Por Ezequiel Orlando
Redacción El Destape
@ZetaOrlando
Los argentinos esconden de la AFIP u$s 351.440 millones en el exterior entre cuentas bancarias secretas y activos no declarados. Del total fugado, sólo u$s 22.472 millones figuran en las planillas oficiales, nada más que un 6%. Las cuentas suizas descubiertas recientemente en el HSBC sólo representan el 8% del iceberg del submundo de ahorros escondidos.
Los dólares afuera de las fronteras ascendieron a u$s 373.912 millones en 2012, de acuerdo al último cálculo de Jorge Gaggero, Magdalena Rua y Alejandro Gaggero. En el documento de trabajo que realizaron para el Cefid-Ar, los investigadores complementan la base del Indec, que sólo registra una parte del total.
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La causa principal del desvío de activos es la evasión fiscal, pese a que el pago de impuestos a los bienes personales es del 1,25% para quienes poseen más de $ 5 millones. Pero las ganancias de empresas locales, multinacionales y ejecutivos pueden alcanzar el 35% y, si logra girarse, se exime un monto sustancial.
Los métodos más utilizados para fugar son la compra de dólar blue en el caso minorista y medio, y para las grandes firmas "contado con liqui", sobre facturación de importaciones y pedir deudas con las casas matrices o filiales en países de blanda presencia estatal.
Años y años de evasión: las investigaciones y los nombres
En 1991, a principios de la década de la convertibilidad, se guardaban en bancos, empresas o inmuebles en Suiza, Panamá, Uruguay y destinos varios u$s 77.255 millones. Esto escaló a u$s 230.000 millones en 2008 y se sumaron nuevos envíos hasta llegar a los u$s 373.912 millones en 2012.
Casi todo está compuesto por dólares negros, ya que sólo el 6% se registró y tributa ante las arcas públicas. La AFIP nada más cuenta con datos de u$s 22.472 millones que los argentinos llevaron a otros países, una porción minúscula.
Distintas investigaciones en los últimos años revelaron nombres de figuras públicas entre quienes prefieren guardar su dinero en el exterior. En 2012, el periodista Alfredo Zaiat publicó que los empresarios Raúl Frávega, Carlos Blaquier, Sebastián y Enrique Eskenazi y las empresas Arcor, Santander Rio, Fratelli Branca y Boldt Gaming encabezaron el listado de mayores compras de moneda extranjera para atesoramiento el año previo.
Además, Roberto Navarro en 2008 informó que el grueso de los capitales en el extranjero estaban en los bancos Citibank y Bank of America, donde los preferidos de los ahorristas eran los bonos del Tesoro de Estados Unidos, que brinda una tasa de interés cercada a cero desde ese año. Antes, en 2002, había identificado la participación destacada de Amalita Fortabat, Luis Pérez Companc y Jorge Born entre los que se llevaron divisas.
El éxodo y sus razones
La ausencia de seguridad jurídica y la desconfianza al gobierno representan los argumentos de batalla para explicar el monto in crescendo del éxodo de dividendos y ahorros, pero esta maniobra no se disparó desde el cepo cambiario. La tendencia se acentuó desde la segunda mitad de los 90, cuando la regla de la convertibilidad le garantizaba a las compañías un horizonte quieto para traer (y llevarse) dólares. La respuesta al reclamo empresario de estabilidad en esa época fue productiva para la exportación secreta de divisas a cuentas en paraísos fiscales.
En tanto, la inflación recién volvió a la agenda de los argentinos en 2002, por lo que no estuvo dentro del análisis de quienes fugaron dinero antes. Pero tampoco detuvo la acumulación de billetes fuera de los límites fronterizos.
El aceitado mecanismo de la fugaAlgunas entidades bancarias les ofrecen a clientes exclusivos mecanismos preparados para desaparecer billetes cantantes y sonantes. El ahora sonante HSBC incluso aceptó la responsabilidad de lavar u$s 7.000 millones en México para cárteles de droga. Otras realizan maniobras menos evidentes y arriesgadas.
Fugar dinero fuera de la lupa del Gobierno es menos hollywoodesco de lo que parece, ya que varía entre comprar inmuebles sin declararlos, fundar empresas fantasmas con inversiones financieras, abrir una cuenta en un paraíso fiscal y guardarlo debajo del colchón. Lo comprueban los u$s 3.000 millolnes en cuentas en Suiza del HSBC, informadas a la AFIP por un exempleado.
Los u$s 351.440 millones que los argentinos le esconden al ente recaudador supera en 11 veces a todos los dólares que el Banco Central tiene en las reservas y en 1,6 a todo el gasto del Estado nacional presupuestado para este año. Es decir, que si los empresarios y compañías devolvieran ese dinero que por cuatro décadas giraron ininterrumpidamente al exterior se podría pagar 135 veces el monto asignado para salud o 57 veces para educación para todo 2014.