En las Galerías Pacífico, en el Centro Cultural Borges, hay un espacio destinado a la construcción del pensamiento mediante el dibujo, La Línea Piensa.
Allí se lleva a cabo la exposición El Baile y El Suelo, de la artista Azul Blaseotto. Una investigación con métodos dibujísticos con la que plantea el problema del diseño espacial en la esfera pública y el movimiento de los cuerpos, nuestros cuerpos, dentro de los desarrollos urbanísticos planificados por los sectores de poder.
“El proyecto de exhibición en el Centro Cultural Borges surge de mi interés por dialogar con los murales históricos de las Galerías Pacífico y con la construcción política del espacio urbano. La manera en que vivimos el cotidiano resulta del abrazo entre la materialidad de la arquitectura con imaginarios sociales. Las pinturas de Berni, Spilimbergo, Urruchúa y Colmeiro evocan la solidaridad humana, el amor, el trabajo, la tierra, el progreso", comenta Blaseotto en el texto del catálogo de la muestra. "Esos valores modernos y “universales” se estrellan contra la realidad apenas ponemos un pie en la calle. La ciudad de Buenos Aires, reperfilada como cualquier gran ciudad europea o estadounidense contemporáneas, es terreno librado al negocio inmobiliario, la violencia, la securitización, el individualismo y el extractivismo”, agrega.
Una instalación dividida en 9 secciones que articula las historias, proyectos y acciones de dos modelos territoriales: El proyecto moderno, extractivita y de gentrificación de la Ciudad y la toma de las calles y las plazas por parte del cuerpo social que compone el campo popular, con sus movilizaciones, danzas y consignas que pujan a viva voz por un modelo distinto de urbe.
En la serie, una imagen simula lo que espera Blaseotto y reproduce en témpera y acuarela los rénders de los proyectos urbanísticos de la Ciudad como el Paseo del Bajo, la Villa Olímpica o el puente de unión entre la Villa 31 y Recoleta. En estos dibujos, que conceptualmente reproducen las imágenes del ideario macrista-larretista, se evidencia el proyecto modernista, para pocos ciudadanos, estáticos, pasivos y -en lo posible- virtuales. Imágenes en las que la resolución aplana la vida y el movimiento. Los dibujos de Azul logran denunciar este modelo con la instantaneidad de la pulsión escópica: “Solamente en un rénder el pasto, los árboles y los canteros pueden tener el mismo tono de verde.”
Siguiendo el recorrido de la exposición, los dibujos se modifican drásticamente y pasan a ser líneas que conforman un entramado vibrante -espacial, social-. Un tejido de líneas de contorno que con impronta historietil narran gráficamente movilizaciones populares, marchas, protestas, bailes contra Larreta; así como relatos de entrevistas e investigaciones sobre agrotóxicos llevadas adelante en distintas provincias del país. Una práctica performática que Azul realiza como reportera gráfica con sus lápices y cuadernos en el lugar de los hechos, en los momentos agitados por la marea social, y que conduce bajo el nombre de Dibujo Documental. Estos dibujos, que se inscriben en la mejor tradición de la historieta popular argentina, relatan historias íntimas, cercanas, a tiro del ojo, que ilustran la dimensión personal de las movilizaciones masivas en la esfera pública.
La tensión que se produce entre estos dibujos estéticamente distantes establece una disputa por los espacios comunes. ¿De quién es la calle? ¿De los diseñadores de rénders que prefiguran una vida enpíxeles inmóviles, con sujetos siluetados en conjuntos de no más de dos, o de los movimientos que toman posición sobre el espacio real, marchando y bailando en un pliegue de cambios y continuidades, de líneas tensivas donde el suelo es el Otro?
Una disputa hacia el interior del arte
En medio de tantos salones y galerías exponiendo obras que vuelven al modernismo abstracto, de juegos formales e irónicos, en los que la dimensión social queda relegada, la obra de Blaseotto es conducto para ver la creación artística como un modelo de producción de conocimiento, inserto en un relato, con un legado y con un posicionamiento claro, desde el cual tironear con diversos imaginarios para poder pensar con imágenes los problemas que nos atraviesan.
La exposición se puede visitar en el Centro Cultural Borges hasta el 15 de diciembre.