Antes de concretar los dos encuentros políticos más importantes del último viaje presidencial, -la bilateral con su par chino, Xi Jinping, y la reunión con la titular del banco de desarrollo de los Brics, la brasileña Dilma Rousseff- Alberto Fernández se dedicó en Shanghai a conversar con empresarios y recorrer algunas fábricas que representan a varios de los sectores claves para atraer inversiones y generar puestos de trabajo, hoy y en los próximos años: energía, telecomunicaciones y transporte de carga para las exportaciones.
Un mensaje clave en este momento pre electoral argentino es que tanto el presidente como los empresarios chinos hablaron de proyectos actuales, de otros que ya están planeados e, incluso, de nuevas posibilidades para el futuro. Desde la comitiva calificaron los intercambios como "fructíferos" y, aunque sutil, la caracterización no pasa desapercibida luego de una campaña marcada por la postura abiertamente antiChina que defendieron los dos principales candidatos opositores, el libertario Javier Milei y la macrista Patricia Bullrich.
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Lo mismo se puede decir de la reunión mano a mano que el mandatario mantendrá este martes a las 9.30 de la mañana (22.30 del lunes hora argentina) con Rousseff para discutir la hoja de ruta que deberá seguir Argentina para ingresar formalmente al Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics. Además de dejar claro los formalismos y los tiempos de este proceso, un dato central que se espera deje la reunión es qué tipo de crédito y por qué montos podría acceder el país cuando dé ese paso.
En un momento en que la economía argentina está asfixiada por la falta de reservas, este dato será central a la hora de defender una mayor integración con las potencias regionales de los Brics, principalmente su motor económico, China. Después de todo, tanto la campaña de Milei como la de Bullrich ya prometieron que, de ganar las elecciones, no ingresarán al bloque el próximo 1 de enero, como propuso el bloque hoy por hoy más rico del planeta en su última cumbre de jefes de Gobierno y Estado en Sudáfrica.
Antes de discutir los próximos pasos con la ex presidenta brasileña Rousseff y de reunirse el lunes por la tarde (hora china) con el alcalde de Shanghai, Gong Zheng, en la sede del Gobierno municipal, Alberto Fernández aprovechó su paso por el corazón económico de China para ratificar también algunos de los proyectos comerciales vigentes con inversiones chinas y defender la posibilidad de que crezcan en los próximos años.
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El domingo (hora china) visitó el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico de la gigante de telecomunicaciones Huawei y luego la sede de la acería Tsingshan.
Tras una reunión con autoridades de Huawei global, Latinoamérica y Argentina, el presidente destacó el potencial de crecimiento para este sector de las tecnologías de la información y las comunicaciones, y los regímenes de promoción que existen en el país. A su vez, desde la comitiva recordaron que el año pasado, la empresa china prometió que volvería a comercializar sus teléfonos en el país y reactivarías sus operaciones de producción, que fueron suspendidas en 2019 por las dificultades que generaba importar los dispositivos desarmados para que sean ensamblados en Tierra del Fuego.
Mientras Huawei relegó a nivel global -con la excepción del mercado chino y de sus vecinos- la producción y comercialización de sus celulares tras enfrentar las duras sanciones de la época de Donald Trump, ahora uno de sus principales intereses es desarrollar y ofrecer la tecnología para las nuevas redes del 5G. En Argentina, el Gobierno anunció que la tan esperada licitación se concretará el próximo 24 de octubre. Aunque la empresa china no participó como operadora, sí está confiada en que le proovera la infraestructura a al menos una de ellas.
Proyectos actuales y futuros
Junto con su comitiva -el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce; el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja; la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales de Cancillería, Cecilia Todesca y el cónsul argentino en Shanghai, Luciano Tanto- Alberto también tuvo reuniones con los directivos de la empresa Cemec, que dirige el proyecto del Ferrocarril Belgrano Cargas en el país, y de la empresas mineras o vinculadas a la industrialización de minerales: Tsingshan, Power China, Gotion Argentina y CST Mining Group.
En todos los casos, se trata de proyectos productivos que superan el período político actual. La la filial argentina Gotion tiene una joint-venture con una empresa jujeña para extraer y refinar litio en una planta que aún debe construirse. Además, acordó ampliar su operación a la construcción de baterías para uso doméstico y comercial.
Power China, en tanto, tiene más de 30 proyectos actualmente en Argentina, con inversiones estimadas de más de 5.500 millones de dólares. Es la mayor contratista de energías renovables del país, un sector que debe crecer en los próximos años si el Gobierno quiere cumplir con los objetivos de la agenda 2030, que establecen la incorporación de un 30% de energías renovables y un 20% del parque automotor con vehículos con combustibles más limpios para esa fecha.
En esa línea, Alberto también se reunió con directivos del CST Mining Group y la posibilidad de fabricar baterías de litio en el país. YPF ya está negociando un Memorándum de Cooperación con esta empresa china, que ya tiene un joint-venture en Salta para explotar el proyecto de Salinas Grandes.
Entre la noche del domingo y la tarde del lunes, el presidente se reunió con directivos de otras dos empresas mineras chinas que ya poseen proyectos para extraer litio en Salta y Jujuy: Tsingshan Holding Group y Tibet Summit Resources. Esta última le presentó planes para invertir hasta 2.200 millones de dólares en dos proyectos que, según informó la comitiva, podrían generar unos 10.000 puestos de trabajo.
Finalmente, Alberto también se juntó con directivos de Cemec, con quien analizó el estado de su proyecto para rehabilitar y renovar toda la estructura del Ferrocarril Belgrano Cargas, una vía clave para la exportación de granos y minerales, que conecta el Norte con el puerto de Rosario, pasando por Santa Fe.