El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, cuestionó la política regional del gobierno de Javier Milei. "La salida no puede ser solo nacional", opinó el mandatario bonaerense en una conferencia de prensa que dio en el Centro de Investigación y Docencia Económicas de México, país al que viajó para asistir a la asunción de la presidenta Claudia Sheinbaum.
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"Tiene que haber una solución que tenga que ver con la producción y el trabajo, con la reindustrialización", explicó el gobernador, y siguió: "Esa reindustrialización tiene que ser en clave nacional y distributiva, es decir popular, y además tiene que tener una mirada de integración regional".
Después de mencionar el ejemplo de Milei, Kicillof subrayó: "Cualquiera que intente un proyecto, una aventura de relacionamiento internacional, unilateral, antiguo y ruinoso creo que va al fracaso". Antes de la conferencia, el ex ministro de Economía se reunió con el secretario de Trabajo mexicano, Marath Baruch Bolaños.
Para el gobernador bonaerense, lo que está sucediendo en la Argentina desde que ganó el libertario "va desde lo bizarro a lo trágico".
Kicillof recordó la primera década del siglo XXI, donde confluyeron gobiernos latinoamericanos con una agenda común. "Tuvo la particularidad de que no se trató de procesos aislados, sino que ocurrió simultáneamente y se protagonizó una confluencia que no se daba desde hacía muchísimo tiempo en América Latina", señaló.
Sin embargo, para el gobernador bonaerense, esa experiencia en la región "quedó a medio camino". Y profundizó: "Algo que le faltó a ese intento de integración latinoamericana fue México. México tenía esta cualidad de contraste con alguna parte, por lo menos de nuestro país, que tuvo sus momentos positivos. Mientras en Argentina había una dictadura, en México no la había y había un gobierno que fue muy solidario con los argentinos que tuvieron que escapar de esa dictadura militar".
"En Argentina miramos esto (en referencia a los gobiernos de México y Brasil), como dice el tango, con la ñata contra el vidrio", dijo Kicillof, y agregó: "Nos toca estar experimentando un gobierno como mínimo extraño. Que ni siquiera es claro en cuanto a la orientación, parece estar mirando siempre un occidente anacrónico, inexistente". En la misma línea, expresó: "Es un gobierno que, además de equivocado, es anacrónico y está fuera de época. Nosotros tuvimos gobiernos pro norteamericanos durante la década de los '90 en un momento en el que el papel que desempeñaba Estados Unidos en el concierto internacional era de principal potencia mundial que ordenaba después de la caída del Muro".