La economía será la Gran Electora

03 de noviembre, 2014 | 15.15

Por Luis Tonelli
Especial para "El Destape"

Una encuesta de tendencias políticas que realiza mensualmente la consultora GOP coloca este mes en primer lugar a Daniel Scioli como el político que mejor representa al peronismo. Sciolidesplaza así como "mejor compañero" a Sergio Massa, quien después de su triunfo electoral en las legislativas bonaerenses habíalogrado el milagro de ser calificado tanto como el mejor opositor como el mejor peronista.

Pero hoy, kirchnerismo, peronismo y sciolismo, después de una década de debate sobre sus respectivas esencias, se están finalmente mimetizando. Dos factores contribuyen a que,en lo que siempre se resistió a ser,ahora se demuelan pruritos de un lado y del otro: en primer lugar, el poder que ha exhibido la Casa Rosada para mantener a todos los gobernadores peronistas dentro del oficialismo (incluso al díscolo José de la Sota, que no ha adherido al Partido Renovador, quedando en un limbo que también esta cerca deScioli). En segundo lugar la estrategia del gobernador de Buenos Aires de representar cabalmente al "peronismo" y mostrarse como prenda de unidad (cosa que, se dice, le cae muy bien al ciudadano Jorge Bergoglio, aunque no se sepa qué opinecabalmente de esto el Papa Francisco).

Seguramente Scioli no sea el candidato que hubiera querido el bunker kirchnerista, pero es el que mejor mide entre todos los candidatos del oficialismo, y aún los K más recalcitrantes lo necesitan aél y al odiado Pejota para su supervivencia política. Y ella pasa por asegurar la mayor cantidad de bancas K en el Congreso Nacional y en las legislaturas provinciales, para hacer desde ellas, testimonio de fe nac& pop y esperar tiempos mejores.

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De todos modos, ha sido la reacción de rechazo ante una mera foto la que ha mostrado la fuerza de este novedoso sentimiento de reagrupamiento peronista: fue la que mostró abrazados a Sergio Massa con el hiper-opositor radical Gerardo Morales, quien es candidato favorito para ganar la gobernación de Jujuy. El peronismo consideró esa movida como el pase de Massa a la vereda de enfrente,que aparece tan transitada al disputándosela el ex intendete de Tigre, el Jefe de Gobierno de la benemérita CABA, Ing. Mauricio Macri, y las estrellas cada día másdébiles y más dispersas de la coalición FA-UNEN, tan necesitada de un recauchutamiento

Es un lugar común intelectual afirmar solemnemente que las identidades partidarias ya no son lo que eran, siquiera por la cuestión generacional: hay jóvenes para quienes Perón o Alfonsínles evoca tanto como la imagen del Che en una remera Dolce&Gabana. Pero no hay que exagerar las cosas:si bien hoy se vota a candidatos, un análisis serio de las encuestas de opinión y de los resultados electorales demuestran que por debajo de lo mediático sigue latiendo, aunque debilitada, la dicotomía peronismo/antiperonismo.

Un cuadro de la encuesta GOP es por demás elocuente: a la pregunta "¿qué candidato presidencial actual identifica más con Néstor Kirchner?", una mayoría contesta Daniel Scioli, evidenciando la triple decantación kirchnerismo-sciolismo-peronismo. Pero la sorpresa mayor la brinda la pregunta "¿qué candidato presidencial actual identifica más con Raúl Alfonsín?". Y el político elegido mayoritariamente por lejos es...Mauricio Macri. Cosa que no debe extrañar para nada ya que cuando uno sigue de cerca los movimientos de quienes votan hoy al PRO, queda claro que en su gran mayoría provienen de quienes han votado radicalismo, o al menos, no han votado nunca a candidatos peronistas o filo peronistas.

A pesar de los consejos de Jaime Duran Barba que, al parecer, insta a Macri a no evocar a nada de lo que sea la "vieja política", que ahora represente el Ingeniero Porteñose encarame como en la encuesta GOP como el "mejor opositor" (desplazando también de ese puesto a Sergio Massa) indudablemente tiene que ver con que la Presidenta Cristina Fernández lo ha elegido como su "contrincanteideal"y, en no menor medida,a sus críticas contra esa obstinación peronista de ganar las elecciones y gobernar el país.

Pero vayamos a la pregunta crucial: si un peronismo unificado (y una oposición desarticulada) fue condición suficiente para la victoria en la vieja argentina del bipartidismo, ¿lo es en la Argentina "post que-se-vayan-todos"?. Los números muestran claramente que no: hoy más de un tercio del electorado argentino se encuentra fuera de la dicotomía peronismo/antiperonismo, y ella reside fundamentalmente en las grandes ciudades del país, siendo pasto fácil del marketing electoral.

Frente a este hecho la estrategia para ganar en primera vuelta aparece entonces como contradictoria ya que ¿Cómo representar fielmente al modo tradicional y simultáneamente atraer a los independientes espantados por la "vieja política"?. La elección que CFK ganó en el 2011 muestra el camino y más para un oficialismo que si quiere ganar, debe hacerlo en primera vuelta: esto solo será posible si la situación económica se muestra tan promisoria como para votar "continuidad", por el miedo al "cambio". Paralelamente, la "crisis" es el mejor contexto para Mauricio Macri, mientras que el escenario intermedio es para Sergio Massa.

Por eso, los ojos de los políticos están fijados en lo que va a pasar en un lejano despacho de un octogenario juez municipal de la Big Apple para fin de año, antes que en los lodazales conurbanos, después del diluvio.