El obispo emérito de San Isidro, Jorge Casaretto, se reunió con condenados por delitos de lesa humanidad para obtener información que sirva a las causas judiciales y contempla la posibilidad de abrir la puerta a moderar las penas de los detenidos que superan los 70 años de edad.
Casaretto realiza dichas reuniones para lograr que entreguen información sobre el destino de detenidos desaparecidos y sobre el paradero de los más de 400 hijos de desaparecidos que la Justicia todavía no logró recuperar ni restituir.
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"La tarea consiste en establecer canales de dialogo con distintos sectores pero en función de la búsqueda de la verdad"
Dichas gestiones fueron confirmadas a Tiempo Argentino por una de las principales autoridades de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que aseguró: "La tarea consiste en establecer canales de dialogo con distintos sectores pero en función de la búsqueda de la verdad, sabiendo que si ellos mismos no aportan la información que saben no se puede avanzar mucho la búsqueda de canales de diálogo para saber la verdad".
El aporte de información podría abrir la puerta para reducir las penas de los represores
De todas maneras, la fuente aclaró que las gestiones de Casaretto no son una cuestión institucional organizada por el Episcopado: "Casaretto empezó por su cuenta con la vinculación de distintos sectores".
Los contactos que encabeza Casaretto buscan aceitar el intercambio entre militares detenidos en distintos penales para que aporten información que permita profundizar las investigaciones judiciales que están en marcha y que "tal aporte" abra la puerta para que algunas penas sean morigeradas, especialmente la prisión común que cumplen distintos genocidas que superan los 70 años de edad.