Por Ezequiel Orlando
Redacción El Destape
@ZetaOrlando
Las compañías de celulares acumulan ganancias multimillonarias pese a liderar el ranking de denuncias por mal servicio. Esto es posible porque las tres gigantes se ocupan de no competir entre sí, sino que se reparten el mapa de Argentina por zonas, en las que cada una predomina.
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Este negocio redondo lo consiguieron mediante pactos sin firmas. De la negociación participan Claro, Personal y Movistar, ya que Nextel pugna con ellas en el mercado, pero su porción es tan pequeña que no participa en las grandes ligas.
La estafa comienza con la distribución de las inversiones. Las empresas se ocupan de mejorar las señales en "sus zonas", para continuar dominando esos segmentos. No obstante, la repartición de facto no fue consensuada con la Secretaría de Comunicaciones que conduce Norberto Berner.
De acuerdo a datos confidenciales a los que pudo acceder El Destape, Claro se adjudicó la mitad de las líneas que operan en el sur de la Argentina. Allí la filial de América Móvil, del magnate mexicano Carlos Slim, es la que posee la mejor llegada de red.
En lo que respecta al norte y ciertas áreas del centro del país, Personal, la compañía de Telecom, es la que acapara 1 de cada dos líneas móviles que hay.
Movistar, en tanto, retiene el 45% de los números radicados en la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense. Esta es la zona más peleada, ya que donde se concentra el mayor número de celulares, por lo que Personal y Claro pulsean de cerca por el segundo lugar que les deja la firma de Telefónica.
La repartija no es nueva, sino que se sostiene hace años. El acuerdo es discutido por debajo de la mesa entre los ejecutivos telefónicos hace más de una década, sin presiones contundentes de parte del organismo de contralor oficial. Con la masividad de los celulares, los servicios se saturan y el mapa se encuentra lleno de puntos ciegos, donde la señal es precaria. Ante la consulta de El Destape para que realicen un descargo, ninguna de las firmas dio una respuesta.
Con esta distribución, las tres gigantes telefónicas procuran quedarse proporciones iguales de los 60 millones de móviles que existen en un país de 40 millones de habitantes. Es más, pueden conseguirlo con una inversión mínima, ya que si realmente compitieran, las no innovadoras quedarían relegadas del mercado.
Pero las ganancias extraordinarias que logran las empresas, como analizó este medio, no dependen de la voracidad por ganarse nuevos clientes, sino de cuánto pueden aumentar las facturaciones por encima de sus escasos gastos y de sus inversiones indispensables para mantener el sistema a flote, a punto de tener una "señal de emergencia".