Por primera vez, una de las muchas vacunas en desarrollo contra el COVID-19 ha protegido a un animal de la infección y es un resultado que entusiasma a la comunidad científica. La especie de monos "macacos rhesus", fue sometida a una formulación anticuada que consiste en una versión químicamente inactivada del virus, y no produjo efectos secundarios obvios en los monos. Los ensayos en personas comenzaron el 16 de abril.
Investigadores de Sinovac Biotech, una compañía privada con sede en Beijing, dieron dos dosis diferentes de su vacuna a un total de ocho monos. Tres semanas después, el grupo introdujo el SARS-CoV-2, el virus que causa COVID-19, en los pulmones de los monos a través de los tubos por sus tráqueas, y ninguno desarrolló una infección en toda regla.
Los monos que recibieron la dosis más alta de vacuna tuvieron la mejor respuesta: siete días después de que los animales recibieron el virus, los investigadores no pudieron detectarlo en la faringe o los pulmones de ninguno de ellos. "Los resultados nos dan mucha confianza de que la vacuna funcionará en humanos", aseguró Meng Weining, director senior de asuntos regulatorios en el extranjero de Sinovac.
"Me gusta", afirmó Florian Krammer, virólogo de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai, coautor de un informe de estado sobre las diferentes vacunas COVID-19 en desarrollo, y subrayó: “Esta es la vieja escuela pero podría funcionar. Lo que más me gusta es que muchos productores de vacunas, también en países de ingresos bajos y medios, podrían fabricar dicha vacuna".
Pero Douglas Reed, de la Universidad de Pittsburgh, que está desarrollando y probando las vacunas COVID-19 en estudios con monos, dice que el número de animales era demasiado pequeño para producir resultados estadísticamente significativos. Su equipo también tiene un manuscrito en preparación que plantea preocupaciones sobre la forma en que el equipo de Sinovac aumentó el stock de nuevos coronavirus utilizados para desafiar a los animales: puede haber causado cambios que lo hacen menos reflejo de los que infectan a los humanos.
Otra preocupación es que los monos no desarrollan los síntomas más graves que el SARS-CoV-2 causa en los humanos. Los investigadores de Sinovac reconocen en el documento que "todavía es demasiado pronto para definir el mejor modelo animal para estudiar el SARS-CoV-2", pero señalaron que los monos no vacunados que reciben el virus "imitan síntomas similares al COVID-19".