“La pérdida del poder adquisitivo se ha detenido”, aseguró el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, después de conocerse que la inflación de abril fue de 3,4 por ciento. También había asegurado que el acuerdo de precios iba a dar mayor estabilidad a los hogares de las y los argentinos. Sin embargo, los alimentos y bebidas aumentaron un 2,5 por ciento el mes pasado. En palabras de Verónica Gago y Luci Cavallero: propuestas patriarcales en una economía en crisis.
Desde el Gobierno aseguran que vamos por buen camino, que incluso pese a las estadísticas oficiales del INDEC, "los salarios están acompañando a la inflación". Según el organismo, los sueldos están alrededor de 11,7 puntos por debajo de la inflación desde hace un año y esto sin tener en cuenta la suba de precios del 4,7 por ciento de marzo y de 3,4 por ciento de abril. Sostienen que los mercados responderán, siempre y cuando no haya posibilidades de volver al pasado, osea, siempre y cuando no gane Cristina Kirchner en las próximas elecciones.
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Acuerdo con los mercados, acuerdo sin que gobierne una mujer, acuerdo entre caballeros. Estas palabras del ministro de Hacienda no son ingenuas. Lo que se observa es la profundización de un tipo de lógica, un tipo de poder en donde desborda lo que Rita Segato define como pedagogía masculina transformada en pedagogía de la crueldad, funcional a la codicia expropiadora.
Se busca solucionar la crisis desde propuestas patriarcales en donde la recesión y endeudamiento exponencial termina quedando como un debate entre técnicos ¿Como si los números inflacionarios no responderían a las políticas económicas implementadas? En este sentido, Gago y Cavallero señalaron que el problema financiero, cuando se narra como técnico, es delegado a una negociación entre caballeros. Lo que ocurre es una despolitización doble: dado que ahora no se puede intervenir y no se tienen en cuenta las consecuencias cotidianas. Hay que esperar a las elecciones (siempre y cuando sean los “técnicos” los que gobiernen).
Por otro lado, la ex presidenta otorgó algunas imágenes significativas durante los últimos días. En primer lugar, durante la presentación de su libro en la Feria del Libro habló de la importancia de llevar adelante un nuevo contrato social, que incluya a las mayorías, no solo a los propios y sobre todo a empresarios. A los pocos días se reunió con algunas y algunos de los principales dirigentes del Partido Justicialista ¿Otra manera de construir? ¿Un pacto de muchas y muchos y no sólo de caballeros? Tal vez.
La necesidad de un contrato social parece evidente, las posibilidades de hacerlo no. Según indicaron el pasado viernes en Ámbito Financiero, el CEO saliente de Carrefour señaló que al “argentino le gusta consumir, lo ha hecho en el pasado, y lo hace feliz. El consumo va a volver a crecer en algún momento, no tengo dudas” ¿Cómo? ¿Mágicamente o por un acuerdo de caballeros? No pareciera. Para esto sería imprescindible llevar adelante algunas políticas económicas fundamentales ya sea como la refinanciación de la deuda, la limitación a la fuga de capitales o, al menos, la desdolarización de tarifas (fundamental para bajar la inflación).