La anunciada confirmación de la sentencia judicial por la causa Vialidad acentuará el "modo campaña" que adquirió la actividad de Cristina Kirchner en las últimas semanas, con una parada importante en el acto del fin de semana en Santiago del Estero. Desde el entorno de la ex presidenta buscaron instalar la idea de una posible candidatura tanto en 2025 o en 2027, como una forma de mantener la centralidad política y mostrarla como la contracara del presidente Javier Milei, en un juego de mutuas conveniencias. Pese a que toda la dirigencia del peronismo salió a pleno a solidarizarse por la decisión de la Cámara de Casación, incluyendo a Axel Kicillof y a Ricardo Quintela, los militantes de La Cámpora congregados frente al Instituto Patria volvieron a cantar contra el gobernador bonaerense, en una señal de que no hay intenciones de cerrar esas diferencias.
Con el conocimiento previo de que la sentencia estaba firmada, anticipada con detalle por los medios hegemónicos, Cristina pudo elaborar su reacción en varios pasos. El martes subió su carta "Los copitos de Comodoro Py", que tenía como punto llamativo que comparaba su situación con la de Lula y Donald Trump. Muy distintos entre sí, ambos dirigentes tienen en común que volvieron a la presidencia luego de condenas judiciales en su contra, incluso con pena de cárcel en el caso del brasileño. Poco antes de la lectura de la sentencia, en Comodoro Py, Cristina avisó que iría a Moreno para una actividad con la intendenta Mariel Fernández y 400 promotoras de género en los barrios, una forma de inscribir la condena en un ataque influido por su condición de mujer. "No se bancan discutir con una mujer y que no puedan tener razón. Como no me pueden pegar una piña, hacen lo que hicieron hoy en Comodoro Py", sostuvo.
En Tribunales se congregó un grupo de gente y algunos dirigentes como Juan Grabois y Juan Martín Mena. Difundida la sentencia, CFK se trasladó al Patria, donde tiene sus oficinas y ya la esperaban. Hubo una módica movilización de La Cámpora junto a legisladores, sindicalistas y referentes políticos que se acercaron a darle su apoyo. "Ni muerta, ni presa. Presidenta", tuiteó la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza. "Milei tiene miedo que Cristina vaya de candidata, tanto a diputada como a presidenta de la Nación. Estoy seguro que va a perder. Por eso no sólo quieren condenarla sino proscribirla", aseguró el senador Oscar Parrilli en diálogo con El Destape Radio.
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Cristina no quiso ser candidata en 2023 con el argumento de que estaba proscripta aunque su sentencia todavía no era firme. Incluso, hubo un operativo clamor para que cambiara de parecer, pero se mantuvo en su idea. Ahora, la proscripción real está mucho más cerca. No sólo porque queda como última instancia el recurso ante la Corte Suprema -que podría confirmar la pena de prisión y la inhabilitación para ocupar cargos públicos en cualquier momento-, sino que los diputados del oficialismo y sus aliados convocaron para la semana que viene a sesión para tratar el proyecto de Ficha Limpia, que en caso de aprobarse le impide postularse a cualquier dirigente con una sentencia de segunda instancia como la que acaba de recibir la ex presidenta.
En estas circunstancias, no queda claro hasta qué punto son reales las intenciones de Cristina de candidatearse como insistían este miércoles desde su entorno, lo que está claro es que -como ya hizo en anteriores oportunidades- utilizará esa posibilidad para mantener la centralidad y mostrarse como la líder de la oposición a Milei. En Gobierno no les disgusta la confrontación porque les sirve para polarizar el escenario y seguir mostrándose como lo nuevo ante alguien que ya pasó por todos los cargos públicos. En esa línea, el Presidente salió rápidamente a celebrar el fallo de Casación y se adjudicó parte del mérito por "haber dejado actuar" a la Justicia. Desde que en las últimas semanas reapareció CFK y chocó con Milei a través de las redes, ambos subieron en las encuestas. Cristina principalmente en la provincia de Buenos Aires.
"Dios, la Virgen y el pueblo van a permitir que podamos reconstruir un entramado social y político que finalmente pueda hacer retornar al país a sus mejores épocas", dijo Cristina el martes en Smata donde reunió a la nueva conducción justicialista. Ese tono matendrá en el acto que realizará el domingo en el estadio Quimsa en Santiago del Estero junto al gobernador Gerardo Zamora y el senador peronista José Neder por el día del Militante, una de sus primeras apariciones en el interior en mucho tiempo. Era el día pactado para que se celebraran las internas del PJ que finalmente quedaron en nada porque la junta electoral -decisión avalada luego por la jueza María Servini- no habilitó a la lista rival que postulaba el riojano Quintela. Este miércoles, la dirigencia justicialista utilizó las redes para expresar su solidaridad con Cristina por la resolución de Casación. Quintela y Kicillof entre ellos.
"Un juicio armado por el Partido Judicial sin una sola prueba, una condena escrita de antemano y anunciada con antelación por el periodismo cómplice", remarcó el gobernador bonaerense, quien el lunes había dado una conferencia de prensa en La Plata en la que aprovechó para adelantar su repudio a la condena. Incluso en el acto del 17 de Octubre -luego tan criticado por el cristinismo- había realizado una encendida defensa de la inocencia de la ex presidenta. Sin embargo, eso no impidió que siguiera en el centro de las iras del camporismo. En una stream del que participó esta semana, Máximo Kirchner volvió a cargar contra él y un grupo de militantes -algunos identificados con una bandera de Quilmes- cantó este miércoles frente al Patria la canción que le dedicaron que dice "si querés otra canción, vení te presto la mía".
No da la sensación que esa herida suture fácil. De hecho, no estaba definido qué otros gobernadores acompañarían a Cristina, además de Zamora, en el acto del domingo. Las deserciones que sufrió esta semana el bloque de Unión por la Patria en la convocatoria a una sesión especial en Diputados -nueve legisladores, todos representantes del interior- mostraron una primera consecuencia de las diferencias que surgieron durante la discusión interna. "La verdad que no me sentí muy bien recibido, noté demasiada división", comentaba anoche un dirigente que no apoyó explícitamente a Cristina para presidir el PJ y que este miércoles pasó por el Patria para expresarle su solidaridad.