En nuestro país, casi siguiendo una tendencia mundial, las mujeres tienen una menor representación en el mercado de trabajo que los varones, con tasas de actividad y empleo más bajas. En la vereda contraria, la desocupación siempre afecta más a mujeres que a hombres, sin importar la edad, el nivel educativo o la posición que ocupan en el hogar. Algo que también se replica en el empleo no registrado, fundamentalmente por la presencia casi exclusiva de mujeres en el trabajo doméstico en casas particulares, sin contar el empleo no remunerado correspondiente a las actividades de cuidado dentro de la casa propia.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que la brecha salarial entre hombres y mujeres se encuentra, a nivel mundial, en el 23% y, al desagregar algunas ramas de empleo de cobro por hora, aumenta al 45% en ciertos países. Según el INDEC, en nuestro país las mujeres están, mayoritariamente, dentro del grupo de menores ingresos de la población. Hay 1.103.056 en la escala inferior frente a 596.869 de varones, además de que casi el 35% de ellas están en condiciones de informalidad.
Además, la tasa de empleo de las mujeres continúa estando un 25% por debajo de la de los varones a escala planetaria, pese a que la brecha se achicó con el tiempo. Por otro lado, la ocupación de las mujeres suele quedar relegadas a empleos considerados como feminizados, como la salud y la educación.
Uno de los problemas más graves, que está presente en países desarrollados y en vías de desarrollo, es el tiempo que las mujeres le dedican a las tareas reproductivas no remuneradas, esto es cuidar de otros. Lo hacen en mayor tiempo que los varones e independientemente de su labor remunerada. O sea, se trabaja el doble de tiempo. A datos del tercer trimestre del 2013, en la Argentina el 88,9% de las mujeres realiza trabajos domésticos no remunerados frente al 57,9% de hombres.
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El mercado laboral
Según datos publicados por el Ministerio de Trabajo en 2017, en 1990 las mujeres tenían una tasa de participación en el mercado laboral del 36,8%, número que aumentó al 48,1% en el primer trimestre del año en que se realizó el informe. Sin embargo, si bien se trata de un sector que representa a la mitad de la población, la tasa sigue muy por debajo de la de los varones: 43,1% frente al 66,3%. O sea cuatro de cada diez frente a casi siete de cada diez.
Más allá de eso, comenzaron a registrarse crecimientos en la tasa de empleo pero en lugar de representar trabajos plenos, ensanchó las estadísticas de desocupación y subocupación, siendo el sector privado el más destacable a la hora de hablar de empleo no remunerado. Según datos recientes de la Encuesta Nacional a trabajadores sobre Condiciones de Empleo, Trabajo, Salud y Seguridad, el 17,4 % de las mujeres que están ocupadas se encuentran trabajando en el sector doméstico. Para 2017, había 888.609 personas empleadas en el sector doméstico de las cuales 877.238 eran mujeres y 11.371 varones.
La pandemia impactó peor en las mujeres
El año pasado, durante la pandemia, la crisis impactó tanto a hombre como mujeres. Según un informe del Ministerio de Trabajo correspondiente al segundo trimestre de 2020, hubo caídas de las tasas de actividad (-8 pp las mujeres y -11 pp los varones) y empleo (-8 puntos porcentuales las mujeres y -11 pp los varones) respecto del mismo período del año pasado.
La cantidad de personas ocupadas se redujo un 20% en el último año (segundo trimestre 2019 a segundo trimestre 2020), lo que equivale a 2,5 millones de ocupados menos en los principales centros urbanos del país. Desagregado por sexo, tanto en las mujeres como en los varones la reducción fue del 21%: 1,1 millones de mujeres y 1,4 millones de varones perdieron su empleo en el segundo trimestre del 2020.
La caída del empleo fue más fuerte en las modalidades de trabajo precarias. Entre el segundo trimestre del 2020 y el mismo trimestre del año anterior, el empleo no registrado cayó un 44% en las mujeres y un 46% en los varones. En tanto que los no asalariados, categoría integrada fundamentalmente por el trabajo por cuenta propia, se redujo un 29% en las mujeres y un 31% en los varones.
Según detalló Trabajo, en las mujeres la caída se explica por el trabajo doméstico en casas particulares, el comercio y hoteles y restaurantes. Esas tres ramas explican casi el 70% del desplome del empleo femenino. En los varones, la pérdida de empleo se concentra en el sector de la construcción, comercio y transporte.