Javier Milei tuvo que empezar a retroceder en sus formas para con el Gabinete. Su popularizado "afuera" quedo suspendido por un rato. El mandatario necesita mostrar gobernabilidad y dejar la palabra "debilidad" a un costado. El cimbronazo que fue echar a su jefe de Gabinete no le da más margen. Le sucedió primero con Sandra Pettovello y ahora con Diana Mondino. El Presidente eligió sostener lo insostenible y respaldarlas incluso ante escándalos que lo ponen contra las cuerdas.
La crisis con Mondino
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El último hecho sucedió el viernes. El jefe de Estado tuvo un día de furia contra su Canciller porque no le avisó que en un acto iba a estar el embajador de Palestina. Se enteró dos cuadras antes, se dio media vuelta con el auto y se volvió a la Casa Rosada. Según pudo averiguar El Destape, Milei entró en cólera y tuvo palabras muy duras (nobleza obliga: con mucha razón) por el gravísimo error de su ministra de Relaciones Exteriores. La iba a echar. La quería despedir. Estaba justificado. Fue un secreto a voces hasta este lunes.
Ya no hay nadie en el Gobierno que respalde a Mondino tras ese error y todos reconocen que "está afuera", pero el Presidente no la va a echar por el momento. La dejó afuera del G7, donde suelen acudir siempre los cancilleres de los países. Fue por el escándalo del viernes. Y además, Karina Milei se quedó con una parte del Ministerio de Mondino.
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La hermana del Presidente tomará a su cargo, en la Secretaría General de la Presidencia, a la ex Fundación Exportar, una agencia de promoción de inversiones que hasta ahora dependía de la Cancillería. Fue la forma que encontró Milei para castigarla a Mondino. La va a sostener, pero es cuestión de días para su expulsión del Gobierno. Es el mismo modus operandi que ya venía usando con Pettovello.
Aferrado a Pettovello
Se sabe de la amistad y de la relación muy íntima entre Milei y la ministra de Capital Humano, quien hay días que duerme en la quinta presidencial de Olivos, según registros de la Casa Militar difundidos por diversos medios de comunicación. Pero el Presidente tomó la misma decisión: sostener lo insostenible.
Pettovello quiere dejar el Gobierno hace dos semanas, pero Milei no la deja. Hace todos los intentos por mantenerla. Un jefe de Gabinete y dos ministras en menos de un mes sería letal para el Gobierno libertario. El León necesita mostrar que hay gobernabilidad, que los funcionarios que no funcionan van a funcionar y que además son un freno para las intenciones de quienes quieren poner ministros y ocupar lugares desde afuera. "No puedo creer que Macri se quiera quedar con la caja de Capital Humano", bromeaba un altísimo asesor del Gobierno la semana pasada en diálogo con El Destape. Sabe que detrás de esa broma hay algo cierto.
¿Qué leen en el Gobierno? Que si Milei cede y se pone a echar a ministros que están en el final de su vida ministerial, atrás de eso viene el expresidente con su troupe. Y dos de los tres integrantes de la mesa chica no quieren saber nada con esa idea. Por eso, Milei tuvo que dejar por un rato su "afuera", como sucedió con Guillermo Ferraro (ministro de Infraestructura) y Posse, y sostener a ministras envueltas en escándalos graves, con papelones diplomáticos y hechos de corrupción en el medio.