29 de diciembre, 2019 | 00.05

Testaferros, estafas y lujos, la historia detrás del asesinato del ginécólogo cordobés

Las hipótesis que baraja la justicia respecto del crimen de Daniel Casermeiro a manos de su ex socio Gerardo Gette.

Ni bien se hizo cargo de la investigación, el fiscal de Delitos Complejos de San Francisco, Bernardo Alberione se sinceró con Diego y Federico, los hijos del médico desaparecido Daniel Casermeiro (61): “Estamos buscando a su padre y vamos a hacer lo imposible para encontrarlo, vivo o muerto”. Pero lo buscaba muerto.

Finalmente, el caso se resolvió entre el jueves a la noche cuando encontraron el cadáver de Casermeiro en una vieja ruta  que une San Francisco con la vecina Luxardo; y la madrugada del viernes, cuando fue detenido su presunto asesino: su ex socio y presunto testaferro Gerardo Gette.

Cerca del mediodía del pasado jueves 19 de diciembre, este obstetra y ginecólogo abandonó su consultorio del Sanatorio Argentino en Iturraspe al 1.300 y abordo de su BMW 200i blanco fue hasta dos sucursales bancarias donde retiró algo de dinero. A las dos de la tarde habló por teléfono con su esposa y dos horas después no se lo vio más conectado al whatsapp. La misma tarde del jueves, Casermeiro debía realizar una transacción comercial por una suma cercana a los $ 8 millones. Pero no dio señales de vida. Y su esposa, y sus hijos Federico y Diego, realizaron la denuncia por “desaparición de persona”.

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Apoyado en su prosecretaria Carolina Rossi y en su secretario Orestes Gaido, el fiscal Alberione comenzó a investigar al médico Casermeiro, sus actividades como profesional de la medicina y su hobby como inversionista inmobiliario. Desde el primer momento, Alberione buscó a Casermeiro muerto; siguiendo otra pista: la de prestamista, que llevó a la víctima a sufrir “una muerte a traición”, como detalló el fiscal en la conferencia de prensa del viernes pasado.

Los testigos declararon ante la Justicia que Casermeiro trabajaba con dos socios menores: el ahora detenido Gerardo Gette y un hombre de apellido Passero. “¿Viste la rémora que come lo que deja el gran pez, así son Gette y Passero, vivían a la sombra de Casermeiro. Creían que tenían la misma plata que Daniel y querían seguir su ritmo de vida; pero el cuero no les daba”, contó a El Destape una fuente que conoció a Casermeiro. El médico fue encontrado la noche del pasado jueves 26 –a una semana de su desaparición- con un disparo en la nuca. Su cuerpo estaba morado casi negro por la descomposición y no semicalcinado como trascendió en un primer momento. La autopsia también reveló que el disparo fatal fue con una bala calibre .22.

Tras recibir la denuncia, el viernes 20 de diciembre, el fiscal ordenó investigar la relación entre el médico y sus socios. Y las cuentas de cada uno de ellos. Allí se conoció que ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Gette se había inscripto como productor agropecuario, aunque sin empleados. También saltó su ficha prontuarial: en 2012 fue condenado a un año de prisión en suspenso por estafa.

Un testigo habló de transacciones comerciales en Brasil de Casermeiro, Gette y Passero; pero el fiscal Alberione le bajó el tono a la importancia del dato: “Era un departamento de US$ 80 mil en Camboriú; una cifra importante para un periodista o un fiscal; pero no para los volúmenes que manejaba Casermeiro. La primera etapa de la investigación está concluida: encontramos a la víctima y a su asesino. Ahora debemos abocarnos al resto de la causa, los motivos del crimen, el móvil, qué hay detrás de la pista financiera”, detalló Alberione a El Destape.

Con 26 años como fiscal, Alberione supo desde el principio que el ginecólogo estaba muerto y no se había suicidado. Alexis, un muchacho de la vecina localidad de Luxardo –está a 15 kilómetros de San Francisco- declaró que el mismo jueves a la tarde le vendió al médico tres botellas de Gatorade. Pero no vio si en su BMW blanco estaba solo o acompañado. El cadáver de Casermeiro fue encontrado en un maizal al costado de la ruta vieja que une Luxardo con San Francisco, cerca de una báscula para camiones que el médico le había comprado a Gette; por lo que, tras el hallazgo, se supo que en ese momento, víctima y victimario estaban juntos.

El sábado 21, dos días después de la desaparición del médico, su teléfono se volvió a activar. Luego se supo que fueron los integrantes de la familia Casermeiro, quienes ofrecieron una recompensa de $ 100 mil, los que activaron desde un nuevo aparato, el Whatsapp de la víctima para tratar de dar con su paradero o recibir información que les permitiera dar con el médico desaparecido.

Para ese entonces, Alberione ya trabajaba con 80 personas rastrillando San Francisco y la zona aledaña. El gobernador Juan Schiaretti le había dado Prioridad 1 a la búsqueda de Casermeiro. Policías, funcionarios judiciales, bomberos y baquianos recorrieron por tierra y aire una vasta zona del departamento San Justo.

El domingo 22, un baquiano encontró casi al amanecer el BMW 200i de la víctima: estaba sin las llaves y abierto; y en el baúl había unos 10 millones de pesos, entre moneda nacional, dólares, unos pocos euros y lingotitos de oro.

Ese mismo día, luego de que le allanaran su chalé, Gette posteó en Facebook: “No soy amante de las redes y la verdad no estoy equivocado. Parte de la sociedad y el pobre periodismo que tenemos, las usan sin pensar en el daño que pueden causar a personas o familias, dando nombres, apellidos...realmente unas miserias humanas!!!”.

Y agregó: “Hoy estamos pasando una situación desesperante con la desaparición de mi amigo el Doc Casermeiro... A raíz de eso se realizan allanamientos, testimoniales, etc., lo cuál me parece perfecto de parte de la policía y la justicia que hacen su trabajo. Pero es realmente triste para su familia y amigos, la falta de seriedad de todos éstos informantes de cuarta que se pelean por dar malas noticias. Hay que usar leyes penales para estos irresponsables!!!”.

El miércoles pasado, los hijos de Casermerio, Federico y Diego, subieron la cifra de $ 100 mil a $ 1 millón por la recompensa para quién aportara datos para dar con su padre, pese a la oposición del fiscal Alberione y los investigadores.

Los testimonios de testigos, además de las cámaras de seguridad y el seguimiento satelital de los teléfonos de Casermerio y Gette, los ubicaron juntos en varios puntos de San Francisco y la zona rural, mientras el médico estuvo desaparecido. “Las hipótesis e indicios se transformaron en pruebas contundentes. El autor material del hecho fue detenido. Se evaluaron las pruebas, se allanó nuevamente y Gette fue detenido, acusado de homicidio calificado por alevosía”.

El viernes, el fiscal Alberione le dijo a El Destape: “Ahora estamos en la segunda etapa de la investigación, debemos determinar por qué Gette asesinó a Casermerio. Trabajamos en el móvil”.