“Su presunta relación con la DEA puede tener algo de cierto”. Con esa afirmación, el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, no descarta que el espía ilegal Marcelo Sebastián D’Alessio haya tenido un vínculo con la Embajada de los Estados Unidos o algunas de las agencias de ese país. Así se desprende de la extensa resolución que firmó el 21 de octubre, en la que dio por finalizada una importante etapa de la instrucción del D’Alessiogate.
“A lo largo de las audiencias, se le ha preguntado a cada uno de los deponentes que conocían a D’Alessio sobre sus vínculos y actividades. La gran mayoría comenzaba sus explicaciones con la frase ‘él decía que…’ y mencionando a continuación una presunta pertenencia a la Embajada de Estados Unidos o alguna de las agencias de ese país, tales como la National Security Agency (NSA) o la Drug Enforcement Administration (DEA). Si bien la Embajada de Estados Unidos negó cualquier relación con Marcelo D’Alessio, el modo en que él ostentaba ese vínculo invita a dudar”, señaló Ramos Padilla en un escrito de 1.125 páginas, que tiene un “capítulo” dedicado a exclusivamente a D’Alessio y su red de relaciones.
“Poseía vínculos con agentes de inteligencia –retirados y activos–, policías de alto rango, jueces, fiscales, abogados, periodistas, funcionarios nacionales de alto rango como legisladores nacionales, ministros, etc. En definitiva, D’Alessio no era solamente una persona que se hacía pasar por abogado o economista, ni engañó a todos todo el tiempo; lejos de eso, D’Alessio es alguien que pudo tejer toda esa red de contactos de alto nivel en el poder, porque efectivamente era funcional a ese poder y ese poder le permitía impunidad”, graficó el magistrado. Algunos nombres a los que se vinculó D’Alessio son: el fiscal Carlos Stornelli; el periodista Daniel Santoro; la cofundadora de Cambiemos, Elisa Carrió; la entonces ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; y exagentes de la AFI, entre otros.
Ramos Padilla apeló al caudal probatorio y al sentido común: “No cualquier ciudadano puede presentarse ante un juez, un fiscal, un periodista, un senador o un funcionario diciendo trabajar para esa embajada. Incluso realizar propuestas encabezadas con su logo como lo hizo con Carlos Mauricio Espínola”, remarcó.
En lo que hace a la NSA, en los allanamientos a D’Alessio se encontraron documentos con “una imagen de su logo y un documento titulado ‘NSA REPORT’, que contiene el resultado de una encuesta sobre el grado de conocimiento de periodistas argentinos”. También se halló “una presentación de Power Point presuntamente de esa agencia, titulada ‘Measurement of alternative politics’, basado en la información del documento anterior”. Para el juez, “por sus detalles de diseño, ninguna de esas presentaciones parece haber sido confeccionada por Marcelo D’Alessio”.
“En el caso de la DEA, agencia para la que él afirmaba trabajar, se halló un brazalete con la sigla y una credencial que muchos han reconocido que les exhibió”, indicó Ramos Padilla. D’Alessio mostraba esos elementos “en el marco de intentos extorsivos, para intimidar. Lo hizo en 2017 en el caso Palomino Zitta y Costas. Lo reiteró en 2019 con Brusa Dovat, entre muchas ocasiones”.
Entre los elementos probatorios, el magistrado de Dolores también contó “una reunión que (D’Alessio) tuvo con un alto funcionario de la Aduana señalando pertenecer a esa agencia. Ello ocurrió pocos días antes de su detención”, añadió el investigador.
“En definitiva, su presunta relación con la DEA puede tener algo de cierto. Por lo menos, debía estar vinculado a través de terceros. De otro modo, no resultaría razonable mantener relaciones con altos funcionarios públicos y continuar en el tiempo fortaleciendo esas relaciones actuando como supuesto agente de la DEA, sin que algo de cierto no exista en ese alegado vínculo con esa agencia extranjera”, concluyó el juez en la resolución en la que amplió el procesamiento de D’Alessio por su pertenencia a una banda paraestatal dedicada al espionaje ilegal.
Otro dato que no pasó desapercibido para Ramos Padilla es el contacto de D’Alessio con agentes de la DEA. El juez recordó que el fiscal de Mercedes e integrante de la banda paraestatal, Juan Ignacio Bidone, en el marco de otra causa judicial donde se investiga una extorsión de D’Alessio al empresario Gabriel Traficante, declaró que cuando conoció al falso abogado “hubo una serie de datos que le permitieron confiar en él y que uno de esos datos había sido el hecho de que ambos conocían a Guillermo González, de la DEA”. Ese testimonio consta en un expediente que tramitó en el juzgado federal a cargo de del juez Luis Rodríguez, en los tribunales de Comodoro Py.
“También pueden tenerse en cuenta las investigaciones de la justicia local en las que la DEA tuvo alguna participación y sobre las que D’Alessio se agenciaba méritos: operativo Bobinas Blancas, operativo Sapucay, operativo del Café de los Angelitos”, enumeró Ramos Padilla. En todos ellos, actuó la DEA en conjunto con la AFI o el Ministerio de Seguridad de la Nación, dependencias que –quedó claro- tenían contactos con D’Alessio. Sin ir más lejos, un alto directivo de la AFI, Pablo Pinamonti, fue procesado en el D’Alessiogate el pasado 21 de octubre por sus vínculos con la banda. Es más, Ramos Padilla consideró a D’Alessio como una gente inorgánico de la exSIDE. En la causa también constan intercambios de mensajes entre la entonces ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el espía.
“Cabe preguntarse, por último, también por la relación de Rolando Barreiro con la DEA, ya que D’Alessio lo tenía agendado como ‘Rolo DEA ArgX95’ y como ‘Rolo DEA2’”, cerró el juez de Dolores. Barreiro es un exagente de la AFI que tras dejar el organismo de inteligencia se desempeñó como una especie de mano derecha de D’Alessio. Integró la banda paraestatal y el pasado miércoles Ramos Padilla también le dictó la ampliación de su procesamiento.