FlyBondi ganó decenas de las rutas aéreas más rentables e incluso consiguió que el Estado le construya un aeropuerto propio. Todo esto sin aviones y con un capital inicial ínfimo, pero con la ventaja de sus vínculos con los funcionarios más altos de la Casa Rosada.
En rigor, el aeropuerto fue construido por Aeropuertos Argentinos 2000 con el fideicomiso destinado a infraestructura. No obstante, el Gobierno Nacional cumple el rol decisorio sobre las obras que la compañía de la familia Eurnekian debe realizar, por lo que refaccionar la base aérea para FlyBondi en Buenos Aires, donde operan dos de las más grandes del país, significó dejar de lado todas las demás.
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Esta “bajo costo” consiguió incluso que el Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (ORSNA) bonifique el 70% de la tasa de embarque que AA2000 cobra en El Palomar junto al billete de cada avión, por lo que todos los pasajeros del país subsidian a los de FlyBondi. Un beneficio que se suma a las transferencias monetarias tangibles que le realizan algunas provincias a la empresa, junto a exenciones impositivas y laborales.
Todos estos, factores que le brindan superioridad de condiciones para competir contra Aerolíneas Argentinas y el resto del mercado, además del nulo interés del Gobierno Nacional por indagar ante el presunto dumping con el que la compañía pretende conquistar el mercado de forma espuria. Si bien la empresa se comprometió a responder preguntas de El Destape relativas a esta temática, no llegaron hasta el momento de esta publicación.
En un acto ante el paro de los trabajadores de la aerolínea de bandera, un mes atrás Mauricio Macri cuestionó los subsidios que debe recibir la empresa estatal para mantenerse a flote. Sin embargo, nada dijo de los montos de los estados provinciales que recibe la privada FlyBondi.
Esto se debe a los estrechos vínculos con los funcionarios de la compañía “bajo costo”, que poco apego le guarda a la seguridad de sus pasajeros. Su director ejecutivo, Richard Guy Gluzman, fue socio del ex vice jefe de Gabinete Mario Quintana, lo que puede explicar los favoritismo del Ministerio de Transporte y de los organismos de control al entregarle rutas y el aeropuerto. Sumado a esto, su otro ejecutivo, Gastón Parisier, trabajó junto a Lucas Werthein, asesor del directorio del ORSNA.
El propio Macri fue dueño de otra de las grandes ganadoras “low cost”, McAir Jet. Su venta a la colombiana Avianca es también investigada por la Justicia Federal Penal, dada la mezcla de intereses estatales y personales del funcionario público más importante de Argentina.