Luego que la fiscal dictaminara la búsqueda de material fílmico a través de cámaras privadas, se conoció un video que muestra el auto Fïat 500 que manejaba Juan Ignacio Buzali, marido de Carolina Píparo, luego de haber embestido a la moto y cómo arrastra a los jóvenes platenses durante cuadras.
El video, junto con el material que otorgó la Municipalidad de La Plata de las cámaras de seguridad, forman parte de la investigación que lleva adelante la fiscal María Eugenia Di Lorenzo. Hoy declara la legisladora macrista para dar su versión de lo ocurrido.
En el video se observa al auto transitar a gran velocidad y en su costado izquierdo chispazos que eran la moto del joven al que iban arrastrando. Las 3 motos que aparecen detrás, eran amigos de Luis Lavalle e Iván Coronel, los jóvenes embestidos. Los amigos los perseguían para que no se den a la fuga. Incluso en otro de los videos que constan en la causa y que fue filmado por uno de los jóvenes que los persiguió con la moto, se lo escucha gritarle al vehículo que “parara” para asistir a las personas.
En tanto, Luis Lavalle, el conductor de la moto atropellada afirmó que el impacto lo sacó de la moto y que no llegó a ver nada más. “Ni me imaginé que venía tan fuerte, venía demasiado fuerte, ni tiempo a frenar tenía. Vi que venía atrás mío, miro para adelante y cuando miro de nuevo para atrás ya me chocó. Lo último que vi fue el faro del auto”, contó.
La citación a Carolina Píparo
La diputada provincial de Juntos por el Cambio declarará en calidad de testigo a las 16 horas en la sede de 54 entre 6 y 7, La Plata.
Durante la mañana del miércoles, declaró, entre otros policías, el comisario de la Comisaría 1ra de La Plata en sede judicial. El accionar de la bonaerense es una de las aristas que la fiscal investiga, ya que durante el martes, efectivos de la Comisaría Primera de La Plata, declararon bajo juramento que Carolina Píparo y su marido “tenían un fuerte olor a alcohol”, “pidieron ir varias veces al baño” y que el sanitario debieron limpiarlo ya que habían vomitado.
De haber actuado correctamente, los efectivos policiales deberían haberlos trasladado al área de reconocimiento médico en calle 38 y 8 para llevar adelante los tests y que los mismos se aportasen a la investigación.