La pesificación asimétrica, o "conversión compulsiva de activos y pasivos bancarios en dólares a moneda local, a diferentes tipos de cambio", tal como lo definió la Universidad del Salvador en un trabajo a propósito del décimo aniversario del anuncio de la medida, tuvo como uno de sus creadores al futuro director del INDEC, Jorge Todesca.
En febrero de 2002, mediante el Decreto 214/02 denominado de Reordenamiento del Sistema Financiero, se reglamentó la "pesificación asimétrica", que significó "una transferencia irreversible" de ingresos de depositantes a grandes empresas.
En los considerandos del decreto, se detalló "la gravedad de la situación económica que atraviesa nuestro País y en momentos en que se verificaba una acelerada fuga de depósitos y pérdida de reservas del sistema financiero". En éste contexto, "uno de los sistemas más comprometidos y de mayor significación para el desarrollo de las actividades económicas y sociales es el sistema financiero, resultando notorio que sin un funcionamiento adecuado del mismo, no es posible establecer nuevas relaciones económicas ni reordenar las que se encuentra perturbadas".
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El denominado "reordenamiento", implicaba que "una excesiva aceleración en la liberación de los depósitos existentes en el sistema financiero, podría conducir a riesgos cambiarios como de hiperinflación; y que paralelamente, el mantenimiento de restricciones extremas condicionarían la reactivación y el desenvolvimiento de la economía".
Por este motivo, se previó que "corresponde disponer la suspensión temporaria de la tramitación de todos los procesos judiciales y medidas cautelares y ejecutorias en los que se demande o accione en razón de los créditos, deudas, obligaciones, depósitos o reprogramaciones financieras que pudieran considerarse afectados por las normas y disposiciones dictadas en el marco de la crisis y la emergencia".
El 1° de enero de 2002 la Asamblea Legislativa eligió por mayoría absoluta a Eduardo Duhalde como Presidente de la Nación hasta el 10 de diciembre de 2003, quien anunció la devolución de los depósitos bancarios en la misma moneda en que fueron constituidos, lo que no pudo cumplir.
Nombró un nuevo gabinete con el Ministerio de Economía a cargo de Jorge Remes Lenicov (por entonces Diputado Nacional) y creó el Ministerio de la Producción, nombrando a José Ignacio De Mendiguren, que desde meses antes se manifestaba a favor de abandonar el régimen de tipo de cambio fijo. Jorge Todesca fue designado como secretario de Programación Económica (de facto, el viceministro), Eduardo Ratti (por entonces, síndico del Grupo Bapro), como nuevo secretario Legal y Técnico del Ministerio de Economía, y Lisandro Barry como secretario de Finanzas.
Desde entonces no cesaron de circular rumores de cambio del régimen cambiario y de la eventual conversión a pesos de los contratos y depósitos en dólares.
El Decreto 214/02 introdujo una compensación a los bancos por el efecto sobre la posición patrimonial de las entidades, y para desalentar acciones de amparo y fallos a favor de los ahorristas que implicaran devoluciones en efectivo, se incluyó la oferta del canje de certificados de depósitos en dólares por una de dos opciones: títulos del gobierno a largo plazo en dólares, o certificados de depósitos indexados, vía transformación a $1,40 más CER (inflación).
Asimismo, implicó la pesificación de las deudas contraídas en moneda extranjera, pero en este caso, 1 a 1.
Esta decisión fortaleció la percepción de inseguridad jurídica y la desconfianza en el sistema bancario local.
Pero si bien la pesificación asimétrica tenía el propósito de contribuir a evitar una gran caída del PBI de Argentina, "no tuvo influencia directa sobre la tasa de crecimiento del PBI en el largo plazo", señala el informe de la USAL.
"El Gobierno emitió nueva deuda para compensar las pérdidas de bancos y ayudarlos para devolver depósitos. Por lo tanto, la carga de los servicios de la nueva deuda recayó sobre todos los contribuyentes", analizaron los académicos.
Según el texto La Política económica del principios de 2002, publicado en la revista Archivos del Presente y firmado por Remes Lenicov, Todesca y Ratti (2003), dos razones fundamentales justificaban la pesificación asimétrica: a) Evitaba una ganancia artificial en pesos para los titulares de depósitos en dólares, dado que la devaluación de la moneda superaba a la inflación. b) Se evitaba la quiebra de deudores, la transferencia de activos a los bancos y su liquidación posterior para devolver depósitos. De acuerdo a las autoridades ello no era factible, porque la liquidez obtenida por las entidades a través de ese proceso no habría sido suficiente para que todos los ahorristas recuperasen sus depósitos. Como tampoco se contaba con la cantidad de dólares físicos necesaria para devolver los depósitos, quedaba como alternativa cubrir la diferencia con una megaemisión monetaria de manera súbita, pero implicaba un alto riesgo de caer en hiperinflación.
Allí caracterizaron el escenario de fin de diciembre de 2001 como el de la crisis más profunda de los últimos cien años, tal como también se indica en los considerandos del decreto.
Respecto de la coexistencia de depósitos y préstamos en dólares y pesos bajo un sistema de reservas fraccionarias, lo calificaron como una "estafa" a los ahorristas, dado que los dólares del Banco Central sólo respaldaban la base monetaria, pero no los depósitos del sistema.
En cuanto al endeudamiento público, cuando se revirtió el ingreso de capitales vía privatizaciones e inversiones extranjeras, lo presentan como un recurso para "sostener la convertibilidad, mantener el tipo de cambio y financiar la fuga de capitales".
"Es llamativo tal diagnóstico, habida cuenta de la casi inexistencia de críticas rigurosas al irresponsable endeudamiento público nacional del período 1994-2001 bajo la presidencia de Carlos Menem, ni tampoco al persistente incremento de la deuda de los gobiernos provinciales, y particularmente el del gobierno de la provincia de Buenos Aires durante las administraciones de Eduardo Duhalde y de Carlos Ruckauf", señala el artículo de la USAL.
La visión del equipo económico de Duhalde se conocía a través de las presentaciones televisivas de algunos miembros de ese equipo (en especial, el viceministro Todesca). Un argumento frecuente para justificar las políticas en curso era que en Montevideo un peso argentino no compraba un dólar ya desde el año anterior. Por consiguiente, la decisión de abandonar la Convertibilidad no era más que transparentar la realidad. "Ahora bien, el fin del régimen y su impacto sobre el sistema financiero fue una decisión política, no un hecho posterior a una corrida cambiaria previa", analizaron los académicos.