El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció este lunes que canceló el proceso licitatorio del servicio de grúas y acarreos. La decisión del gobierno porteño de estatizar a los 300 choferes de grúas encuadrados en el Sindicato de Choferes de Camioneros disparó un conflicto que perturbó el espacio público. El gremio anunció un plan de lucha que comenzó con el estado de alerta y movilización, al tiempo que aplicó el trabajo a reglamento.
El jefe de Gobierno, Jorge Macri, aseguró en su cuenta de la red social X, antes Twitter, que el sistema seguirá a cargo de la Ciudad por menos de la mitad del precio estipulado en ese contrato.
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En este sentido, la administración porteña calificó a la preadjudicación de "onerosa" y afirmó que la ataba a ese convenio durante los próximos 10 años, al tiempo que implicaba una erogación de las arcas públicas de 360 millones de dólares. Por su parte, señalaron que el acuerdo estipulaba un anticipo de 8 millones de dólares y obligaba al Gobierno de la Ciudad a pagar el costo de la operación aunque no haya acarreos.
Además, en el comunicado la gestión resalta que a principios de 2023 se pre adjudicó dicho servicio a las empresas UTE-Ashira-Ecoba, Transporte 9 de Julio y UTE SAEM-Tránsito Rosario. "El contexto económico actual obligó a la Ciudad a revaluar los costos, optimizar los recursos y mantener los estándares de los servicios", agregaron.
Conflicto con Camioneros
"Los compañeros de la recolección de residuos de Camioneros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se encuentran trabajando a reglamento, el motivo del trabajo a reglamento es por el mal estado de los camiones de la recolección y el intento del gobierno de CABA de querer estatizar los 300 choferes de grúas", había señalado el gremio a través de un comunicado. Por eso, el Sindicato de Camioneros "se encuentra en estado de alerta, movilización y trabajo a reglamento en la Rama de Recolección y Barrido, se analizan también otras medidas en defensa de la dignidad y los derechos de las y los trabajadores", habían sentenciado.
La intención del gobierno porteño es estatizar a los 300 choferes que operan grúas, hoy encuadrados en el convenio colectivo de trabajo de Camioneros y pasarlos a municipales. Una vez conocida la decisión, Camioneros encendió las alarmas y llamó a trabajar a reglamento, no solo por la estatización de unos 300 choferes de grúas, sino por el mal estado de los camiones de la recolección. La protesta comenzó a tener efecto, ya que las calles de la ciudad -y sobre todo de los sectores comerciales y el microcentro- se vieron abarrotadas de basura.