La estrategia sanitaria de Formosa frente al coronavirus: entre la baja de casos y el boicot sanitario de la oposición

16 de junio, 2021 | 12.07

Noruega se convirtió en el país que dio por terminada la pandemia por coronavirus y sorprendió al resto del mundo. Según el jefe médico de control de infecciones del Instituto Noruego de Sanidad Pública, Preben Aavitsland, se acabó la pandemia y el país escandinavo empezó a prepararse para una vida en la que el coronavirus ocupará muy poco espacio. 

¿Pero cuáles fueron las estrategias de Noruega para poder salir de la crisis sanitaria que provocó la pandemia? ¿Cuáles son los correlatos y modelos similares que se siguieron en Argentina?  

El pasado domingo 7 de junio, Aavitsland publicó en sus redes sociales un gráfico que mostraba el bajo nivel de contagios que experimenta Noruega en los últimos meses. Según contó un argentino radicado en el país europeo, Noruega dio por finalizada la pandemia: “Acá abrió todo hace dos semanas”, dijo en una nota al portal Infobae.

 


En el país nórdico todavía sigue siendo obligatorio el uso de tapaboca y nariz dentro de los negocios y los lugares cerrados y respetar el metro y medio de distancia. Noruega tuvo tres picos fuertes de coronavirus y registra una de los índices más bajos de muertes por COVID-19 en Europa. El país tiene 785 muertos por coronavirus, cifra inferior a países con un número de habitantes similar: Dinamarca, Finlandia e Irlanda.

Una de las medidas para lograr disminuir los contagios fue el aislamiento temprano sumado a duras medidas de confinamiento cuando volvían a repuntar los contagios. También, la estrategia sanitaria implementada desde el inicio se basó en evitar la propagación con testeos masivos, el aislamiento de contactos estrechos, la cuarentena obligatoria para todos los que ingresan al país y la vacunación.

La estrategia sanitaria que aplicó el país nórdico se asemeja a la de la danza y el martillo y su correlato en la provincia norteña de Formosa, que logró disminuir en los últimos días considerablemente los picos de contagios de COVID-19.

En la capital de la provincia se verificó una disminución de los casos, mientras se mantiene constante la incidencia del COVID-19 en las localidades del interior de la provincia.

 
 
“Este es un momento clave en la lucha contra la pandemia puesto que logramos frenar el aumento exponencial de los contagios verificado en el mes pasado y ahora necesitamos consolidar la disminución de los casos en toda la provincia, mientras avanzamos sostenidamente con la campaña de vacunación”, sostuvo
el Consejo de Atención Integral de la Emergencia COVID-19.

Por eso, con el cumplimiento de las medidas sanitarias se puede seguir disminuyendo los contagios y evitar más internaciones de pacientes en salas UTI. Dada la aplicación del aislamiento social para evitar así la circulación de personas en Formosa, que logró superar entre 900 y 1.000 casos diarios, en la actualidad presenta una disminución del 26% en los contagios por coronavirus.

Aunque la pandemia no terminó, la provincia norteña estima que si sigue esta tendencia de baja de contagios, más detección-rastreo-aislamiento e intensificando la campaña de vacunación contra el COVID- 19, en principio se podrá retornar paulatinamente a las clases presenciales según estimó el gobernador Gildo Insfrán.

La provincia, cuestionada por los medios de comunicación apoyados por sectores de la oposición, aplica estrategias sanitarias que son exitosas en otras partes del mundo. Muchos factores intervinieron en que poco a poco la situación sanitaria de Formosa se haya derrumbado y los expertos sanitaristas entienden que si seguían aplicándose se hubiesen evitado muertes y contagios.
 

Bajan los números y la tendencia demuestra el éxito de las medidas de aislamiento. Aunque para muestra solo basta un botón, la estrategia sanitaria de Formosa para cuidados preventivos y evitar el colapso del sistema de salud permitió que la provincia haya permanecido durante más de 10 meses sin casos ni muertes, pero los intereses individuales siguen aflorando. Sin embargo, se hace necesaria una salida colectiva como lo demuestra Noruega.
 
La pandemia tiene una matriz que quizás para muchos pasó desapercibida. En determinadas situaciones, nuestras decisiones personales afectan al conjunto de la sociedad. En la pandemia se dieron esas circunstancias. Hemos tenido que tomar o aprender a tomar decisiones orientadas al bien común y no solo
al interés individual. Es ese el botón de muestra.

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