El ministro de Educación, Nicolás Trotta, aseguró que en el gobierno de Mauricio Macri "hubo un retroceso en materia de educación" y remarcó que se está trabajando para "un regreso a clases seguro".a la escuela Las declaraciones se produjeron luego de una carta publicada por el expresidente en la que reclama el regreso a las clases presenciales con la intención de presionar al Gobierno.
"Hubo un retroceso en materia de educación en el gobierno de Macri. Nosotros cuidamos la vida de los chicos y además estamos creando un regreso a clases seguro", subrayó el ministro en declaraciones al programa "El Gíglico", que conduce Mauro Viale por Radio Rivadavia.
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El funcionario, resaltó el trabajo de la cartera educativa para lograr el objetivo de garantizar el ciclo lectivo 2021 con los chicos en las aulas, más allá de que siga el coronavirus y sin una vacuna aún circulando. "Queremos que la presencialidad en clases sea plena en 2021, con protocolos mientras dure la pandemia", precisó el funcionario, contrarrestando las inferencias de la carta de Macri.
Asimismo, indicó que "la experiencia europea será tenida en cuenta para nuestra vuelta a clases" y sostuvo: "Lo mas importante era tener un consenso. Las provincias desde agosto trabajan con la vuelta a clases. Hay procesos de apertura de clases en las provincias. Le pedimos a cada jurisdicción para que el proceso sea seguro".
Trotta criticó a Macri
El ministro de Educación no se guardó nada y le pidió al expresidente y líder del PRO que "explique por qué hubo tanto retroceso y falta de inversión en su gobierno en materia educativa".
Trotta rescató además el "enorme esfuerzo de la comunidad educativa". "Debemos seguir trabajando en el verano", manifestó. Y añadió: "Se plantea primera semana de marzo para vuelta a clase en muchas provincias".
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Por último, en referencia a los distintos distritos del país, admitió que la ciudad de Buenos Aires "tiene todas las condiciones para acelerar el proceso de presencialidad en clases".
La carta de Macri
El expresidente Mauricio Macri volvió a apuntar contra el Gobierno en medio de la pandemia de coronavirus. Esta vez utilizó el regreso a las aulas como tema para intentar desestabilizar a Alberto Fernández, mediante una carta publicada en el diario Clarín.
La carta de Macri completa
¿Por qué el gobierno nacional insiste en mantener cerradas las escuelas, después de una cuarentena larga, ineficaz y destructiva? Nuestros chicos tienen que volver a clase lo antes posible. No hay ninguna razón epidemiológica para seguir demorando la apertura de las escuelas, con los protocolos necesarios.
En el mundo ya existe un amplio consenso sobre la ineficacia de cerrar las escuelas para combatir el virus, basado en decenas de estudios científicos. La OMS y Unicef dijeron esta misma semana que las escuelas deben permanecer abiertas, aún durante la segunda ola del virus en Europa. Y que las escuelas no son un lugar de contagio relevante.
En nuestro país, en cambio, el Gobierno Nacional todavía se niega a permitir la reapertura. Su único argumento es el riesgo sanitario, a pesar de la evidencia científica y las recomendaciones internacionales en contra. ¿Por qué el mantiene encerrados a los chicos y les prohíbe acceder a derechos fundamentales como la educación y la convivencia con otros de su edad?
Además, encerrar a los niños fue un error no sólo académico y social sino también sanitario, porque debilitó su sistema inmunológico. Esto va a generar que el año que viene, cuando vuelvan a salir después de tantos meses en sus casas, sufran más enfermedades respiratorias o diarreas, entre otras, porque van a estar peor preparados.
Hay tres razones principales para que los niños vuelvan lo antes posible a las escuelas. La primera es que la educación virtual no ha logrado reemplazar el proceso de aprendizaje, a pesar del esfuerzo enorme de los docentes y las familias.
La segunda es que estos ocho meses sin clases dañaron el bienestar emocional de los chicos. El 44% de los adolescentes argentinos dijo en abril que sentían ansiedad, depresión o miedo, según un estudio de Unicef. La tercera razón, quizás la más importante, es que cada día sin clases presenciales aumentan la desigualdad y el riesgo de abandono escolar, sobre todo en los estudiantes más vulnerables. Los datos de la última prueba PISA nos muestran que casi uno de cada tres estudiantes de las escuelas con menos recursos no tiene un espacio de estudio en el hogar. En las escuelas más favorecidas, a sólo uno de cada diez le pasa lo mismo.
Ante toda esta evidencia, ¿por qué se resisten tanto las autoridades nacionales y gremiales que co-gestionan el sistema educativo? Durante mi mandato, los líderes gremiales reaccionaban enseguida ante cualquier supuesta amenaza a la educación pública. Ahora perdieron la capacidad de reacción, no se inmutan ante esta catástrofe que estamos viviendo. ¿Qué intereses defienden? ¿A quién representan? Por momentos parece haber un pacto entre los sindicatos y el Gobierno para acompañarse en la decisión de mantener las escuelas cerradas.
Las escuelas, sin embargo, ya deberían estar abiertas. Y con las escuelas abiertas como punto de partida deberíamos construir los acuerdos que necesitamos para mejorar la calidad de la educación argentina. Tenemos que animarnos a debatir sobre estos temas, como hace con valentía Soledad Acuña, la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires.
Debemos dialogar también sobre las oportunidades que nos deja la experiencia de este año en relación al uso de tecnologías en las aulas, la enseñanza de habilidades blandas y la posibilidad de virar hacia modelos escolares con regímenes académicos más flexibles. En estos meses, en que los aprendizajes tuvieron lugar dentro de los hogares, volvimos a ver lo importante que es el rol de las familias en este proceso. Por este motivo se vuelve tan imperiosa la necesidad de seguir garantizando la conexión a Internet en las escuelas, como hicimos en nuestro gobierno.
Mientras tanto, ¿qué señal misteriosa espera para abrir las escuelas este gobierno de clausuras, que hizo de la postergación de decisiones su principal política en todas las áreas?
¿No alcanzan los ejemplos del mundo, la OMS y la UNICEF? ¿O el de la propia Ciudad de Buenos Aires, que viene desde hace meses haciendo todo lo posible para volver a las escuelas, dentro de lo límites que le impone el gobierno nacional?
Soy optimista sobre el futuro de nuestra educación, porque hay docentes y familias que se expresan con convicción en la defensa de una escuela que impulse la movilidad social y sea fuente de esperanza y oportunidades. Ése es el debate que queremos dar. Pero tiene que ser con las escuelas abiertas. No hay razón para seguir esperando".