Durante los últimos meses el debate por la legalización del aborto llegó a todos los ámbitos; el Senado fue uno de ellos. Sin embargo, pese a la enorme cantidad de expositores y expositoras que concurrieron a la cámara alta para explicar la importancia (y urgencia) de legalizarlo, el pasado jueves 38 senadores y senadoras decidieron continuar con los abortos clandestinos ¿Por qué? ¿Cuáles son los números de este debate?
- Se calcula que en Argentina hay 450.000 mil abortos clandestinos.
- Los abortos clandestinos son la principal causa de muerte materna en 17 de 24 provincias.
- La tasa de mortalidad materna duplica la meta de 1,3 muertes por 10.000 nacidos vivos (¡el país se había comprometido a reducirlas a la mitad!)
- Nacen anualmente entre 2800 y 3200 niños de mujeres menores de 15 años.
- Cada tres horas da a luz una niña de entre 10 y 14 años.
- El presupuesto para la aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) en solo dos años de gobierno de Cambiemos se redujo en 12 millones de pesos en relación a 2015.
- $130.421.300 es el presupuesto público de 2018 para la Iglesia Católica.
- $46.800 es el sueldo mensual de un obispo diocesano y $40.950 el de un obispo auxiliar.
- La Iglesia Católica, junto con otras entidades religiosas, cuenta con exenciones impositivas como el impuesto a las Ganancias o el Impuesto al Valor Agregado (IVA).
¿Qué nos dicen esos números?
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En primer lugar la cantidad de abortos muestra que ni la prohibición, ni la religión son impedimentos para que una mujer se practique un aborto. Sin embargo, si son causantes de muertes; de nacimiento no deseados, no buscados y lo que es peor, producto de abusos hacia menores. Los abortos ocurren y ocurrirán; por legalizarlo no aumentarán, lo que si disminuirá son las muertes y las diferencias de cómo practicarlo según la clase social a la que pertenezcas.
Por otro lado, a partir de las políticas económicas que impulsa Cambiemos, ni cuestiones tan fundamentales como la educación sexual en las escuelas se salva. El recorte llegó a todos los ámbitos pero ni senadores, ni senadores que votaron para que todo siga igual, propusieron “algo” que vaya, al menos, acompañado de más presupuesto a educación sexual.
Por último, la Iglesia Católica, que es una de las principales instituciones que presionó y presiona para que la legalización del aborto no se permita en nuestro país, cuenta con un presupuesto significativo otorgado por el Estado, el cual está obligado a otorgarlo por el artículo segundo de la Constitución Nacional. También está obligado a velar por la salud de su población pero hoy nuestra salud, la salud de las mujeres sin abortos legales, seguros y gratuitos corre peligro. En definitiva, el Senado votó a favor de continuar en la clandestinidad y de conservar los privilegios de entidades como la iglesia católica.