Corte Suprema, Covid y "superpoderes" de Gobierno: ¿Cómo lo resolvió el mundo?

17 de mayo, 2021 | 05.00

El escenario político tenso y dicotómico (que parece emular al clásico River-Boca) no nos está dejando ver que lo que esta en juego es la vida y la salud publica. Les propongo entonces sacar la mirada del árbol “Argentina” y ver que anda pasando en el bosque planetario. ¿Cómo se maneja en el resto del mundo el cierre de escuelas? ¿Se cierran ante la pandemia? ¿Se declara el cierre también por decreto? ¿Se prioriza el federalismo cuando hay desacuerdo local o regional con una decisión federal?

Ojo, no es que el resto del mundo haga las cosas necesariamente mejor, sino que analizar en contexto comparado nos puede ayudar a dejar de leer los conflictos en clave local (tironeada por el clásico K vs. anti-K) y concentrarnos en lo indiscutiblemente importante: qué lecciones se pueden aprender para abordar la pandemia y salvar vidas.

Para recordar, el 15 de abril el Presidente Fernández emitió el DNU 241/2021 en el que dispuso medidas sanitarias, incluida la suspensión de las clases presenciales en el AMBA. El Gobierno porteño no estuvo de acuerdo y presentó un pedido de inconstitucionalidad de esa parte del DNU ante la Corte Suprema. La Corte ratifico repitió su jurisprudencia respecto de que la Ciudad es equiparable a las provincias (definida como “ciudad constitucional federada”) y que por lo tanto tiene derecho a la competencia originaria de la Corte. Asimismo, el tribunal resolvió que el DNU violó la autonomía de la CABA. También sugirió que no se trataba necesariamente del DNU, ya que una ley con el mismo contenido también sería inconstitucional. También señaló que el DNU no contaba con motivación suficiente en datos científicos que avalasen que la presencialidad escolar traía más contagios.

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Los problemas que trae el fallo, en mayor o menor medida, son básicamente cuatro:

El cierre de las escuelas y la posible afectación al derecho a la educación

Las decisiones concentradas en el poder ejecutivo mediante la emisión de DNUs (en vez de debates parlamentarios)

La necesidad de justificación científica del DNU

Y, sobre todo, la disputa sobre la competencia federal y la posible afectación de la jurisdicción local

¿Hay conflictos similares en Europa? ¿Cómo se resuelven? Un análisis rápido muestra que, en consonancia con lo que hizo el Presidente en Argentina, Europa se decidió por medidas restrictivas, incluido el cierre de escuelas. Estas medidas fueron en gran medida dictadas por decreto y con alcance federal. Igual que en Argentina.

 

¿Qué dijo ante ello el Parlamento Europeo? Señaló que ello es atendible siempre que se respete el estado de derecho y que las medidas sean proporcionales al daño que se busca evitar. Para comprobar si existió proporcionalidad, la Comisión Europea junto a 14 organizaciones de derechos humanos, evaluó las medidas tomadas por los distintos países y marcó como desproporcional tres casos puntuales:

Hungría: Allí el poder ejecutivo no se limitó a cerrar escuelas, sino que se arrojó la posibilidad de gobernar extensamente por decreto bajo un estado de emergencia indefinido y sin control del parlamento, incluyendo el cierre de medios opositores

Polonia. En este país, el ejecutivo cambió el código electoral en contra de lo dicho por el Tribunal Constitucional a los fines de celebrar elecciones en medio de la pandemia en su propio beneficio electoral.

Eslovenia. Aquí el ejecutivo utilizó el argumento de la pandemia para perseguir medios opositores bajo argumento de que estaban circulando noticias falsas.

Es decir, los distintos estados europeos aprobaron medidas que afectan libertades individuales por decreto y a nivel federal, incluido el cierre de escuelas, y ello no fue considerado desproporcional, salvo cuando estas medidas se usaron para censurar o malversar la democracia Se reconoció que esto es excepcional y que claramente fuerza los limites del estado de derecho, pero que son medidas atendibles – dentro de los marcos constitucionales críticamente entendidos- por una situación óntica indiscutible: hay una pandemia y esta en juego la vida.

Particularmente interesante es el caso de Alemania por dos cuestiones:

Concentración de poder en el gobierno federal:

En la década del 30’, con el nazismo, Alemania vivió las consecuencias siniestras que puede ocasionar la concentración de poder. Cuando el nazismo se hizo con todo el poder político ocurrió un genocidio que terminó con la muerte de millones de personas. Después de esta experiencia, lxs alemanxs consideran que la distribución de poder entre las distintas regiones y los límites a la concentración del poder en el gobierno federal son intocables.

Sin embargo, en el marco de la pandemia, Alemania aprobó un paquete que modifica la Ley de Infecciones del 2001, da super-poderes al gobierno federal para evitar discrepancias entre las regiones e impone la activación automática de un toque de queda, suspensión de clases y tests obligatorios si se pasa un límite determinado de casos por día.

Es decir que estamos frente a Alemania, un país que protege el federalismo frente a todo porque saben del riesgo extremo que puede traer la concentración de poder en pocas manos, y que igual entendió que la pandemia era una instancia que justificaba darle mayor poder al gobierno federal.

En cambio, en nuestro país, la Corte eligió apegarse al federalismo a ultranza aún cuando ello implique poner en riesgo la salud de la población del AMBA e incluso abriendo la posibilidad de que otras provincias desconozcan la autoridad federal para el control de la pandemia

La ley por encima de todo:

El segundo elemento que es interesante para comparar es que, para Alemania, la ley esta por arriba de todo, no importa cuan ilógica sea. Tal es la situación que ellxs mismxs hacen el chiste de que “en Alemania no hacemos marchas porque la plaza tiene un cartel que dice ‘no pisar el pasto’”. En esta pasión por respetar la ley, por ilógica que sea, se dio la situación de un hombre que se presentó en un centro de vacunación para darse voluntariamente la vacuna de AstraZeneca, y fue rechazado porque le faltaban tres días para cumplir el mínimo exigible de 60 años. ¡Dejaron vacunas sin usar en vez de dársela al hombre porque le faltaban tres días para cumplir los 60!

MÁS INFO
Valeria Vegh Weis

Soy Valeria Vegh Weis, 35 años. Título de abogada y alma en las Ciencias Sociales. Caí en la educación pública, más precisamente en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, donde hice la Especialización en Derecho Penal y el Doctorado. Tengo un Master en Derecho Internacional de la New York University donde pude ir gracias a las becas Fulbright y la Global Hauser. Enseño Criminología y Justicia Transicional en la UBA y UNQui, entre otras universidades. Escribo y enseño sobre muchas cosas pero todas tienen un denominador común: menos desigualdad y más justicia. Con esa receta, no se puede sino ser feminista.

Ahora estoy en Alemania haciendo el posdoctorado, que es lo que sigue al doctorado cuando realmente te gustan los libros. En la capital alemana, trabajo como investigadora y docente en la Freie Universität Berlin, donde trato de mostrarle al Norte Global todo lo que se puede aprender del proceso de Memoria, Verdad y Justicia que iniciaron nuestras Madres y Abuelas. También soy investigadora asociada del Instituto Max Planck de Historia y Teoría del Derecho, donde investigo sobre el rol de Latinoamérica en el derecho penal transnacional.

Mi libro Marxism and Criminology: A History of Penal Selectivity (Brill 2017; Haymarket Books 2018) recibió los premios Choice Book Award por American Library Association (2017) y el Outstanding Book Award dado por la Academy of Criminal Justice Sciences (2019). También soy co-autora de Bienvenidos al Lawfare! escrito junto a personas que admiro con el alma: Raúl Zaffaroni y Cristina Caamaño (Capital Intelectual 2020). Ya está por salir mi nuevo libro Criminalization of Activism (Routledge 2021) cuya tapa muestra las protestas por el femicidio de Ursula en Rojas. Tengo más de diez años de trabajo en la justicia argentina y organismos internacionales. Mi valija anda por todos lados, pero mi corazón está en Darwin y Honduras, donde ensaya mi murga, Atrevidos por Costumbre.