionales. Ahora, hay dos elementos que a mí me parecen preocupantes: en primer lugar, la cantidad de DNUs. Cuando uno compara la cantidad de DNUs del presidente Javier Milei con los de los gobiernos de Mauricio Macri y Cristina Fernández de Kirchner, en un año cosechó un número mucho mayor al que habían alcanzado, en ese mismo, periodo estos otros gobiernos. El segundo punto no llegamos a ponerlo en el informe por una cuestión temporal, pero me parece realmente muy preocupante y es el hecho de que este año no se discuta en el Congreso el Presupuesto. Una cosa es que el gobierno mande un Presupuesto, lo ponga en temario, haga todo lo que puede para aprobarlo y la oposición no lo apruebe. Otra cosa es, como en este caso, que el gobierno no haga ningún tipo de esfuerzo para aprobar ese Presupuesto y que, de hecho, diga 'nosotros preferimos operar sin Presupuesto', porque es una gran arbitrariedad.

-  Argentina es un país presidencialista, ¿Cómo analizás esa variable puntual, esa concentración de poder, en el primer año de gobierno de Milei?

- No se trata de que lo tenga ahora, sino que está mostrando que lo quiere tener. Es cierto que los DNUs son, como digo, una herramienta constitucional, pero nunca hubo un DNU que cambiara tantos artículos de tantas leyes diferentes. O, por ejemplo, las grandes leyes de privatización del menemismo y la ley de reforma del Estado salieron por ley, no por DNU. Entonces, si sumás ese DNU, sumás los dos vetos a leyes que salieron con un apoyo fuerte en el Congreso, si sumás lo del Presupuesto, si sumás las reformas que se hicieron a las estructuras del Poder Ejecutivo por las que se cerraron ministerios pero se abrieron varias secretarías que pasaron a depender directamente del Presidente... Si a esto le sumás el DNU de la SIDE, estamos viendo que existe, tentativamente pero existe, un deseo de una mucha mayor concentración de poder. Queda abierta la pregunta de qué va a pasar en estos tres años, pero si se continuara esta tendencia, yo creo que sería muy negativo.

- ¿Qué rol se le asigna a la oposición, o a la fragmentación en el entramado político, en este avance del autoritarismo en el gobierno de Milei?

- Una de las cuestiones que señalamos es que es clave lo que hagan los partidos de la oposición. No solo los partidos de la oposición, sino centralmente los partidos que podríamos denominar moderados o que negocian o que están dispuestos a negociar. Este informe está basado en el enfoque del libro “Cómo mueren las democracias”, de Daniel Ziblatt y Steven Levitsky. Una de las cosas más interesantes que ellos muestran en este libro es que hubo varios casos de gobiernos que quisieron avanzar en una concentración muy autoritaria del poder. En los casos en los que los partidos de la oposición, pero sobre todo los que no necesariamente son opositores, tienen una posición muy firme y dicen 'esto no lo vamos a permitir, acá no vas a avanzar', esos gobiernos no logran avanzar. O sea, los gobiernos de este tipo avanzan todo lo que les dejan. Entonces, si no está ese freno, y de hecho hasta ahora no lo vemos, es probable que logre avanzar más. Si vos me preguntás mi opinión, como politóloga que viene estudiando este tipo de gobiernos desde hace un tiempo bastante extenso, no me sorprende ni me preocupa tanto lo del gobierno, porque es la naturaleza de este tipo de gobiernos. Lo que sí tal vez me sorprende o me preocupa es la poca defensa de ciertas cuestiones institucionales por parte de la oposición y de los partidos moderados.

- ¿En año electoral puede darse una especie de aceleración de esa tendencia autoritaria?

- Me pregunto qué va a pasar después del año electoral. Es decir, ¿qué pasaría si el gobierno tiene un buen resultado en las elecciones? Para mí, una cuestión clave fue el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos, por lo que va a tener un una especie de atmósfera cultural favorable.

- Vuelvo a la detección de los rasgos autoritarios. En el informe mencionan la baja tolerancia a la oposición y la protesta social. ¿Qué ocurre allí?

- Es una cuestión bastante preocupante y bastante clara. Es uno de los indicadores o señales de alerta más claros que nosotros encontramos. Este gobierno tiene una diferencia con otros, la deslegitimación de cualquier tipo de protesta o de oposición. Una cuestión es decir, directamente, son comunistas, son socialistas, son corruptos, son delincuentes, son ratas, etcétera, etcétera, etcétera. La segunda cuestión que me gustaría señalar, que para mí es muy preocupante, bastante novedosa y en la Argentina no tenemos una buena manera de pensarla todavía, es la violencia estocástica. Es decir, una situación en la cual la mayor represión, por decirlo así, no se da solamente en función de las fuerzas policiales o de las fuerzas de seguridad, sino que vemos una especie de promoción de la violencia de la propia sociedad civil, pero que que puede tener efectos sistémicos. Una cosa que estamos estudiando es que las mujeres están teniendo mucho temor de participar en política, de dar opiniones públicas o de participar en las esferas públicas, no necesariamente porque te vengan a atacar desde el Estado, sino porque te atacan desde las redes, te atacan desde Twitter, te atacan con posteos de Instagram. En la Argentina, la represión o la violencia siempre estuvo muy asociada al Estado, a la figura del terrorismo de Estado. Eso, por un lado, sucede pero, por otro lado, estamos viendo otro tipo de fenómenos: la pareja que fue a pegarle a investigadores del CONICET, el vecino que atentó contra tres mujeres lesbianas. No lo tenemos tan pensado, por ahí no tenemos tantos anticuerpos contra eso, pero realmente puede tener efectos sistémicos y muy destructores de la confianza interpersonal a nivel social.