El paro general se sintió fuerte y la CGT apunta el rechazo de la ley Bases

La mesa de la CGT celebró el alto grado de acatamiento al paro general realizado este jueves y advirtió que el Gobierno debía "tomar nota" de la protesta. Sin embargo, el Ejecutivo hizo todo lo acostumbrado en estos casos por tratar de minimizar la medida, incluyendo los tuits y retuits presidenciales. Frente a los sectores combativos que ya querían empezar a hablar de otro paro, en la cúpula cegetista miraban al Senado donde esperan que se rechace a la ley Bases.

10 de mayo, 2024 | 00.03

"El Gobierno tiene que tomar nota", advirtió Héctor Daer, uno de los secretario generales de la CGT, en la evaluación del "contundente" paro general de este jueves, que se sintió en buena parte del país, en especial en la zona del AMBA. Con todo, el Ejecutivo no se salió de su estrategia de minimizar el impacto de la medida y, al mismo tiempo, responsabilizar a los dirigentes sindicales por la supuesta pérdida millonaria que representó la huelga. Aunque los dirigentes más combativos ya empezaban a hablar de una próxima medida de fuerza, en la cúpula cegetista dirigían la mirada al Congreso, con las conversaciones pendientes con los senadores de partidos provinciales y de la oposición dialoguista para asegurar los cuatro votos que faltan para el rechazo a la ley Bases. Para el día del tratamiento en el recinto, probablemente en dos semanas, ya está convocada una movilización, que nuevamente anticipan multitudinaria.

CABA y el Gran Buenos Aires amanecieron con una postal similar a la de un domingo a la mañana. Poco tránsito, muchos negocios cerrados, escaso transporte público y un centro casi desierto. "Lo que digan estos personajes nos tiene sin cuidado, el paro les dolió", sintetizó Pablo Moyano, otro de los secretarios cegetistas. Durante toda la mañana, en su estilo, el Gobierno buscó restarle importancia a la medida y apuntarle a los jefes gremiales, que se sabe que en las encuestas de opinión mantienen una alta imagen negativa. El vocero Manuel Adorni, en tono dramático, buscó hacerlos responsables de quienes no podrían poner un plato de comida en sus mesas porque no habían podido trabajar, sin mencionar los cientos de miles que se quedaron sin trabajo en estos cinco meses de proyecto libertario. El ministro de Economía, Luis Toto Caputo, de repente se sensibilizó con los trabajadores que verían su salario disminuido por presentismo.

El presidente Javier Milei, obviamente, no se quedó atrás. "Faraón" en hebreo se dice "paro", además "paro" también significa "desnudez o descubierto". Enigmas linguísticos planteados como introducción a la habitual catarata de tuits y retuits de gente que lo elogiaba y/o criticaba la huelga, tanto podían ser funcionarios, legisladores o personas entrevistadas por la calle en los noticieros. Aunque todos los testimonios aseguraban que la medida era un fracaso, la fruición presidencial porque otros lo expresaran hacía pensar lo contrario. Lo mismo se veía en los medios de comunicación que orbitan en el oficialismo. "Les dolió", como dijo Moyano.

Como suele ocurrir luego de una medida, especialmente si es exitosa, el dilema es cómo seguir. Daer asumió con gusto la calificación de "paro político" que le había lanzado Adorni. Replicó que efectivamente se trataba de un paro político, ya que “estamos discutiendo el rumbo de nuestro país y las políticas que se llevan adelante”. Luego de que el Gobierno insistiera en ponerle un techo a las paritarias para su homologación y decidiera incluir una reforma laboral -aunque acotada- en el proyecto de ley Bases, la mesa cegetista decidió un plan de lucha que ayer concluyó con buen resultado. Participaron de la gigantesca marcha por el presupuesto universitario, luego organizaron su propia movilización por el Día del Trabajador, para terminar en un contundente paro general este jueves. "Una medida de fuerza no tiene un fin en sí mismo, sino el fin de establecer la apoyatura a un reclamo preciso y claro que fue la agenda que nos llevó a tomar esta medida", explicó Daer. 

Los sectores más combativos ya planteaban lanzar un nuevo paro general. Lo verbalizó el secretario de la Unión Ferroviaria Oeste, Rubén "Pollo" Sobrero, que planteó una huelga de 36 horas en caso de que el Gobierno no diera respuestas a los reclamos sindicales. Pero en la mesa de la CGT opinaban que no había que desgastar la medida con paros a repetición, sino que era momento de elaborar nuevas estrategias. La primera es insistir con el rechazo a la ley Bases, que lleva como polizón una reforma laboral, hija de aquella que el Ejecutivo intentó imponer en el DNU 70/2023 y que la Justicia suspendió. Ayer hubo un nuevo fallo del fuero laboral ratificando este freno.

La conducción cegetista estuvo esta semana reunida con los senadores de Unión por la Patria que le ratificaron que los 33 votarán en contra en general. El dato es importante porque luego de la media sanción en Diputados, el ministro del Interior, Guillermo Francos, se había mostrado confiado en obtener una aprobación rápida en la Cámara alta pensando en los acuerdos alcanzados con algunos gobernadores que fueron electos en las boletas de UP como el tucumano Osvaldo Jaldo, el catamarqueño Raúl Jalil y el santiagueño Gerardo Zamora. Sin embargo, los senadores de esas provincias no dieron muestras de apartarse de la lógica del bloque, que hasta ahora siempre se comportó en unidad. 

Con esos 33 votos seguros, la conducción sindical se preocupará la semana que viene en buscar los cuatro restantes entre partidos provinciales, peronistas disidentes y radicales. Las flojas exposiciones de los funcionarios que pasaron entre martes y jueves por el plenario de comisiones hacen pensar que el rechazo es bastante factible, dada las diferencias que senadores de la oposición dialoguista mostraron respecto a algunos puntos claves de la propuesta como el régimen RIGI para grandes inversiones. Respecto al capítulo fiscal, tampoco habría número para reponer el impuesto a las Ganancias a los trabajadores, una de las preocupaciones cegetistas. Con el acompañamiento demostrado con el paro de este jueves, buscaban apuntalar la resistencia al proyecto del Ejecutivo en el Congreso.