La fragmentada oposición fue encontrando uniones en la acción pero, de momento, no se tradujeron en la conformación de nuevos espacios en el Congreso. Los interbloques no existen por reglamento, pero funcionaron para generar armados más amplios que el de los bloques, permitiendo conseguir una mayor cantidad de sillas en las comisiones. Hay, por estas horas, al menos dos construcciones en desarrollo aunque todavía no consolidadas. Las dos tienen como protagonistas a aliados del Gobierno: el macrismo y el centrismo.
Desde el bloque de Miguel Ángel Pichetto se promueve, hace varias semanas, un interbloque Federal que integre a Innovación Federal, Hacemos y al representante del MPN. La planilla ya circula hace tiempo pero todavía no se presentó. Están a la espera de alguna nueva incorporación, aunque no se descarta que éstas sucedan con la maquinaria en marcha.
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Por el receso, las actividades están bastante congeladas y pasarán a ser motivo de charla a partir de la semana que viene. En los hechos, funcionan en conjunto e incluso, sin necesidad de generar esa instancia institucional, presentaron acuerdos avalados por la conducción de la Cámara para pedir sillas en comisiones clave, como la que aborda el tratamiento de los DNU, donde está Nicolás Massot.
Desde una orilla más cercana, como ya contó El Destape la semana pasada, el PRO y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) trabajan en la conformación de un interbloque. Cristian Ritondo y Oscar Zago, ex jefe de bloque de La Libertad Avanza, se conocen hace más de tres décadas y establecieron conversaciones para confluir en un mismo armado.
Según detalló Zago, están “muy cerca” de lograr ese nuevo espacio. El diputado explicó, en declaraciones a Radio Colonia, que buscan un armado en el que “no haya jefes” sino un trabajo “en equipo para sacar leyes que le mejoren la vida a la gente". Las conversaciones están “bastante avanzadas”, se confió desde las filas del MID.
En el PRO fueron un poco más cautos. Se reconoció la existencia de esas conversaciones pero se postergó la definición de la alianza. “Falta”. El nuevo interbloque podría llamarse, sin demasiada originalidad, PRO-MID y le permitiría a este sector aliado al gobierno ser la segunda minoría en la Cámara de Diputados, detrás del bloque de 99 de Unión por la Patria, desplazando de ese lugar a La Libertad Avanza.
Las comisiones, así como las autoridades, se definen en base a la cantidad de miembros de cada espacio político, aunque el actual oficialismo se caracterizó por no cumplir con estos acuerdos políticos. Más allá de eso, es importante ganar número en la Cámara para conseguir más y mejores sillas en los lugares más calientes del parlamento.
Lo cierto es que los interbloques no están definidos por reglamento, pero hacen referencia a bloques unidos por afinidades o frentes de coalición. Hoy está funcionando la primera razón, no tanto la segunda tras el desarme de Juntos por el Cambio. Los dos sectores que se encuentran trabajando en ese ensamble son el pichettismo, con otros partidos del “centro”, y el PRO con el ex libertario Zago.
Para el PRO, nunca fue opción confluir en un interbloque con La Libertad Avanza. En el macrismo no quieren ser catalogados como co-gobierno o gobierno, sino mantener su identidad y, por consiguiente, cierta distancia con el oficialismo. La relación con LLA entró en un camino diferente al que transitó en el primer semestre: agenda propia y diferencias con la Casa Rosada.
A Zago, sin embargo, Ritondo lo conoce desde hace treinta años, pero no es el único. Es una persona con cierta trayectoria en la política, con una posición más racional que la del bloque libertario, lo cual resultó más tentador a la hora de planificar alguna alianza. De consolidarse ese acercamiento, la relación con el gobierno no cambiará. Se apoyarán los proyectos que se consideren buenos para el país y que atiendan las urgencias, con mayor acompañamiento a lo que contribuya con el rumbo económico, que es lo el punto en el que el PRO y LLA coinciden. Por eso, las relaciones se van a mantener. Si a los libertarios no les molesta la alianza con el MID, se avanzará pero, si no, “no nos vamos a pelear por Oscar”, señaló una fuente amarilla. Zago es visto como un dirigente bravo, que sabe cobrar ciertos destratos e incumplimientos de pactos.
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El PRO, sin embargo, empezó a mostrar una "tímida" distancia con el Gobierno. A la agenda electoral trabajada la semana pasada, en donde el macrismo y aliados hicieron naufragar la intención de eliminar las PASO o bajar la edad de votación para, en su lugar impulsar la boleta única en papel, se le sumó una diferencia clave planteada por los amarillos.
La reducción de la edad de imputabilidad a 12 años pareció demasiado y Ritondo impulsa hasta los 14. Esto fue destacado desde el círculo macrista como una distancia importante con el gobierno al tiempo que se marcaron ciertos temores. ¿Estas tensiones pueden poner en riesgo otros acuerdos parlamentarios? ¿Y si el Congreso estalla en internas y es imposible avanzar con cualquier tratamiento?
Mauricio Macri conoce los posicionamientos de su partido en el Congreso. Ese es el lugar desde el cual él está en condiciones de apoyar al gobierno. El ex presidente habla bastante seguido, por teléfono, con Ritondo, por lo que la estrategia está consensuada con la cúpula del partido. El jefe del bloque y Néstor Grindetti, jefe de Gabinete porteño, son las dos figuras con las que conversa periódicamente y lo bajan a la realidad.
En Diputados hay un clima muy enrarecido por varias cuestiones. Por un lado, la congelada designación de representantes para ocupar sillas en la Auditoría General de la Nación. Un sector de la UCR quiere poner a Mario Negri, pero Rodrigo de Loredo lo impulsa a Alejandro Cacace. Macri propuso a Jorge Triaca por el PRO y el tercer lugar es para UP. Todos se preguntan quién será el perjudicado ante la posibilidad de que los libertarios quisieran una banca en el organismo.
Miguel Ángel Pichetto se ve desplazado en esas negociaciones, sumado al desplazamiento en la comisión bicameral de inteligencia, donde no consiguió una banca para Emilio Monzó. Estas batallas, más otros problemas administrativos, incluida la falta de actualización en las dietas, tensionaron mucho la relación con Martín Menem, en el centro de los cuestionamientos.