Afectada por una brusca caída en las ventas y fuertes pérdidas, la cadena de electrodomésticos Ribeiro solicitó a la Secretaría de Trabajo de la Nación la inclusión en el proceso preventivo de crisis, aunque la compañía afirmó que no tiene previsto despidos o cierre de locales.
La empresa registró una pérdida integral de $ 683,63 millones en el primer trimestre del año y ese rojo se extiende hasta los $ 1.174,8 millones en los últimos nueve meses.
El último balance anual de Ribeiro, al 30 de junio de 2018, da cuenta de una pérdida integral del ejercicio bastante menor: 1,22 millones, en 12 meses.
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Las ventas durante el último año se desplomaron un 35% pese a que diversificó el negocio, incluyendo por ejemplo venta de pasajes.
"Tenemos un diálogo amigable con los gremios, Comercio y Camioneros. También con la Secretaría de Trabajo y decidimos solicitar el procedimiento para acogernos a los beneficios de la ley para poder continuar con el proceso de transformación y modernización que venimos encarando desde hace dos años y mitigar, así, los efectos sobre la empresa en su conjunto del difícil contexto", consideró Dan Attie, director Comercial de Ribeiro.
En declaraciones al portal El Cronista, aseguró que "en principio" no tienen previsto el cierre de sucursales ni el despido de personal.
"Las partes decidimos que el mejor modo de enfrentar la transformación de nuestro negocio era sentarse a negociar, con el aval del Estado", sostuvo el directivo.
Durante el año pasado, la firma -que se creó como un emprendimiento familiar en San Luis- debió cerrar cinco locales en el interior del país y también se produjeron desvinculaciones con la empresa.
En total tiene 1.550 empleados y 85 sucursales; además de electrodomésticos y tecnología, vende y financia muebles, bazar, juguetes, máquinas, herramientas, rodados, artículos de camping y regalos.